¡Qué gran invento!
Si es cierto lo que dicen las estadísticas, tres de cada cuatro hogares españoles tienen lavavajillas. Eso son muchos lavavajillas. De ahí la importancia de la investigación del doctor en ingeniería química por la Universidad de Birmingham, don Raúl Pérez-Mohedano. Se licenció en Salamanca, pero ha tenido que emigrar para poder trabajar en investigación y desarrollo de nuevos productos, algo cada día más frecuente y ciertamente preocupante. Volviendo a nuestro asunto, la especialidad del doctor Pérez-Mohedano es el desarrollo y validación de métodos para mejorar el rendimiento y la utilidad de las pruebas que hacen a los productos de limpieza, un trabajo que realiza en el extranjero para la multinacional Procter & Gamble.
¿Qué ocurre en el interior del lavavajillas cuando no podemos abrir la puerta?
En pocas palabras, sabe de lavavajillas lo que está y no está escrito, porque el doctor Pérez-Mohedano conoce al dedillo el comportamiento físico-químico de lo que ocurre en el interior de esos electrodomésticos. Y he aquí que nuestro héroe va y pregunta, con buen criterio, si los lavavajillas lavan las vajillas, realmente.
Este planteamiento tan audaz pone a la industria de los electrodomésticos en el punto de mira, pero también cuestiona muchos de nuestros hábitos. Porque, si los lavavajillas no lavan las vajillas... ¡ya me dirán ustedes!
De obviedad en obviedad, el doctor Pérez-Mohedano deconstruye una realidad que creíamos firmemente asentada y la desmenuza ante nuestros ojos. Escalofriante, lo menos, pero la ciencia es así, qué le vamos a hacer, y los hechos saltan a la vista.
Todo dispuesto en ordenadas filas.
La pregunta original era obvia: ¿lavan (realmente) las vajillas los lavavajillas? La primera observación del doctor Pérez-Mohedano es igualmente simple, pero sus consecuencias son tremendas. Hagan como él hace: échenle un vistazo a su lavavajillas. Los platos, los vasos y demás cacharros se ordenan en líneas paralelas, en dos o tres bandejas. El interior (y el exterior) es cúbico o prismático; cuadrado, para entendernos. En cierto modo, esa disposición responde a nuestra necesidad de disponer las cosas de un modo simétrico y ordenado; también hay que pensar que tendrá que situarse entre varios muebles de cocina; finalmente, hay que notar que es más fácil y más barato fabricar un lavavajillas cuadrado que uno redondo.
Ahora fíjense en cómo limpia el lavavajillas. Los lavavajillas, para lavar las vajillas, emplean movimientos circulares. Unos aspersores van dando vueltas y echan agua caliente y jabón sobre las bandejas llenas de platos. Pero ¿no se disponían los platos de manera lineal? ¿No sería más correcto disponerlos formando círculos? Correcto, no sé, pero más efectivo y eficiente, ¡desde luego!
Curiosamente, los lavavajillas antes llevaban bandejas circulares.
Hechas estas observaciones, el doctor Pérez-Mohedano llega a una conclusión inevitable y lógica: no todas las piezas de la vajilla se limpian igual o con la misma intensidad. Unas se limpian más que otras. El investigador sugiere que los platos y demás piezas de la vajilla tendrían que disponerse circularmente, para que la limpieza fuera más eficiente y homogénea, pero ya que eso no puede ser, acaba dando algunos consejos.
Por poner un ejemplo, los platos que han servido carbohidratos (patatas, pasta, por ejemplo) tendrían que colocarse en el centro y los que han servido proteínas (carne, pollo, pescado), a su alrededor, en una disposición lo más circular posible. Eso porque la química de los carbohidratos es diferente a la de las proteínas y requiere más esfuerzo por parte de la máquina. Otra de sus recomendaciones (ésta, más polémica) es no llenar del todo, hasta la bandera, el lavavajillas. Según el doctor Pérez-Mohedano, el mejor rendimiento de la máquina se da cuando está llena, pero no del todo. Llenita, digámoslo así. Siempre, eso sí, desde el punto de vista de la máxima limpieza. El punto de vista del ahorro de energía es diferente, pero ahora no vamos a discutir de eso. Son cosas de ingenieros.
El futuro pertenece a los lavavajillas redondos.
El doctor Pérez-Mohedano concluye sus observaciones recomendando cambios de importancia en el diseño de los lavavajillas. El principal, una disposición circular de los platos, vasos y cacharros que facilite una mejor limpieza. Ahora falta saber si le van a hacer caso.
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