Quien lo haya hecho, además de sinvergüenza es tonto, resumió el portavoz de la Asociación de la Industria Fotovoltaica, ASIF. ¿Creía que no lo íbamos a pillar? Airado, se refería a los propietarios de algunos huertos solares que, oh, sorpresa, producen energía eléctrica bien entrada la noche. Los huertos solares son, para que se sepa, grandes extensiones de terreno cubiertas de placas solares fotovoltaicas, que producen electricidad partiendo de la radiación solar. Naturalmente, de noche no funcionan... o no deberían de funcionar.
La generación de energía eléctrica de origen solar se paga muy cara y el sistema eléctrico está obligado a comprar esta energía. En números redondos, un kWh solar se paga diez veces más caro que un kWh normal, gracias al Régimen Especial de Producción Eléctrica. En otras palabras, usted paga unos 2,50 € al mes para que el negocio de las energías renovables sea rentable. Sin embargo, calcular la prima justa es un arte. Si la prima no es suficiente, las plantas eléctricas renovables pierden dinero y cierran; si es jugosa, asoman los especuladores, procedentes del ladrillo y la banca y hacen lo que saben hacer mejor: trampas. En 2008, para beneficiarse de unas primas más altas que las anunciadas para 2009, el fraude en el registro de instalaciones solares fotovoltaicas fue masivo, en palabras de la Comisión Nacional de Energía (CNE), que es la que controla el asunto.
Ahora se ha publicado que entre noviembre de 2009 y enero de 2010 se han producido 6.000 MWh eléctricos de origen fotovoltaico entre las siete de la tarde y las siete de la mañana (de noche), y 6.000 MWh más en días de lluvia y nubarrones. En otras palabras, alrededor de tres millones de euros en primas que los espabilados propietarios de los huertos solares se han metido en los bolsillos. La Asociación de Empresarios Fotovoltaicos (AEF) no concibe como pudo ser que se pasara por alto el fraude y no se denunciara inmediatamente, pues cualquier hijo de vecino puede consultar por internet la producción en régimen especial, actualizada cada 15 minutos. Añado que la AEF no denunció el fraude; nadie lo hizo: ni las compañías eléctricas ni las comunidades autónomas ni los inspectores del ministerio.
La CNE detectó el caso gracias al Sicilia, un sistema de liquidación de primas informatizado, recién estrenado. Se ha sabido, además, que la CNE lleva un tiempo diciéndole al señor ministro que se ponga las pilas y multe a los señores hortocultores solares que se aprovechan de la generación nocturna, pero el señor ministro se hace el sueco y va dando largas o la callada por respuesta. Los que creen en la generación fotovoltaica andan con un calentón en el cuerpo, porque este fraude y los personajes que andan detrás de él les dan muy mala imagen y muy mala espina.
En términos relativos, el 3% de la energía eléctrica fotovoltaica generada en España es, en verdad, energía eléctrica generada por motores diésel entrada la noche. En cuanto al dinero, le han estafado veinticinco céntimos en su última factura eléctrica, poco más o menos, y llevan así Dios sabe cuánto tiempo.
La generación de energía eléctrica de origen solar se paga muy cara y el sistema eléctrico está obligado a comprar esta energía. En números redondos, un kWh solar se paga diez veces más caro que un kWh normal, gracias al Régimen Especial de Producción Eléctrica. En otras palabras, usted paga unos 2,50 € al mes para que el negocio de las energías renovables sea rentable. Sin embargo, calcular la prima justa es un arte. Si la prima no es suficiente, las plantas eléctricas renovables pierden dinero y cierran; si es jugosa, asoman los especuladores, procedentes del ladrillo y la banca y hacen lo que saben hacer mejor: trampas. En 2008, para beneficiarse de unas primas más altas que las anunciadas para 2009, el fraude en el registro de instalaciones solares fotovoltaicas fue masivo, en palabras de la Comisión Nacional de Energía (CNE), que es la que controla el asunto.
Ahora se ha publicado que entre noviembre de 2009 y enero de 2010 se han producido 6.000 MWh eléctricos de origen fotovoltaico entre las siete de la tarde y las siete de la mañana (de noche), y 6.000 MWh más en días de lluvia y nubarrones. En otras palabras, alrededor de tres millones de euros en primas que los espabilados propietarios de los huertos solares se han metido en los bolsillos. La Asociación de Empresarios Fotovoltaicos (AEF) no concibe como pudo ser que se pasara por alto el fraude y no se denunciara inmediatamente, pues cualquier hijo de vecino puede consultar por internet la producción en régimen especial, actualizada cada 15 minutos. Añado que la AEF no denunció el fraude; nadie lo hizo: ni las compañías eléctricas ni las comunidades autónomas ni los inspectores del ministerio.
La CNE detectó el caso gracias al Sicilia, un sistema de liquidación de primas informatizado, recién estrenado. Se ha sabido, además, que la CNE lleva un tiempo diciéndole al señor ministro que se ponga las pilas y multe a los señores hortocultores solares que se aprovechan de la generación nocturna, pero el señor ministro se hace el sueco y va dando largas o la callada por respuesta. Los que creen en la generación fotovoltaica andan con un calentón en el cuerpo, porque este fraude y los personajes que andan detrás de él les dan muy mala imagen y muy mala espina.
En términos relativos, el 3% de la energía eléctrica fotovoltaica generada en España es, en verdad, energía eléctrica generada por motores diésel entrada la noche. En cuanto al dinero, le han estafado veinticinco céntimos en su última factura eléctrica, poco más o menos, y llevan así Dios sabe cuánto tiempo.
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