Ya he dicho alguna vez que Ediciones del Asteroide merece un fuerte aplauso por su labor editorial. La mayoría de los libros de su colección son buenos libros, abundan los textos excelentes y nos obsequia, de vez en cuando, con algunos títulos excepcionalmente interesantes.
El vaso del plata, de Antoni Marí, es bueno, sin duda, podría pasar por excelente sin ningún problema y es la mar de interesante. Los más picajosos dirán que no es una obra maestra de la literatura universal, pero de ésas hay cuatro. A cambio, me permito afirmar que El vaso de plata puede soportar la comparación con cualquiera de las firmas en habla castellana que presumen de mucha enjundia, y saldría ganando las más de las veces.
Antoni Marí es catedrático de Teoría del Arte, poeta, ensayista y novelista, que a veces escribe en catalán y a veces, en castellano. Es uno de esos raros autores respetado y premiado, referente de muchas plumas y teclados. El vaso de plata se publicó en catalán en 1991; en 1992, se publicó en lengua española, traducido por el autor mismo. Mereció las mejores críticas, pero Ediciones del Asteroide ha tenido que rescatar este libro de las estanterías del olvido.
Una serie de relatos protagonizados por el narrador nos muestran esos años entre la infancia y la madurez, en un paisaje de Ibiza que ya no existe, pues cuando somos conscientes de nuestra biografía, el escenario ha cambiado ya para siempre.
Es un libro difícil de escribir, por lo fácil que resulta de leer. Su inspiración es diabólicamente buena, y la idea de enlazar los capítulos entre sí mentando las obras de misericordia del catecismo es una idea genial que cualquier escritor, bueno o malo, hubiera querido para sí.
No les diré más, excepto que El vaso de plata merece ser leída. La recomiendo con ganas e insistencia. No pierdan el tiempo zafoneando en las librerías y busquen la obra de Antoni Marí, que les aprovechará mucho mejor.
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