Hacia Ítaca por la tercera vía y cantando


El Gobierno de los Mejores después del primer baño electoral.

Primero fue el Gran Timonel y su tripulación del Gobierno de los Mejores, rumbo a la Mayoría Excepcional, que naufragaron en las costas de Sufragio, perdiendo a doce hombres. ¡No pasa nada!

Una de las etapas del viaje hacia Ítaca.

El gran líder patrio se autodenominó Astuto, como Ulises, y nos prometió regresar a Ítaca. La gente, tan poco leída, aplaudió muy contenta, sin darse cuenta de que el único que al final del viaje regresa a Ítaca es Ulises, que los demás se mueren todos por el camino. 

Pero se abandonaron los caminos de la mar por otros marcados, los de las vías férreas, y las metáforas abandonaron la navegación a vela para adentrarse en la Revolución Industrial y la máquina de vapor.

La locomotora del prusés pasando por encima del Estado del Bienestar.

En éstas, los tertulianos se llevaron las manos a la cabeza todos y nos advirtieron de un choque de trenes.

Si uno va hacia aquí y el otro en dirección contraria... ¡Chocarán! Ay, qué miedo.

Y se inventaron una tercera vía.


Pero ¿no venía uno de frente?

Pero, digo yo, si hay una tercera vía es que hay una segunda. Si hay dos vías y no una sola, ¿por qué han de chocar los trenes? Si cada uno hace lo que tiene que hacer, si cada uno va a lo suyo, no hará falta una tercera vía. Pero la metáfora ha tenido éxito y allá están, encargando raíles.

Mira que si descarrila...

Ahora me vienen con más metáforas ferroviarias. Ahora temen que descarrile el proceso. 

En efecto, todo está pendiente de un hilo. Con un 3% por debajo de la mayoría de votos (deliciosa casualidad), la coalición Juntos por el sí de derecha nacional-neoliberal-conservadora depende de la oximorónica unión de candidaturas populares anarco-nacionalistas de la CUP para que don Artur Mas sea presidente con mayoría absoluta. El lobby llamado Camamila Party (primo hermano del Tea Party americano, con el que comparte ideología) está presionando a la CUP para que vote a Mas como presidente, porque, si no, todo se va al c... Descarrila, perdón.

A algunos se les está acabando la vía.

Si no sale Mas, descarrila CiU y ahí se queda, insignificante. Si sale, descarrila la CUP y queda en evidencia por votar a quien juraron no votar. Si quieren que el tren siga adelante, tendrán que echar al maquinista y desprenderse de algún vagón. En cualquier caso, el fogonero, el revisor, los pasajeros... no parece que entre ellos se lleven muy bien y quién sabe si llegarán a un acuerdo para ver cuál de ellos tendrá que bajarse en la próxima estación para que el tren pueda subir la cuesta.

La situación se complica por momentos.

Por lo tanto, conviene una nueva línea metafórica y la CUP ha propuesto las metáforas musicales. La CUP propone una presidenia coral. Habrá bajos, barítonos, tenores, contraltos... y algún Soprano, ya verán.

Al final, todo acabará con un concierto.

Si la CUP tiene éxito, pronto discutiremos sobre quién será el director de orquesta, sobre la partitura, sobre quién será el solista y no les extrañe que alguno prefiera una jam session, mientras se alzan voces solicitando una sardana para que todos bailemos alrededor de lo mismo cuatro años más. 

Uno se pregunta si esto va a durar mucho y teme la respuesta.

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