¿Ha muerto Shakespeare?


La editorial Sequitur publica en un volumen de bolsillo, ligero como una pluma, tres pequeñas obritas de Mark Twain, traducidas por Javier Eraso Ceballos. Son Is Shakespeare Dead? (1909), que da título al libro (¿Ha muerte Shakespeare?), A Burlesque Biography (Una biografía, 1871) y An Encounter With an Interviewer (En compañía de un curioso, 1874). Después de leerlas, uno insiste en pensar que si Mark Twain no existiera, tendríamos que inventarlo. Es un genio.

Con un sentido del humor y una lógica apabullantes, Mark Twain dedica su primer ensayo a cuestionar que Shakespeare fuera el autor de las obras de Shakespeare, un viejo debate literario. Se apunta al bando de los baconianos (quien las escribió fue Francis Bacon), pero sin demasiado convencimiento. ¡Da igual quién fue! Shakespeare, seguro que no, afirma. Los amantes de la literatura agradecerán tanta irreverencia; los que no saben del asunto, tendrán en qué pensar por las noches. Con frecuencia nos olvidamos del Mark Twain escéptico, crítico y pensador, y es un Mark Twain notable, a fe mía.

Una biografía es una burla a las autobiografías, breve y jocosa. Pero es En compañía de un curioso, un breve diálogo entre un periodista y el autor, la suma del humor más absurdo, surrealista y brillante que ha caído últimamente en mis manos. ¡Los Hermanos Marx no podrían haberlo escrito mejor! Desternillante.

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