Los cazadores, de aurora


No se le escapa a nadie que los uniformes de la época napoleónica eran coloridos y espectaculares. Aunque cada nación tenía un color o combinación de colores predominante, la variedad es casi infinita, como lo es la variedad de los cortes y diseños de los uniformes, los sombreros o las armas. ¡Preguntad a un aficionado a los soldaditos de plomo! ¡A un historiador! 

Una antigua vitrina del Museo del Ejército, en los Inválidos, París.

Entre tantos uniformes, destacan los de la caballería ligera. Centrándonos en la Grande Armée de Napoleón, los uniformes de los húsares y los cazadores a caballo, porque eran los más coloridos. Quizá la parte más característica de estos uniformes sean los dormanes y las pellizas. 

Detalle de un par de raquettes para un oficial sobre unos alamares, en hilo dorado. 
Se trata de una obra de factura contemporánea.

Estas prendas, y algunos chalecos en el caso de los húsares, estaban decoradas con alamares, que son presillas y botones, u ojales sobrepuestos, cosidos a la orilla del vestido o capa, que sirve para abotonarse, pero también puede servir para gala y adorno (v. RAE). Los húsares y similares comenzaron con siete filas de botones (y alamares) y hacia el final del Imperio se impusieron algunas piezas del uniforme con nueve filas.

Los uniformes con alamares son llamados à la hussarde (al estilo de los húsares), porque eran estos soldados los que solían llevarlos más a menudo (aunque, atención, en campaña podían llevar levitas o cazadoras, que se abrochan con botones y sin alamares). Los cazadores a caballo de la Grande Armée no suelen llevar alamares en sus prendas, pero hay excepciones sobre todo entre algunos oficiales, los cornetas y los músicos. Los ayudantes de campo o la escolta de algunos mariscales también vestían con alamares. Los de Murat, por supuesto, pero también los de Berthier (véase la primera foto de este artículo).

Los cordones de los alamares suelen ser del mismo color y material que los demás cordones del uniforme y algunos adornos parejos (por ejemplo, las raquettes). Por regla general, en toda la caballería se emplean cordones blancos o amarillos; entre los oficiales, el blanco pasa a ser plateado y el amarillo, dorado. Suele ser también el color de algunos vivos y bordados del uniforme.

La excepción: el 3.º de Húsares.
Empleo esta acuarela porque así se aprecia mejor qué prendas y partes del uniforme quedaban afectadas por el color de los cordones. Luego ya entraríamos en los detalles y más excepciones, que no enumeraré aquí. 

Ésta es la norma en trece de los catorce regimientos de húsares y en los veintiún regimientos de cazadores a caballo a las órdenes de Napoleón. La excepción entre los húsares sería el 3.º de Húsares, un regimiento que vestía de color gris y que empleaba cordones y alamares rojos, que serían plateados entre los oficiales. 

Como el color de la artillería es el rojo, los cordones rojos se dan entre los artilleros, pero también en algunos regimientos de infantería y en algunos de caballería pesada. Pero en la caballería ligera, no, con la única excepción, ya digo, del 3.º de Húsares.

Aquí vemos a Napoleón en Jena, según un óleo de Vernet. 
Al fondo, a la izquierda, un cazador a caballo de la Guardia Imperial con el mosquete a punto, señal de que pertenecía al pelotón de escolta.
A la derecha, cargando con una pesada cartera llena de planos para Napoleón, otro cazador a caballo.
En el cuadro original se aprecia bastante bien el color anaranjado del que hablamos.

Pero nos quedan dos regimientos muy famosos que tenían los cordones de un color exclusivo y singular, como exclusivos y singulares eran esos mismos regimientos. Uno de ellos, además, vestía à la hussarde: el Regimiento de Cazadores a Caballo de la Guardia Imperial, que proporcionaba la escolta a Su Majestad Imperial en cualquier campaña (excepto en los primeros días de la campaña de Austerlitz). El otro, el Regimiento de Granaderos a Caballo de la Guardia Imperial, que era un regimiento de élite de la caballería pesada francesa. 

Granaderos a caballo de la Guardia Imperial.
Observen el color de los vivos y cordones.

El color de los cordones de ambos regimientos era el mismo, y era empleado también por el personal al servicio personal del Emperador. Era, por tanto, una señal del más alto privilegio. No en vano, ambos regimientos habían nacido como una pequeña tropa que había escoltado al general Bonaparte en Italia y que se había convertido en la única caballería de la que sería después su Guardia Consular.

Oficial de los cazadores a caballo de la Guardia Imperial pintado por Géricault.
Es, quizá, el cazador a caballo más famoso del Louvre.

Por razones que no vienen al caso, he estado documentándome un poco sobre los cazadores a caballo de la Guardia Imperial y he tropezado con el color de sus cordones y alamares. He tropezado con la poesía en el lugar más inesperado.

Porque el color de los cordones de estos dos regimientos es el aurora (aurore, en original).

El color aurora es un color anaranjado semejante al que ilumina los cielos al amanecer, como indica su propio nombre, y así se describe en las ordenanzas de la época, tal cual. Hay quien diría que es un color pomelo, o un naranja amarillento, o un amarillo anaranjado, pero vivo siempre y en cualquier caso. Entre el Regimiento de Cazadores a Caballo, además, era el color de los bordados en varias piezas del uniforme, en los galones, el portapliegos o parte de los arneses de la caballería.

Portapliegos de un cazador a caballo de la Guardia Imperial.
El bordado de los bordes y los cordones es de color aurora.
Está un poco descolorido por el paso del tiempo, porque es una pieza original.
Se expone en los Inválidos, en París.

Han sobrevivido algunos cordones de la época y pueden verse en los museos, aunque han perdido la vivacidad del amanecer y lucen apagados por el paso del tiempo. Pero queda su nombre, aurora.

De verdad, y miren que llevo años curioseando en estas cosas, nunca había tropezado con un nombre así y así descrito en las ordenanzas de un ejército moderno o contemporáneo. 

1 comentario:

  1. El combre del color es tan poético como curioso, nada que ver con el color "testa di moro" o el color "fumo da Londra" que son mejores para el camuflaje.
    Saludos
    Francesc Cornadó

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