El lío de la Síndone (III)

Este domingo, el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, ha presidido en la capilla del Santo Cáliz de la Catedral una misa especial para los participantes del Congreso Internacional sobre la Sábana Santa de Turín que se celebra en Valencia. ¡Qué mejor lugar! Porque los valencianos sostienen que el Santo Cáliz, el Santo Grial, es ése que veneran en esa capilla. Dejan a un lado el que se sabe todavía oculto en Montserrat, o ese otro que los doctores Jones, padre e hijo, buscaron en la tercera entrega de sus aventuras. Para el caso, la aventura de los Jones es el más divertido e igualmente creíble Grial de los tres.

Porque, les recuerdo, el Centro Español de Sindonología (CES) incluye el Santo Cáliz de Valencia entre los objetos a los que dedica su atención. La misa va con segundas, pues, y suponemos que el arzobispo barrerá para casa rogando por el éxito de los buscadores contemporáneos del Santo Grial, por ver si vienen turistas a la catedral y les puede cobrar entrada.

Que el congreso de marras se celebre en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia produce tristeza. El templo del saber mancillado por la superstición... Pero será mejor alegrarnos el día con la Síndone de Garlaschelli, uno de los argumentos que provoca llanto y crujir de dientes entre los sindonólogos.

Luigi Garlaschelli es profesor de Química Orgánica de la Universidad de Pavía, mago aficionado y un escéptico de mucho cuidado. Es responsable de experimentación de la CICAP (Comitato Italiano per il Controllo delle Affermazioni sul Paranormale), donde ha puesto en evidencia infinidad de patrañas paranormales.

Una de las preguntas que más se repiten es cómo se imprimió el cuerpo del Cristo (o de quien fuera) en el lino de la Síndone. Aquí empiezan los sindonólogos a proferir teorías, cada cual más extraña que la anterior.

Garlaschelli, sin embargo, dejó las teorías para los sindonólogos y pasó al experimento. Reprodujo una sábana idéntica a la de Turín con los materiales, la técnica y los conocimientos del falsificador medieval. Su experimento explica todos y cada uno de los detalles que se aprecian en la Sábana Santa. Garlaschelli estiró a un voluntario sobre una mesa, lo cubrió con una sábana de lino, ésta la pintó con un pigmento que tenía restos de ácido. Para la cara de la sábana, utilizó una máscara. Calentó la tela en un horno y la lavó, lo que casi elimina del todo los pigmentos y deja una imagen algo difusa, como la de la Síndone. Luego añadió manchas de sangre, decoloración por agua... El resultado final impresiona y los sindonólogos se muerden la lengua por no hablar de él y darle alas. El experimento de Garlaschelli es demoledor.

Pese a todo, 26 expertos hablarán durante tres días, con pausa-café, pausa-misa y visita turística de la capital del Turia, sobre la patraña sindonológica, en veinte apasionantes ponencias. Una, por ejemplo, basándose en los trabajos de la STURP de 1979 (ésos que McCrone se cargó al descubrir restos de pigmento en la sábana), presentará una cronología que va de los primeros tiempos del cristianismo hasta ahora, pasando por alto la fecha de la falsificación.

También se analizará si una radiación (la que generó el Cristo al resucitar, según los sindonólogos) pueda crear una coloración similar a la de la imagen de la Síndone. Un historiador repasará lo que sabemos de la Síndone que adoraban los bizantinos de Edesa, por si fuera la misma que siglos después falsificaron en Francia. Una conferencia titulada El cadáver del hombre de la Síndone y el rigor mortis, a cargo de un forense y otra bautizada como El Sudario de Oviedo y la Síndone de Turín, a cargo de otro forense, nos mostrarán qué tienen en común dos imágenes del Cristo falsificadas, una en el siglo VIII y otra en el siglo XIV. También se cuestionará el método de datación por radiocarbono, que tanto incomoda a los sindonólogos, un clásico en estos congresos, como clásicos son el estudio de la presencia de pólenes (que inició años ha el doctor Frei), la reproducción en tres dimensiones del hombre de la Síndone, el significado teológico de la reliquia (en un congreso científico), etcétera.

Así, el Centro Español de Sindonología (CES), que se dedica a estudiar las llamadas reliquias del Cristo (la Síndone, el Sudario de Oviedo, el Santo Cáliz, los pedazos del Madero, la Santa Espina, etc.), celebrará sus veinticinco años.

Si quieren más información, busquen aquí (y en muchos lugares más, que no faltan):

15 comentarios:

  1. Saludos.

    No sólo los valencianos sonstienen que el cáliz que se converva en su catedral es el verdadero. También lo hace el doctor Antonio Beltrán, Catedrático de Arqueología de la Universidad de Zaragoza después de analizar la pieza.

    http://terranoticias.terra.es/nacional/articulo/fallece_santo_caliz_ultima_cena_858904.htm

    Para participar en una ceremonia en la catedral de Valencia no es preciso pagar entrada como Vd. indica.

    Desde el Congreso de Oviedo en 1994 sobre el Sudario que allí se conserva se sabe que tal tela cubrió el rostro de un cadáver, cosa demostrada por forenses como José Delfín Villalaín, Catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Valencia o Alfonso Sánchez Hermosilla, antropólogo del Instituto Forense de Cartagena, o por químicos como Felipe Montero.

    El modelo elaborado por Garlaschelli no es válido porque la imagen por él elaborada no presenta las características observadas en la Sábana de Turín en la que, por ejemplo, alrededor de las huellas de sangre se aprecia suero sanguíneo cuando se ilumina la tela con luz ultravioleta, lo que indica que dicha sangre no fue pintada como hizo él sino que se produjo por contacto con un cadáver ensangrentado.

    http://lasabanaylosescepticos.blogspot.com.es/2009/10/el-prof-garlaschellio-cuando-la-farsa.html

    McCrone no analizó la Sábana de Turín sino fibras de la misma y los pigmentos que halló son fruto del contacto con las copias pintadas que se tocaban al original para convertirlas en reliquias de segundo grado. Tales pigmentos no configuran la imagen original porque de hacerlo no sería resistente al agua, al calor y a los reactivos químicos.

    Que la datación radiocarbónica del Sudario de Oviedo lo sitúe en el siglo VII frente al efectuado sobre la Sábana, que la fecha en el siglo XIV, y dado que la morfología de las manchas de sangre y suero sanguíneo presentes en ambas piezas prueban que cubrieron el rostro de la misma persona el mismo día, quiere decir que una de las dos (o ambas) está midiendo carbono 14 ajeno a la tela.

    Gracias.

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  2. Si una datación es del siglo VIII y otra del siglo XIV, con más de un 95% de fiabilidad, etc., el milagro sería que sudario y síndone hubieran cubierto el rostro de la misma persona, como dice, algo que está evidentemente por demostrar, algo que es imposible de demostrar, con la impresión que existe de un "rostro" en una y otra falsificación. Científicamente, el asunto no se aguanta por ninguna parte. Lógicamente, tampoco.

    Lástima que el nombre del falsificador de la Síndone se perdió para siempre, porque merecería un premio.

    Sobre la autenticidad del Santo Grial... ¿Tengo que tomármela en serio o hace usted broma?

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    1. A mí no tiene por qué tomarme en serio, que no soy nadie. Para eso ya hay un científico del que ya le he dado los datos, por si no tiene nada mejor que hacer y desea comprobarlo Vd. mismo.

      Que cubrieron el mismo rostro tampoco lo digo yo, sino los forenses que lo han estudiado, de los que también le he dado los datos. Contactar con ellos es fácil: basta con preguntar en las universidades en las que trabajan.

      Igual no me expliqué bien: si cubrieron el mismo rostro y el C14 da fechas diferentes para cada pieza quiere decir que la datación ha fallado en alguno de los dos casos, o en ambos.

      Estoy de acuerdo en que si haber habido un falsificador merecería un premio, porque en la Edad Media supo distinguir entre sangre pre y post mortal, sangre venosa y sangre arterial, representar la Pasión de Cristo sin cometer un solo error y elaborar un negativo fotográfico perfecto cuatrocientos años antes de que se inventara la fotografía.

      Gracias.

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    2. No obstante, con mucho gusto le ahorro trabajo y le facilito el nombre de los científicos del equipo de investigación.

      D. José Delfín Villalaín Blanco
      Doctor en Medicina. Especialista en Medicina Legal y Forense.
      Ex Catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Valencia.

      D. Felipe Montero Ortego
      Ingeniero Técnico Químico.
      Miembro de la Sociedad Española de Microbiología.

      Antonio Alonso Alonso
      Biólogo. Técnico Facultativo del Instituto Nacional de Toxicología y CC Forenses.

      Nello Ballosino
      Professore Associato di Elaborazione di Imagini presso l’Univertità degli Studi di Torino.

      Bruno Barberis
      Professore Associato di Mecánica Raciónale. Università di Torino.

      César Barta Gil
      Licenciado en CC. Físicas.
      Jefe de la Sección de Ensayos y Tratamiento de Datos. IBERESPACIO.

      Manuel S.J. Carreira Vélez
      Doctor en CC. Físicas. Universidad Pontificia de Comillas.

      Mª José Iriarte Chiapusso
      Arqueóloga, Dra. en Historia.
      Laboratorio de Arqueobotánica (Taller de Experimentación y Ciencias Auxiliares) - Area de Prehistoria – Universidad del País Vasco.

      Jaime Izquierdo Gómez
      Licenciado en CC. Físicas. Experto en Ensayos no Destructivos.

      Chica Mantilla de los Ríos y Rojas
      Lda. En CC. Químicas – Restauradora de tejidos antiguos.
      Ex Directora del Instituto de Conservación y Restauración del Ministerio de Cultura.

      Juan Manuel Miñarro López
      Doctor en Bellas Artes (Rama Escultura)
      Dtor. Dpto. Escultura e Historia de las Artes Plásticas en la Universidad de Bellas Artes de Sevilla – Titular de Universidad en el Area de Conocimiento de Escultura.

      Enrique Monte Vázquez
      Doctor en Farmacia.
      Catedrático Universidad de Salamanca.
      Facultad de Farmacia – Dpto. de Microbiología y Genética.

      Alfonso Muñoz-Cobo Bengoa
      Doctor en CC. Biológicas.

      José Palacios Carvajal
      Doctor en Medicina. Traumatólogo.
      Ex Profesor de Traumatología y Cirugía Ortopédica de la Universidad de Madrid.

      Mª Teresa Ramos Almazán
      Lda. en Medicina. Profesora Universitaria.
      Universidad Complutense. Facultad de Medicina. Escuela de Medicina Legal.

      Alfonso Sánchez Hermosilla
      Doctor en Medicina. Forense.
      Instituto Medicina Legal de Murcia – Subdirección de Cartagena.

      José Antonio Sánchez Sánchez
      Doctor en Medicina.
      Profesor Universidad Complutense. Facultad de Medicina. Dtor. Escuela de Medicina Legal.

      Carmen Gómez Ferreras
      Dra. en CC. Biológicas.
      Profesora del Departamento de Biología Vegetal 1 de la Universidad Complutense de Madrid.

      José Luis Pintado del Castillo
      Licenciado en Ciencias Químicas.
      Ex-Director Laboratorio Central de Iberdrola.

      Rafael Sánchez Crespo
      Ingeniero Técnico Químico. Miembro N.Y. Science.
      Funcionario del Ministerio de Medio Ambiente.

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  3. El carbono 14 no es palabra de Dios (con perdón), estadísticamente falla en 1 de cada 5 pruebas. Por otro lado, unas telas manoseadas, que han sufrido varios incendios y una voladura con explosivos, sucias hasta decir basta, no son las más adecuadas para ser datadas con el C14. Expertos textiles (Mechthild Flury-Lemberg) han datado las telas y han afirmado que se tratan de telas propias del siglo I, que provienen al parecer, de Palmira. En cuanto al Santo Cáliz de Valencia, nadie ha afirmado al 100% que se trate del Cáliz de la Última Cena. Lo que sí es cierto es que se trata de un vaso de bendición judío, pulido con mirra, del siglo I aproximadamente (hay vasos parecidos en el British Museum). Eso, unido a que la tradición y las historia lo avala, nos hace pensar que existen muchas posibilidades de que fuera el utilizado por Jesús de Nazaret en la Última Cena. Le pido disculpas por utilizar palabras tan "ofensivas" y poco científicas como Jesús, Cáliz, etc., pero es que ese tipo con pelo largo que vivió hace 2000 años en Palestina, aparece en toda esta historia, mal que le pese a los "escépticos".

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    1. No es la primera vez que "el nombre" incomoda. Ocurrió en la propia Sorbona francesa en su sesión del 21 de abril de 1902, cuando Yves Delage quiso defender una ponencia en la que identificaba al Hombre de la Sábana con Jesús de Nazaret. El título fue: "L’Image du Christ visible sur le Saint Suaire de Turin ". Copio textualmente:

      "Un silencio respetuoso acompañó el inicio de la esperada conferencia de Delage. Sin embargo, al pronunciar con certeza el nombre de Jesús de Nazaret comenzaron los murmullos que a continuación de su tesis dieron lugar a gritos, pateos y agresivos insultos. Para evitar alguna agresión personal Paul Vignon, ayudante de Delage, le implora:

      - Doctor, está en peligro. Salga deprisa por la puerta de atrás.

      Miró el científico estupefacto la agresiva, congestionada y vociferante multitud de sus correligionarios en el ideal ateo y en el progresismo científico. Le acusaban de traición y numerosos puños empezaron a levantarse amenazadores. El Secretario de la Academia, con voz alterada le habla:

      - Monsieur Delage, asumo la responsabilidad personal de que en las Actas de esta Ilustrísima Academia no quede constancia del nombre que usted ha pronunciado relacionándolo con la tela de Turín" .

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  4. Algo no cuadra en todo esto. La Iglesia ha aceptado como buena la datación de la Síndone, que la sitúa en el Siglo XIV. La Iglesia, a través de papas y antipapas, se ha negado a colocar el adjetivo "verdadero" a la Síndone desde ese mismo siglo XIV, y así lo ha repetido explícitamente Benedicto XVI. Si fuera la verdadera Síndone, Turín sería para los cristianos lo que la Meca para los musulmanes, pero no aprecio que sea así.

    Los primeros documentos que sitúan este objeto en la historia ya hablan de la falsificación y uno de sus autores ha conocido al falsificador... ¿A qué tantas molestias en intentar defender lo indefendible? Hay médicos homeópatas, pero la medicina no admite la homeopatía, por falsa. Hay científicos que no creen que el SIDA sea un virus, que creen en la Síndone y que niegan el cambio climático, pero la ciencia (y la Iglesia) saben que la Síndone no es, ni en broma, la verdadera tela que cubrió al Cristo. ¿Por qué tanto ruido alrededor de una falsificación? ¡Eso sí que es digno de estudio!

    Mal favor hacen a la fe quienes pretenden falsearla con mentiras, flaco favor hacen a la Iglesia propagando errores, mal hacen los que progagan la superstición y niegan la verdad. Y la Verdad, con mayúsculas, no necesita pruebas.

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  5. Vamos por partes. La probabilidad de que la datación por radiocarbono de la Síndone sea errónea es inferior a uno entre diez mil. El margen de confianza de la datación de cada muestra es de un 95%. La datación por radiocarbono es estadística, y ya incluye la probabilidad de una falsa lectura.

    Sostener todavía que la datación por radiocarbono de la Síndone es errónea es una barbaridad. Y si fuera errónea, atención, sería más probable una datación posterior al siglo XIV que una anterior, a las pruebas me remito.

    Ahora vayamos a los hechos. Si usted sostiene que el mismo rostro de un personaje muerto violentamente en el siglo I dC ha impreso un paño del siglo VIII y un paño del siglo XIV y deduce que eso demuestra que la datación de ambos paños es errónea, entonces usted tiene un problema. Pregúntele a una persona cuerda, si no me cree.

    Que dos dataciones por radiocarbono sean erróneas a la vez se da en dos de cada mil casos, más o menos. Como hay varias dataciones (no una sola) en el Sudario y la Síndone, que ambas sean erróneamente datadas y la datación cierta en ambos casos sea la del siglo I dC es de una entre miles de miles de millones.

    Lo que es a todas luces erróneo es sostener que es «el mismo rostro» el que ha impreso ambos paños. La semejanza estadística entre dos rostros de varones adultos de una misma raza es muy alta. Ya sabe: dos ojos, una nariz... Si además hay una barba por medio, más fácil me lo pone. Fueron rostros diferentes, es tan lógico que me parece estúpido insistir en ello.

    Mencionar al Cristo no me incomoda, en absoluto. Lo que me irrita es que se emplee su nombre en vano, que se mancille su obra con mentiras y abusos, y que la Iglesia participe en esta grotesca comedia, cuando sabe que la Síndone es FALSA desde el primer día que se exhibió en público. Qué vergüenza.

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    1. Precisamente, Francisco Alconchel Pecino, Licenciado en Ciencias Físicas y profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, demostró en el Congreso que ha motivado esta entrada en su blog que en una situación de incendio, como la sufrida por la Síndone en Chambery en 1532, puede producirse un intercambio molecular de C12 y C14 que modifica la edad radiocarbónica del objeto de estudio. Si desea discutirlo con él estará encantado de contestar a sus preguntas en la siguiente dirección: falconchel@etsii.upm.es

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  6. En cuanto a la postura de la Iglesia Católica, Juan Pablo II lo dejó bien claro:
    http://www.aciprensa.com/sudario/jp-sin.htm
    Y si usted otorga valor y credibilidad a una supuesta carta que el obispo Pierre D´arcis (http://lasabanaylosescepticos.blogspot.com.es/2006/02/el-memorandum-darcis.html) escribió al Papa en el siglo XIV, también considerará correcta la afirmación, que por aquel entonces mantenía la Iglesia Católica, de que la tierra es plana y que el sol gira entorno a ella.

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  7. Sobre el comentario de Juan Pablo II, apunto que en ningún momento dice que la reliquia es auténtica, sólo afirma que mueve a devoción y de esa devoción es de lo que habla. Ningún papa ha osado afirmar jamás que fuera la Sábana Santa auténtica o la única. Ni uno.

    Desde sus orígenes, cuando convivía con otras cuarenta síndones sólo en Francia, se suprimió el adjetivo "vera", que le fue expresamente prohibido (y todavía está vigente esa prohibición). Repito: la Iglesia sabe que es una reliquia FALSA. Lo sabe desde el primer día.

    El porqué toleran todavía que se juegue con una reliquia FALSA, evidentemente FALSA, es lo que debería preocupar a cualquier buen cristiano.

    Es tan falsa como los tres (3) dedos índice de San Juan Bautista que se cuentan sólo en el Museo de la Ópera del Duomo, en Florencia, donde, por cierto, conservan un brazo de la Virgen María (!), la nariz de Isaac, la oreja de Abraham, la vulva con el himen intacto de Santa Nosequién, virgen (y supongo mártir), etc. Es el único museo donde me he mareado ante la más macabra exhibición de reliquias contemporáneas a la Síndone que podía imaginar.

    La industria de la reliquia era floreciente en el siglo XIV, como lo había sido antes en época carolingia (la lanza de Longinos o el Sudario de Oviedo son dos ejemplos arquetípicos).

    ¿Ha visto usted un relicario de una pluma de ángel? Yo, sí. ¿Qué hay de la casa de Loreto? Los ángeles la llevaron volando de Palestina a Italia y por eso la Virgen de Loreto es la patrona de la aviación. Puestos a escoger cuentos, prefieron éste a la pseudociencia sindonológica, que es toda ella una mentira y una falsedad. El de Loreto es un relato bello.

    Ah, en Turín tendrán un sudario, pero yo he visto dos sudarios de Cristo aparte de ése, uno en Roma, en una iglesia que había sido sede papal, y otro en un pueblecito de la Toscana. Y los que no conozco. (Y no hablemos de las Verónicas, las astillas de la Vera Cruz, las espinas...)

    Sobre astronomía, cuidado. La Iglesia no sostenía que la Tierra fuera plana, nunca lo sostuvo. Al contrario, adoptó el método ptolemaico desde el primer día. Lo que no aceptó es que la Tierra no fuera el centro del universo, por una cuestión teológica (y absurda), porque Cristo no pudo nacer en un lugar que no fuera en centro del mundo, decían.

    Copérnico, el primer heliocentrista, fue obispo y sus estudios fueron sufragados y publicados por la Iglesia. En cuanto a Galileo, tuvo la osadía de meterse con la autoridad de la Iglesia en ciencia. Por eso fue condenado, porque puso en duda la autoridad de la Iglesia en asuntos que no eran de su incumbencia, y por eso mismo (con notable retraso) la Iglesia tuvo que pedir perdón. Demasiado tarde, añado, y así nos va.

    Al César lo que es del César, dijo. Pero no le hicieron ni caso.

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  8. Entiendo que se refiere Vd. a que en 1389 el Obispo de Troyes, Pierre d’Arcis, escribió un Memorando al Papa de Avignon, Clemente VII, diciéndole que Henri de Poitiers, su predecesor en el cargo, había descubierto que la Sábana Santa era una pintura. El Pontífice, tras esto, prohibió las ostensiones en la Colegiata de Lirey. En dicho Memorando, D’Arcis hace un informe exponiendo la opinión de su antecesor Henri de Poitiers, la polémica con los canónigos de la colegiata de la que él mismo tomó parte, la solicitud de prohibición de las exposiciones u ostensiones (que se habían puesto en marcha sin su consentimiento) y sus excusas por sentir el deber de oponerse a las exposiciones. Es decir, en contra de algunas afirmaciones que se hacen, en este documento, que alude a la opinión de un tercero, no se menciona en absoluto un peritaje sobre la autenticidad de la reliquia, sino una cuestión disciplinaria y una solicitud al Papa para que salvaguarde la autoridad del Obispo. Tampoco es cierta la afirmación de que se pudo demostrar el fraude con facilidad en los tribunales civiles. D’Arcis afirma en el Memorando que su predecesor, Henri de Poitiers, consideraba “que era una pintura”, pero no nos proporciona dato alguno que permita conocer si esto pasaba de ser una simple impresión personal (no sabemos si quiera si De Poitiers la vio). En ningún momento se nos proporciona el dato de quién es el supuesto falsario. Rodríguez Almenar propone un argumento bastante convincente:

    “Poco importa que un obispo o sus peritos (¡con los medios del siglo XIII!) dijeran que les parecía una pintura, si los especialistas de nuestros días afirman taxativamente lo contrario”.

    El hecho de que la impronta sindónica no aparezca en el lado inverso de la tela se debe a que, como ya se ha explicado, la imagen sólo es muy superficial y se ha “marcado” en el borde de los hilos. Si hubiera sido una pintura, el fenómeno hubiese sido el contrario: el óleo, acuarela o lo que fuera hubiera empapado totalmente los hilos; el roce y el tiempo hubieran borrado primeramente las capas más superficiales; por tanto, en cualquier clase de impresión, las huellas se hallarían actualmente en lo más hondo del tejido y no en lo más superficial.

    “Decir que los escritos del siglo XIV calificaban la Síndone como una falsificación es una verdad a medias que presenta sólo, de entre las de la época, la opinión del obispo de Troyes, quien, por cierto, pretendía recuperar la supuesta reliquia para su beneficio. Pero otros registros hay, de aquella época y anteriores, que merecen también la consideración del historiador (un investigador científico) para ponderar lo que de verdad hay en unos y en otros. Así, entre los anteriores al siglo XIV, están los escritos de probada antigüedad que indican la presencia de la Síndone en la Constantinopla del siglo X, la evidencia numismática constantinopolitana, el papel del legado de los templarios, etc.”.

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  9. Con respecto al Carbono 14, creo que desconoce Vd. la carta de la Dirección del Museo Británico, fechada el 25 de agosto de 1990, de la que se deduce que la Síndone no puede ser una falsificación.

    En la carta de Michael Tite se indica textualmente lo siguiente:

    “Escribo para remarcar el hecho de que yo mismo no considero que el resultado de la datación por radiocarbono del Sudario de Turín muestre que el Sudario sea una falsificación. Como usted ha puntualizado correctamente, describir el Sudario como una falsificación implica una intención deliberada de defraudar y la datación por radiocarbono claramente no aporta ninguna evidencia en apoyo de tal hipótesis. Yo mismo siempre he evitado cuidadosamente usar la palabra falsificación en la explicación de la datación por radiocarbono del Sudario pero me temo que la descripción del Sudario como una falsificación todavía se arrastra en un número de artículos de periódico basados en entrevistas que yo he dado. De cualquier manera no puedo más que disculparme por los problemas que tales reportajes han causado a usted y a otros en Turín”.

    Según una reciente estadística, se ha comprobado que esta prueba es muy exacta en el 67’8% de los casos. En un 9’6% de ellos, da una fecha dudosa. Y en un 22,6%, el resultado genera unos años que son, sin más, imposibles y, por tanto, inaceptables. Esto quiere decir, ni más, ni menos, que en uno de cada cuatro casos, el carbono 14, falla. Expongo a continuación varios ejemplos:

    • Huesos de un tigre colmillos de sable de LaBrea (cerca de Los Angeles), supuestamente de 100.000 años, fechados en 28.000 años.

    • Una foca recién asesinada fechada por C14 mostraba que había muerto hacía 1.300 años.

    • Conchas de molusco vivas fueron fechadas en más de 2.300 años.

    • Conchas de caracol vivas mostraban que habían muerto hacía 27.000 años.

    • En el Museo de Manchester se conserva una momia envuelta en un lienzo de lino, y al ser ambos sometidos a la datación del C14 resultó que la tela era mil años más joven que la momia que envolvía, debido a la contaminación de las fibras del tejido.

    “La única publicación científica del análisis nuclear apareció en “Nature” (337, 661-615, 1989). En ella, los laboratorios no se responsabilizan de los resultados como está reglamentado. (…) En el congreso científico internacional de la Sábana Santa de París, celebrado en septiembre de 1989, se reunieron trescientos especialistas que rechazaron clamorosamente la datación de la Síndone. En este debate compareció Tite, pero quedó amilanado ante las impugnaciones que le objetaron los matemáticos y físicos. El comité científico lo rechazó por unanimidad, porque si bien Zürich y Arizona casi coinciden, Oxford se diferencia en unos cien años.

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  10. La coincidencia de los rostros del Sudario y de la Síndone no está en los rasgos, sino en las manchas de sangre presentes en ambos lienzos. ¿Qué probabilidades hay de que las manchas de sangre, con la práctica totalidad de su morfología, coincidan en dos telas separadas por miles de kilómetros y, según el C14, por setecientos años?

    Por lo demás, le he preguntado a personas muy cuerdas: a los científicos cuyo listado me he tomado la molestia de ponerle en su blog y que Vd. parece ignorar.

    Por cierto, dado que Vd. ha visto el relicario de la pluma del ángel sería interesante que cuente a los lectores que lo ha hecho en Liria (Valencia) y que acaso no se fijó en que se trata de una "pluma" de madera que es lo único que sobrevivió de una talla gótica del Arcángel Miguel que fue destruida durante la Guerra Civil. De las demás reliquias que mencioa no sé decirle porque no las he estudiado, pero deducir que porque haya reliquias falsas todas es tan temerario como quemar todos sus euros porque se han descubierto algunos falsos.

    Gracias.

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  11. Señores,

    Si la datación fuera la de una obra pictórica (pongamos por caso) de la escuela flamenca y no una síndone, el debate habría sido cerrado hace muchísimo tiempo. Lo saben ustedes y lo sé yo. Las pruebas de radiocarbono por un lado y las pruebas documentales por el otro merecerían, en cualquier museo del mundo, el letrero "Pintura atribuida a la escuela flamenca, S. XIV". Quizá un "c. S. XIV", en algún caso.

    Tendría que ser objeto de estudio que el propietario de un objeto que sabe que no es lo que dice que podría ser (nunca ha dicho que lo fuera, o niega haberlo dicho) patrocine cualquier estudio que intente demostrat que es lo que sabe que no es, sabiendo que no lo es, y no sé si me explico. La Iglesia tampoco explica por qué reconoce que no es la verdadera Síndone y en cambio, permite que se adore la (falsa) reliquia.

    El término "falsificación" puede que no sea acertado, pero define perfectamente la labor del fabricante de reliquias, un oficio que merece nuestro reconocimiento, y un estudio en profundidad. Algunas piezas son "de gran calidad". Su Edad de Oro fue, precisamente, la Europa del Siglo XIV, y luego derivó hacia la falsificación de piezas clásicas, especialmente en Italia. Michelangelo Buonarroti hizo pasar por romanas algunas de sus primeras obras (para venderlas a mejor precio).

    La pluma de ángel (en verdad, una pluma, no un pedazo de madera, a ver si la encuentran) se suma a las reliquias más sorprendentes que pueda usted imaginar. Algunas, fabricadas a partir de antigüedades (hay más de una escultura clásica que volvió a encontrar trabajo convertida en santo o virgen); otras, despedazando cadáveres o empleando la imaginación (y hasta el buen humor). De ahí que la pluma de un ángel sea más falsa que un duro de cuatro pesetas, pero la perdonamos por su poesía e inspiración. Es un "objeto de devoción" que merece un aplauso. Mejor eso que la momia de una santa, que es, por lo general, desagradable.

    En cuanto a las dataciones de radiocarbono, sostener que no son válidas es una afirmación extraordinaria. Por lo tanto, exige pruebas extraordinarias. La comunidad científica no conoce tales pruebas. Si ustedes disponen de ellas, hagan que las conozcan.

    Como la datación por radiocarbono es una datación estadística, es normal que aparezcan dataciones que se sitúan a una, dos o más desviaciones tipo de la media de la desintegración del radiocarbono. Es normal, conocido y previsible; lo mejor, estadísticamente predecible. Por eso, la datación de radiocarbono sigue unos protocolos y un análisis estadístico determinado, que proporciona unos márgenes de confianza del resultado. La Síndone es del siglo XIV, no sé a qué tanto cuento. Y si no es una "falsificación", es una "creación" magnífica. Admírenla, pero no digan que es lo que no es.

    Si estudian todas las síndones conocidas, y no sólo las más famosas, descubrirán tremendas coincidencias en la figura del rostro del Cristo (por cierto, un hombre bastante feo, a juzgar por las imágenes), en la posición y forma de las heridas, etcétera, porque existe una riquísima y exhaustiva recreación de la Pasión y todas las llagas y heridas del Cristo desde hace muchos siglos, una afición que dejaría pasamado a más de uno, por morbosa, pero que permite muchísimas coincidencias en el mundo de la falsificación por un lado y en el mundo del Arte, por el otro. Fíjese que el Cristo de Velázquez y los Cristos del Siglo XII tienen todos, curiosamente, las mismas heridas en el mismo sitio. Ahora me dirá que es porque la Síndone esto y lo otro, lo sé, qué afición a buscarle tres pies al gato, cuando la verdad es evidente.

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