Uno de mis primeros recuerdos es la memoria del viaje a la Luna del Apollo XI. De pequeño quería ser astronauta, a la vista de algo tan emocionante. Uno de los protagonistas de aquella aventura fue Collins, de los tres astronautas, el único que no pisó la Luna. Sin embargo, su misión era de transcendental importancia, pues, sin su ayuda, ni Armstrong ni Aldrin hubieran podido regresar para contarlo.
El pasado 29 de abril supe que había iniciado su último viaje. En paz descanse.
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