Los veinticinco acusados en el caso Banca Catalana - Jordi Pujol i Soley, Jaume Carner i Suñol, Raimon Carrasco i Azemar, Francesc Cabana i Vancells (cuñado de Pujol), Andreu Ribera i Rovira, Oleguer Soldevila Godó, Víctor Sagi i Vallmitjana, Josep Lluís Vilaseca i Guasch, Joan Baptista Cendrós i Carbonell, Joan Martí i Mercadal, Martí Rosell Ballester, Manuel Ingla Torra, Delfi Mateu i Sayos, Francesc Constans Ros, Esteve Renom Pulit, Joan Casablancas i Bertran, Salvador Casanovas i Martí, Antoni de Moragas i Gallissà, Joan Millet Tusell (hermano de Fèlix Millet), Ramón Miquel Ballart, Lluís Montserrat Navarro, Ferran Aleu Pascual, Antoni Armengol Arnan, Pere Messeguer Miranda i Ramon Monforte i Navalón. La Creu de Sant Jordi ha sido otorgada a más de media docena de estos acusados, que se han convertido en el colectivo con más personas condecoradas por la Generalidad de Cataluña. Abundan las presidencias de fundaciones, los cargos de responsabilidad política y empresarial, y del Barça, y no poco dinero.
Carlos Jiménez Villarejo - Afiliado al PSUC y perseguido por el franquismo. Uno de los fiscales que llevó el caso Banca Catalana. Fue jefe de la Fiscalía Especial Anticorrupción. Dimitió en 2003. Creu de Sant Jordi (2010, concedida por el Tripartito, para chincha y rabia de CiU).
José María Mena - Otro de los fiscales del caso Banca Catalana. También había sido castigado durante el tardofranquismo. Acabaría acusando a Piqué Vidal y al juez Estivill poco después del caso Banca Catalana. Recuerden que el juez Estivill fue candidato de CiU al Consejo General del Poder Judicial, y que se ganaba un sobresueldo amenazando con enviar empresarios catalanes a la cárcel si no le pagaban un tanto, con la ayuda del señor Piqué Vidal, que hacía de intermediario. Creu de Sant Jordi (2010, concedida por el Tripartito, para chincha y rabia de CiU).
Joan Piqué Vidal - Abogado defensor de Jordi Pujol en el caso Banca Catalana. El personaje formó sociedad delictiva con el juez Estivill, candidato de CiU al Consejo General del Poder Judicial. Piqué fue condenado a siete años de prisión, una multa y una inhabilitación especial como abogado durante tres años, por prevaricación judicial continuada en concurso con detención ilegal, cohecho continuado en concurso con amenazas condicionales y prevaricación de abogado, lo que no está nada mal.
Jordi Pujol - Inspiró la creación de Banca Catalana y luego se esforzó denonadamente en arruinarla. Aplicó su modelo de gestión a la Generalidad de Cataluña, que hizo a su medida con la ayuda de su hombre de confianza, Prenafeta, conocidísimo por sus chanchullos, y así nos luce el peluquín. Aprovechó el escándalo para afianzar su poder político y debilitar la oposición del PSC, que nunca más fue lo que había sido después de la manifestación a las puertas del Parlamento el día de su investidura en 1984.
Narcís Serra - Trabajó para el Servicio de Estudios de Banca Catalana, donde estudió el mercado de la promoción inmobiliaria, puesto que logró después de haber trabajado para el alcalde Porcioles, de Barcelona, en compañía de Miquel Roca y Pasqual Maragall durante el tardofranquismo. Fue alcalde de Barcelona (PSC) y ministro socialista. Con el transcurrir de los años, ha sido el presidente que ha arruinado la Caixa de Catalunya y se ha llevado un buen pastón por ello. Donde hay un maestro, los alumnos salen aplicados.
Mario Conde - Hombre de negocios, banquero y sinvergüenza, valga la redundancia. Compite con Jordi Pujol por el descalabro financiero más grande de España, pero Pujol le gana por puntos. En primer lugar, porque Banca Catalana tuvo más peso en el total del sistema financiero español que Banesto en su mejor momento. En segundo lugar, porque el caso Banca Catalana costó al Estado y al sistema bancario español cinco veces más que el caso Banesto. En tercer y último lugar, porque Mario Conde, haciendo casi lo mismo que el señor Pujol, acabó con sus huesos en la cárcel, condenado a veinte años de prisión, y ahora tiene que ganarse la vida diciendo tonterías en Intereconomía TV, mientras Pujol barrió a sus adversarios políticos, se arrogó la categoría de mártir, se coronó como patriota y se instaló veinte años como presidente de la Generalidad de Cataluña gracias al escándalo.
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