Edicions UAB, la editorial de la Universidad Autónoma de Barcelona, publica Escrituras, lengua y cultura en el antiguo Egipto, del profesor Josep Cervelló Autuori. La obra forma parte de un proyecto más amplio que proseguirá (me parece) con una gramática del egipcio antiguo y entrará en el detalle de la lectura, traducción e interpretación de textos antiguos. Este libro puede considerarse, si se quiere, como una introducción, aunque es autónomo y puede leerse sin más. Él solito se explica y defiende, y muy bien.
Era un libro necesario. No había en español libro alguno que describiera las diferentes lenguas y escrituras del antiguo Egipto, que explorara sus orígenes, que describiera su evolución y que, muy especialmente, nos mostrara su relación con la cultura y la ideología de esa antigua civilización con el rigor académico debido. La escritura sagrada y la escritura profana, los cambios que sufrió la lengua relacionándose con los que sufrió el propio Egipto, las escrituras que empleaban unas u otras clases sociales... Si uno quiere saber de dónde salen, cuáles son, cómo evolucionaron y qué fue de las lenguas y escrituras del antiguo Egipto, éste es el libro. También lo será si quiere comprender mejor la cultura y la ideología del antiguo Egipto, manifestándose a través de la manera de hablar y escribir. No es un libro para aprender a leer egipcio, quede dicho, pero sí para conocer cómo, por qué o qué lenguaje o escritura utilizaba un antiguo egipcio.
Es un libro que requiere que el lector ponga un poco de su parte. Está pensado como libro de texto para alumnos de Egiptología, pero sirve también para ilustrar a estudiosos de las Humanidades que quieran explorar el qué de la civilización del Nilo, sin tener que meterse en farragosos tratados de gramática y demás que no ofrecen una panorámica de la cuestión, sino que se centran en el detalle. Los simples curiosos o aficionados podrán sumarse a la colección de lectores; el libro está muy bien escrito, se explica claramente y se comprende todo sin más que prestar la debida atención.
Sí, la lectura ha de ser atenta y aplicada, porque se despliegan ante nosotros lecciones de historia, antropología y lingüística, con exhaustiva precisión. No es un libro de divulgación al uso, sino un libro que resume y pone en su sitio lo que sabemos sobre Escrituras, lengua y cultura en el antiguo Egipto, ni más ni menos. Pero ¡es un gran libro! Una obra muy estimable. A poco que les interese (de verdad) el tema, búsquenlo y léanlo. Lo digo muy en serio.
El profesor Cervelló, tomando apuntes en Saqqara, Egipto.
Foto publicada por El Periódico.
Conozco a su autor y lo tengo en gran estima. Lo tuve de profesor de prehistoria e historia antigua y he viajado con él a Egipto en un par de ocasiones. Sabe contagiar su entusiasmo cuando uno está frito a no sé cuántos grados a la sombra, deshidratado, agotado, contemplando los restos de un templo del que apenas queda nada, y ya les digo yo que contagiar el entusiasmo que uno pueda tener en tales condiciones es cosa de mucho mérito. Me presenté en Egipto sin tener ni idea de egiptología, más allá de lo que decía el Hollywood de Cecil B. DeMille o lo que sabía de la guerra del Sudán, con lord Kitchener cargándose a los fanáticos del Mahdí en plan Las cuatro plumas. Regresé de ahí fascinado. Hice mi trabajo final de carrera sobre tecnología y cultura en el antiguo Egipto con la ayuda del profesor Cervelló y, aunque me inclino más hacia otras ramas de las Humanidades (lo siento, Josep), sonrío felicísimo cada vez que me hablan del antiguo Egipto. Gracias a él, principalmente.
En lo formal, es profesor de egiptología en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), director del Instituto de Estudios del Próximo Oriente Antiguo de la UAB, profesor de lengua egipcia clásica y neoegipcia e historia de Egipto desde 1992, dirige el máster oficial de Egiptología, etcétera. Ha hecho trabajo de campo en Saqqara y es autor de libros, artículos, tesis y lo que haga falta, no nos vamos a extender en ello.
No nos ahorramos la polémica con este librito en apariencia tan inocente. En algunos círculos ha encendido las pólvoras del debate y eso está bien. El profesor Cervelló defiende (con sólidos argumentos) que nuestra escritura debe mucho a la escritura egipcia. El contacto de los egipcios con los pueblos semitas en Oriente Medio y Próximo, sostiene el profesor, hizo surgir los primeros alfabetos y más de uno comienza a ponerse nervioso.
Esas primeras letras evolucionaron y cambiaron, se extendieron por el Mediterráneo, las emplearon los fenicios, los griegos, los romanos... y de ésas, estas otras, éstas que ahora empleo. Qué sorpresa. Muchas de ellas provienen de antiguos signos jeroglíficos egipcios. Como ya he dicho, a partir de aquí se lía una de bien gorda y se enciende la polémica. ¡Fantástico! Si me preguntan, diré, con la osadía que me proporciona la ignorancia, que el profesor tiene mucha razón. No toda, porque a mí también me gusta discutir. Por llevar la contraria, nada más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario