Les copio la carta que mi hermano ha enviado a varios periódicos, con la esperanza de que alguno la publique. También al director y a varios cargos pedagógicos del IES Carles Rahola, en Gerona. Porque mi sobrino tiene diagnosticada una TDAH y es tremenda la incomprensión, la falta de interés y el abandono que sufren los alumnos con necesidades especiales y sus padres en nuestro sistema educativo. Es, simplemente, vergonzoso.
Copio el texto de mi hermano:
¿Se imaginan un instituto que expulsara a un niño cojo por llegar el último en las carreras?
Cambien cojo por un chaval de 12 años con TDAH que cursa 1º de ESO.
El esfuerzo que un chaval con este diagnóstico ha de hacer para sacar el curso adelante es muy superior al que han de realizar la mayoría de los niños.
Quedan 12 días para acabar el curso, el impulso final, y le notifican una expulsión de 3 días por acumulación de faltas. Faltas como olvidarse del material, no estar quieto en clase, distraerse y distraer. Es decir, por tener TDAH.
No pretendemos que sus actos no tengan consecuencias: trabajos extras o las reparaciones que se consideren oportunas. Pero la expulsión no puede ser la opción.
¿De verdad creen que un chaval de 12 años con TDAH puede quedarse tres días solo en casa, una semana antes de acabar el curso, y que eso le va a ayudar a superar las últimas pruebas?
La probabilidad que un chico con TDAH mejore su comportamiento por ser expulsado del instituto tres días (o uno) es NINGUNA.
Un chaval con TDAH, con tan escasa autoestima, va a considerar que todo esfuerzo es inútil.
¿Cómo puedo felicitar a mi hijo por el esfuerzo que está haciendo y al mismo tiempo le comunico que lo han expulsado tres días?
La escuela debe garantizar la igualdad de oportunidades para todos los alumnos y eso exige tratamientos y aproximaciones diferentes según las circunstancias. No todo funciona con todos.
¿Qué es más importante, cumplir un protocolo o ayudar a un alumno?
Afrontar el TDAH en una familia exige muchas energías y por momentos puede resultar agotador. Y hay que hacerlo.
Uno espera encontrar en la escuela algo de acompañamiento, comprensión, conocimiento y asesoramiento. Pero nos encontramos todo lo contrario. Somos nosotros quienes debemos asesorarles. Si se dejan.
La sensación de incomprensión, soledad y abandono de las familias es enorme.
Hola. Lo que me extraña es que nadie haya comentado nada aquí. Tu hermano tiene toda la razón, expulsando al alumno no se resuelve el problema, al contrario. Sucede lo mismo que con las víctimas de acoso, son las que, a menudo, tienen que cambiar de colegio. El problema del alumnado con TDAH hay que abordarlo desde todos los puntos de vista y solucionarlo entre todos los miembros de la Comunidad Educativa.
ResponderEliminarHay que tener en cuenta que los padres son los que más de cerca ven la problemática por estar más tiempo con el niño y, por desgracia, carecen de los recursos y de los conocimientos necesarios para abordarlo.
Los Centros, la mayoría de las veces, se ven desbordados y no disponen de suficiente personal docente para una atención más personalizada.
El Profesorado suele tener una ratio altísima y está presionado por la Dirección, Inspección, etc. para que cumpla con el Currículo.
Por todo lo anterior la solución es difícil, pues depende sobre todo de la Administración Educativa; con esto no quiero disculpar al Colegio, al contrario, eso de “deshacerse del problema” expulsando al alumno es poco pedagógico, no soluciona el problema y sólo hace aplazarlo.
En la mayoría de Centros hay un gabinete de Orientación Escolar integrado por profesionales especializados en Pedagogía Terapéutica, Audición y Lenguaje, Logopedia, Psicología, etc., ellos son los que tienen que solucionar los problemas del alumnado con necesidades especiales. La expulsión es el último recurso y si se llega a ese extremo es por faltas muy graves de disciplina.
No sé si tu hermano recibió la notificación por escrito o de forma verbal, sea como sea, tendría que ir a Inspección y denunciarlo.
Por otro lado, imagino que tu hermano sabe que el TDAH es un problema neurológico en el que los neurotransmisores no conectan bien entre sí, por lo que se necesita medicar al niño muchas veces; es curioso que esos medicamentos sean estimulantes, parece que tienen un efecto paradójico y que lo que hacen es reconectarlos.
Un remedio casero es darle al niño café o Coca Cola, por lo menos es más suave que la medicación. A lo largo de los años lo recomendé a los padres cuando detectaba algún caso entre mis alumnos. Si con el café se tranquilizaban les decía que lo llevaran al médico para que lo examinara y diagnosticase; si no se calmaba, es que era el típico niño inquieto o traste. Muchos padres piensan que sus hijos son hiperactivos porque son movidos y no es cierto.
En la actualidad se ve un exceso de diagnósticos de TDAH, cuando en realidad no hay tantos, también hay médicos que recetan en exceso medicación, porque lo solicitan los padres, el problema es ajustar la dosis, es complicado porque cada niño es diferente. Lo malo de este tipo de fármacos es que hay que aumentarlo cada vez más, pues su cuerpo se habitúa y no hace efecto.
Muchas veces el TDAH se soluciona solo, con el tiempo y el crecimiento del niño.
Hay estudios que demuestran que los colorantes de las chuches y otros ingredientes alimentarios pueden influir en el aumento del TDAH.