La bandera de Prim


Biografía contemporánea del general Prim.
En la ilustración, arrastrando tras de sí y la bandera española a los voluntarios catalanes en la guerra de Marruecos, la imagen que lo llevó al cénit de su fama política y militar.

El general Prim, Juan Prim y Prats, nació en Reus en 1814 y murió asesinado a trabucazos en Madrid, en 1870, después de haber sido uno de los personajes más importantes de la política en España y de su historia en el siglo XIX, siendo conde de Reus, marqués de los Castillejos y vizconde del Bruch, presidente del Consejo de Ministros de España, Ministro de Guerra, diputado, gobernador y un largo etcétera de posiciones de valía. Aunque algunos quizá no lo sepan, su apoyo a la Casa de Saboya para que uno de sus miembros (Amadeo) fuera rey de España provocó la Guerra Franco-Prusiana y el fin de Napoleón III. 

Consulten sus hazañas en una enciclopedia, descubran qué personaje era, pero quédense con su imagen más llamativa, la del héroe de Castillejos al frente de los voluntarios catalanes. 

  



Lo dicho, la imagen del general Prim con la bandera española y el batallón de voluntarios catalanes detrás fue el no da más de la propaganda de la época y un icono del heroismo y el patriotismo de los catalanes. Durante meses, desfiló por toda España con el batallón catalán y su fama no tuvo igual.

La Diputación Provincial de Barcelona organizó y pagó un batallón de voluntarios para luchar en Marruecos y Prim se puso al frente de ellos. Prim los arengaba en catalán, asegurando que eran el orgullo de la patria (España) y hay que ver cómo se dejaron la piel en Tetuán, Castillejos o Wad Ras. En tantas ocasiones decidió la batalla y en Tetuán arrebató la bandera española al portaestandarte y se lanzó con ella contra el enemigo, con todos los voluntarios catalanes detrás, a dejarse matar por la patria y esas cosas que hacen los soldados. La imagen se convirtió en un icono del heroísmo de las tropas españolas y en un instrumento de propaganda personal del general Prim, que supo aprovecharse bien de ello. 


Ahora, el Ayuntamiento de Reus lo celebra así. Son tantos los recortes que el general se ha quedado sin bandera. Es lo menos que puede esperarse de un municipio que tanto Innova en la gestión pública, y ya me entiende quien sabe o puede. 

Si ocultan la historia, qué no harán con las comisiones.

2 comentarios:

  1. Querido amigo,

    El ambiente es ya irrespirable...

    Leía ayer que Rahola afirma que había una norma de Fernando VII que prohibía el catalán en los funerales...

    Ignorante o malintencionada, Rahola miente pues ninguna norma de Fernando VII prohibía el catalán en los funerales. Entre 1570 y 1962, las misas se celebraban en latín- es decir, que tampoco se celebraban funerales en castellano - de acuerdo con el Misal Romano establecido en el Concilio de Trento.

    Pero, suma y sigue...

    P.D. Estoy de acuerdo, eso sí, con la miserable Rahola en que Fernando VII era un enfermo y, sobre todo, un egregio hijo de perra

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  2. Quizá se refiera la insigne señora transitiva (por lo de la transición) a la reinstauración de la Santa Inquisición por el, en efecto, nefasto Fernando VII y confunda churras con merinas, su especialidad. De todos modos, no dirá que la iglesia catalana fue carlista y fusiló a todos los liberales e isabelinos que pudo, en catalán, en castellano o en latín, qué más da.

    Parafraseando a no sé quién, la historia la carga el diablo.

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