Riesgos imprevistos

Hace unos años, se puso de moda el parto natural y parir en casa, especialmente en Europa y los EE.UU. En los países pobres, hay que parir forzosamente en casa y sin anestesia, porque no hay hospitales ni nada, pero en los países ricos se promocionó esta práctica porque numerosos estudios demostraban que era beneficiosa (para la madre). La madre estaba más tranquila y relajada, en un entorno conocido y confortable, etcétera. Sin embargo, un metaanálisis que publica el American Journal of Obstetrics and Ginecology, que compara 350.000 partos de bajo riesgo en casa con más de 200.000 partos similares en hospitales, pone en duda las ventajas de esta política.

En primer lugar, siempre según el estudio, es cierto que la madre se siente más cómoda pariendo en casa que en un hospital, lo que tiene sus ventajas, pero añade el estudio que el 36% de las madres primerizas necesitan alguna atención hospitalaria (y un 9% de las madres por segunda vez).

En segundo lugar, mueren más niños en los partos en casa que en los partos en hospital. La proporción es un poco más del doble; 0,9 por mil en un hospital, 2 por mil en casa. En Holanda, parir en casa está sufragado por el sistema sanitario público; en Holanda se registra uno de los máximos índices de mortalidad perinatal de Europa (uno de cada cien niños). No está clara la relación causa-efecto, pero estamos delante de una de las posibles causas, apunta el estudio.

Como todo en ciencia, hay que tener paciencia y verificar y analizar y comprobar, pero una vez más un análisis estadístico sistemático pone en evidencia algunas de nuestras creencias. Hoy ponen en duda las bondades del parto casero. Hace unos días no apreciaron diferencias significativas en la salud de las personas que se alimentaban de alimentos ecológicos y las que se alimentaban de alimentos industriales. Tampoco se descubrió indicio alguno de que los teléfonos móviles provocaran tumores. No parece que los videojuegos mejoren especialmente alguna habilidad en las personas. La acupuntura tiene los mismos efectos sobre el organismo (prácticamente ninguno) pinche donde pinche la aguja. Etcétera.

2 comentarios:

  1. Entre parir en casa, y parir en el hospital y que te quiten el niño nada más salir del c... hasta las seis de la madrugada del día siguiente, como sucede en Italia, hay mucho trecho. De hecho, allí en la mayoría de hospitales el niño está siempre metido en una sala separada, y la mujer debe desplazarse allí para darle el pecho. Si la mujer no se puede levantar... pues no le da el pecho, le dan leche artificial y santas pascuas. Eso conlleva que se rompa el vínculo bebé-mamá: la mayoría tienen graves dificultades luego para darle pecho, que es lo que asegura una alimentación más sana para el bebé, y lo protege de múltiples enfermedades -según la estadística-.
    Se deberían poder habilitar salas en los hospitales donde parir de forma natural, y que una vez salido el bebé, te lo dejaran tener todo el tiempo contigo o con tu pareja, como es natural.
    Eso conllevaría disfrutar de la paternidad y maternidad con todas las ventajas de la ciencia a pocos metros.

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  2. Es cierto. Lo primero es la persona. Un buen cuidado médico no tendría que estar reñido con un trato amable. Una sala de partos no es una fábrica, o no debería serlo.

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