Parece que no era lo que parecía que era


El Vaticano había insinuado que había dado con un nuevo Caravaggio, un Martirio de San Lorenzo de 183 por 130,5 cm que prometía mucho. Dejaba ir la bomba, pero se cubría las espaldas con mucha prudencia y hoy, días después, parece que la precaución tenía una poderosa razón de ser.

El director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci, ya se había mostrado escéptico y prudente. Rossella Vodret, superintendente de los museos italianos (la señora de la fotografía), convocó a todos los estudiosos que pudo para que vieran el cuadro con sus propios ojos y opinaran. ¡Vaya si han opinado! Esa pierna parece la pierna de una rana, no la de San Lorenzo, refiere uno de los expertos, a título de ejemplo.

Sin embargo, parece que están de acuerdo en algunas cosas y muy interesantes. Todos los expertos consultados dan por hecho que la obra es meridional. Napolitana, quizá, pero podría ser siciliana o maltesa. El pintor conocía la obra de Caravaggio, y la estudió. Faltan realizar pruebas diagnósticas (que tendrán un coste de 3.000 euros), pero se apunta la posibilidad de que el autor fuera Michele Cassarino o Mario Minniti. Los expertos se inclinan por ver en el San Lorenzo una obra de Minniti y ¡atención! ¡Qué gran noticia!

Porque Minniti fue siempre amigo fidelísimo, discípulo, puede que incluso amante, de Caravaggio. Para un caravaggista de pacotilla como un servidor de ustedes, vérselas con un Minniti no está mal. Aunque pinte piernas que parezcan de rana, que tampoco hay para tanto, caramba.

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