Hacía mucho tiempo que no pasaba por Sitges y descubrí la villa bajo la lluvia. Descubrir las paredes blancas y libres de andamios del Racó de la Calma me alegró el día, que pintaba gris. Quizá en otro momento discutamos qué han hecho o dejado de hacer con el interior de estos edificios, pero hoy, no.
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