Encontré en el buzón, hace un par de días, un papel impreso en ambas caras que avisaba al personal de un suceso escalofriante. El diseño de la propaganda apunta inequívocamente a un concierto, que protagonizarían el bardo... y la monja. Pero el bardo ¿no estaba retirado? Y la monja antivacunera y promotora de tonterías pseudocientíficas ¿también canta? Imaginarme un recital del primero ya me tienta para salir corriendo, pero sumar a la monja cantando asegura mi pavorosa retirada. Por favor, qué miedo.
No me digan que no parece que anuncie un concierto.
Sin embargo, es una propaganda tramposa. El acontecimiento no es el debut artístico de la monja antivacunera haciendo dúo con el bardo, menos mal, sino el anuncio de una charla. Lo de LIVE en mayúsculas, centrando toda la atención del lector del pasquín, engaña mucho y uno se alivia cuando le explican después que no cantarán ni él ni ella.
No cantarán, dice una amiga mía, pero darán el cante. Eh, cuidado. Lo que diga una señora que cree que beber lejía diluida con zumo de limón cura el cáncer seguro que ha de ser pintoresco y no podrá tomarse en serio, incluso dará para unas risas, pero no critico ahora lo que pueda decir esa señora, sino la manera en que se anuncia... y el susto que me han dado. ¡Imagínensela cantando! Para echarse a temblar.
Una nota final. El pasquín viene impreso en las dos caras. Una, impresa en castellano y la otra, en catalán. En las dos pone LIVE bien grande y que se vea, amenazando al personal con ese (falso) concierto. En cambio, en el sitio web de la organización que promociona el (falso) concierto sólo figura el pasquín en catalán y no hay manera de tenerlo en castellano. Es decir, puertas afuera hacen una cosa y puertas adentro, otra. Tomamos nota. Ahora, ya pueden hablar de la lejía que cura el cáncer y otras zarandajas por el estilo.
Cada vez proliferan más los comercios que se dedican a lo esotérico y la brujería. Son negocios fomentados por el poder y que se dedican a vender la moto a los incautos que creen que una monja o un cantautor pueden salvar esta tierra de cándidos papanatas que confunden una ilusión con un programa de gobierno.
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