No dan pie con bola. El Centre d’Estudis d’Opinió (ceo.gencat.cat) publica estos días el Informe de Valoración del Gobierno, Enero de 2010. Los resultados tendrían que mover a espanto, son tremendos.
Cuando se les da a escoger a los catalanes, piensan que el primer problema del país es el paro, pero el segundo problema es la política o los políticos (será esta política de estos políticos, digo yo). La primera, en la frente. Luego dejan caer alguna más, puesto que la mayoría (más de un 55%) cree que el actual gobierno ni sabe ni es capaz de solucionar los problemas del país, y un porcentaje superior cree, además, que no pasa a la acción (que ni lo intenta, vamos). Dos terceras partes de los catalanes piensan que su gobierno autonómico gestiona el dinero ineficientemente.
En general, la percepción es que empeora todo, excepto aquello que estadísticamente no importa, que sigue lo mismo. Suspenden en gestión y confianza, claramente además, los tribunales de justicia, los sindicatos, el Gobierno de España y el de la Generalidad de Cataluña. Los ayuntamientos tienen un aprobado justísimo. Los catalanes responsabilizan de los problemas que sufren en sus carnes al Gobierno de la Generalidad de Cataluña antes que al Gobierno de España. La culpa ya no es de Madrid (no tanto, al menos).
Ah, que no vayan frotándose las manos los partidos de la oposición, porque tampoco salen bien parados en el reparto de bastonazos: no hay diferencias apreciables entre la valoración de un partido u otro. Por cierto, uno de cada tres catalanes no sabe qué partidos gobiernan, y uno de cada cuatro no sabe qué partidos tienen parlamentarios. Ya puestos, la mayoría de los catalanes no sabe si es de izquierdas o de derechas y se sitúa en el centro, porque dos de cada tres catalanes no siente ningún interés por la política. Sobre quién te quiere más, si papá o mamá, se declaran moderadamente catalanistas, y no pierden el sueño por esta cuestión. De hecho, el total de catalanes que se siente sólo catalán ha disminuido el último año, aunque se mantiene en el orden de uno de cada seis.
Así las cosas, nos vamos a divertir en un año de elecciones. ¿Votará el 50% del censo? ¿El 60%? Se aceptan apuestas.
Cuando se les da a escoger a los catalanes, piensan que el primer problema del país es el paro, pero el segundo problema es la política o los políticos (será esta política de estos políticos, digo yo). La primera, en la frente. Luego dejan caer alguna más, puesto que la mayoría (más de un 55%) cree que el actual gobierno ni sabe ni es capaz de solucionar los problemas del país, y un porcentaje superior cree, además, que no pasa a la acción (que ni lo intenta, vamos). Dos terceras partes de los catalanes piensan que su gobierno autonómico gestiona el dinero ineficientemente.
En general, la percepción es que empeora todo, excepto aquello que estadísticamente no importa, que sigue lo mismo. Suspenden en gestión y confianza, claramente además, los tribunales de justicia, los sindicatos, el Gobierno de España y el de la Generalidad de Cataluña. Los ayuntamientos tienen un aprobado justísimo. Los catalanes responsabilizan de los problemas que sufren en sus carnes al Gobierno de la Generalidad de Cataluña antes que al Gobierno de España. La culpa ya no es de Madrid (no tanto, al menos).
Ah, que no vayan frotándose las manos los partidos de la oposición, porque tampoco salen bien parados en el reparto de bastonazos: no hay diferencias apreciables entre la valoración de un partido u otro. Por cierto, uno de cada tres catalanes no sabe qué partidos gobiernan, y uno de cada cuatro no sabe qué partidos tienen parlamentarios. Ya puestos, la mayoría de los catalanes no sabe si es de izquierdas o de derechas y se sitúa en el centro, porque dos de cada tres catalanes no siente ningún interés por la política. Sobre quién te quiere más, si papá o mamá, se declaran moderadamente catalanistas, y no pierden el sueño por esta cuestión. De hecho, el total de catalanes que se siente sólo catalán ha disminuido el último año, aunque se mantiene en el orden de uno de cada seis.
Así las cosas, nos vamos a divertir en un año de elecciones. ¿Votará el 50% del censo? ¿El 60%? Se aceptan apuestas.
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