Lluvia de meteoritos en Madrid (II)


El 10 de febrero de 1896 era un día luminoso, tranquilo, casi primaveral, hasta que...

Como ya he dicho, el estallido del bólido sobre Madrid provocó el pánico entre la población y fue muy comentado en toda España.

Recordemos que en aquel entonces las gentes de bien y de posibles se dedicaban a la promoción de las Artes y las Ciencias y no hacían como ahora, que se van al fútbol. Estas gentes ilustradas y amantes del progreso manifestaban una gran afición por el imperio de la razón y procurábanse medios para que ésta predominase. Entre estos medios, destacaba una revista de difusión científica que no se libró de analizar el suceso del 10 de febrero de 1896.

Se trata de La Naturaleza - Ciencias é Industrias - Revista General de Conocimientos Científico-Tecnológicos, que editaba el Establecimiento Tipográfico de la Viuda é Hijos de M. Tello, Impresor de Cámara de S.M., sito en la carrera de San Francisco, 4. En su Tomo VII, núm. 18, pág. 281, de 1896, publica un artículo titulado Análisis químico de una de las piedras meteóricas que cayeron en Madrid del bólido del 10 de Febrero de 1896, firmado por Santiago Bonilla.

El autor comienza explicando de dónde procede la información que ha empleado para escribir su artículo. Dice:

Los datos que voy á consignar los he tomado de los partes publicados en la Gaceta de Madrid de los días 11 al 23 de Febrero por el Real Observatorio astronómico; del que publicó el Instituto Central meteorológico; de los artículos publicados en El Magisterio Español por D. Francisco Íñiguez, Catedrático de Astronomía de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central; de los de D. José de Castro Pulido, Catedrático de Cosmografía de la misma Facultad, publicados en LA NATURALEZA, y de algunos otros, escritos á la raíz del suceso. Algunos son de observación propia.

Comienza el señor Bonilla con un relato de la aparición y estallido del bólido:

El notable fenómeno meteorológico que se produjo á las nueve horas, veintinueve minutos y treinta segundos del día 10 de Febrero de 1896, alarmó grandemente, y con razón, al vecindario de esta corte, que no podía prever que en un día espléndido, con una atmósfera de azul purísimo no empañada por el menor celaje, con temperatura primaveral, el viento casi completamente en calma y con una presión barométrica normal, se produjese un relámpago de luz rojiza deslumbradora que iluminó intensamente toda la población, al que siguió un ruido seco y estruendoso y otros menos intensos, que se dejaron oir unos setenta y cinco segundos después del fenómeno luminoso. La trepidación producida fué intensísima; retemblaron hasta los edificios más sólidos de esta corte, de tal modo que muchas personas creyeron se trataba de un temblor de tierra y abandonaron precipitadamente sus habitaciones.

Luego, tras algunas consideraciones, como el rumbo del bólido a través del cielo de Madrid o las tonalidades rojizas del resplandor y la nube que dejó atrás, hace algunas consideraciones sobre la observación, preguntándose dónde tuvo lugar la explosión.

Calculando la altura á que debió tener lugar la explosión del bólido por el tiempo transcurrido entre el relámpago y el primer estampido, se puede admitir que sería de unos 24 kilómetros (Instituto Central meteorológico); de 20 á 25 kilómetros (según el Sr. Calderón, Catedrático de Mineralogía y Botánica de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central); de 33 kilómetros sobre un punto distante 20 de Madrid (según cálculos del Sr. Íñiguez basados en observaciones hechas en Madrid y Alcalá de Henares, estas últimas por el arquitecto señor Pastells).

Más adelante, el señor Bonilla explica:

La zona en que se percibió el fenómeno fué muy extensa. Según el Sr. Calderón, el resplandor rojizo fué perceptible en una zona que no bajaría de 50 kilómetros de radio. Según el Sr. Íñiguez, en casi toda España se notó la presencia del bólido: su marcha fué observada en Extremadura y Andalucía; el relámpago y la detonación se sintieron en toda la región central y en una gran parte de la septentrional, oriental y meridional de la Península

El señor Bonilla se apunta a la tésis que sostuvo que no fue un sólo bólido, sino varios los avistados alrededor de España, y da por seguro que el meteorito que estalló sobre Madrid se partió en varios fragmentos. Así, cito, los observados en Aragón y Rioja pueden muy bien proceder del de Madrid, que se fraccionase en otros menores que, desviados de su dirección primitiva, continuasen caminando por la atmósfera para caer en puntos más distantes.

Coincidió el fenómeno madrileño con avistamientos de bólidos en Cataluña y las islas Baleares. El señor Bonilla comparte el parecer del señor Íñiguez, que niega su relación con el bólido madrileño, aunque opina lo siguiente:

[...] teniendo en cuenta las noticias llegadas de ciertos puntos dando cuenta de la caída de fragmentos, hay motivo para sospechar, y aun afirmar, que fueron varios los bólidos (esto cree también D. Cosme Comás y Sola, de Barcelona) que penetraron en nuestra atmósfera el día 10 de Febrero; y que si así fuese, habría razón para creer que la Tierra cortó en dicho día la órbita de alguna corriente cósmica de corpúsculos, y podría esperarse la repetición de la caída de meteoritos en igual fecha de los años siguientes.

Hay que decir que no fue así, que no nos cruzamos con corrientes cósmicas de corpúsculos, sino que se nos cayó encima un pedrusco de miles de toneladas de peso y quizá alguno más pequeño. El bólido madrileño se desintegró y desparramó por media España. Los avistamientos meteóricos catalanes y baleares no sabremos nunca si tuvieron relación con la explosión en el cielo de Madrid.

Sitges, en 1896.
El meteorito de Sitges ¿fue un fragmento del bólido de Madrid?
En todo caso, ¿dónde cayó? ¿Dónde está?

Aviso a mis lectores indígenas de la Blanca Subur. El 10 de febrero de 1896 también cayó un meteorito en Sitges, que se confirmó auténtico, a las nueve y media de la mañana. El mismo día, la misma hora... ¿Sería un fragmento del mismo meteorito madrileño u otro diferente? Si pudiéramos dar con él, podríamos dilucidarlo en seguida mediante un análisis químico, pero ¿alguien sabe dónde está o podría estar dicho meteorito suburense? Que no se confunda el lector con el meteorito del Garraf, que se conserva en Madrid, en el Museo Nacional de Ciencias Naturales.

En todo caso, el señor Bonilla recoge algunos efectos de la explosión. La onda expansiva hizo que la presión atmosférica sobre Madrid creciera un milímetro y seis décimas por encima de la presión registrada hasta entonces y luego decreciera siete milímetros por debajo. En La Vanguardia Española (hoy, La Vanguardia) del 14 de febrero se dijo:

El bólido más importante ha sido sin duda el que pasó sobre Madrid á las nueve y media de la mañana, bólido que revistió caracteres extraordinarias por sus proporciones. El ruido fue perceptible á más de 600 km. de distancia.

¡600 km...! Eso es muy lejos.

En pocas palabras, el bólido le pegó un meneo a la atmósfera de quítate para allá.

También se recogen fenómenos eléctricos. Los más curiosos, la combustión de aislantes de pararrayos o la sobrecarga de motores eléctricos, que provocaron la electrocución de algunos operarios madrileños (a Dios gracias, sin más consecuencias que el picotazo y el susto).

Por cierto, también dice que al mineral recogido quisieron llamarlo Madridita.

4 comentarios:

  1. potser en alguna casa sitgetana una pedra sense cap gràcaa aparent ha anat passant de maà generació rere generació! a veure si trobem aquest meteorit!

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  2. Fa us moment publicava al facebook aquest article de Luis Soravilla sobre el meteorit que va caure a Sitges i em preguntava si en alguna casa Sitgetana guarden una pedra "sospitosa". Doncs al minut he rebut aquesta foto! una pedra negra!!! un meteorit? el meu oncle el guarda i és la prova que va fer convencer a un sitgetà el que deia un altre sitgetà: que fa molts anys les restes d'un meteorit va caure sobre terres sitgetanes: a sota la Fita i en unes vinyes de Campdasens. El tros més gran es va portar a Madrid i un de més petit a Barcelona. Així´que el sitgetà incrédul va anar al lloc on li indicà l'altre sitgetà i allà va poder veure que tota la pedra era calcària, de color blanc.... però que hi havia trossos de pedres negres i les va recollir!!! Ara no se si aquest és el meteorit de 1896 o un altre.... ah!!! i que cap dels dos sitgetans als que m'he referit és el meu oncle.... ell només va fer el millor: agafar i desar la pedra esperant que un dia la "neures" de la seva neboda escrivís això!!!

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  3. Estic abastament i completa impressionat. Déu n'hi do! Tot i què s'haurà de comprovar si és l'anomenat "meteorit del Garraf" o el meteorit del 10 de febrer de 1896. Brava! Bravíssima!

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  4. Ja ja ja!!! per tu Luis!!
    http://criticartt.blogspot.com.es/2013/02/el-dia-que-va-caure-un-bolid-al-garraf.html

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