El caso de las prótesis caducadas


Estos últimos días, los periodistas catalanes no han tenido más remedio que mencionar el caso Innova. El juez que instruye el caso montó un número que disparó todas las alarmas. ¡Hasta La Vanguardia le dedicó una esquinita en la portada! Fíjense, qué excesos, qué escándalo, a dónde iremos a parar que hasta La Vanguardia ha tenido que hacerse eco de la noticia. ¡La Vanguardia! Que nunca rompe un plato.

La Guardia Civil en el Ayuntamiento de Reus.

Ciento cincuenta agentes de la Guardia Civil entraron simultáneamente en veinticinco localizaciones, entre las que se contaban tres ayuntamientos, otros tantos hospitales y varias empresas y viviendas particulares. Hubo nueve detenidos. No es la primera vez que esto sucede, ni será la última, porque el número de imputados del caso Innova ya está en la sesentena y todo parece indicar que seguirá subiendo. 

Todo porque se privatizó la gestión de los servicios públicos. Las pérdidas económicas provocadas por la gestión municipal de la salud, la gestión y el tratamiento de residuos urbanos o los servicios sociales se calculan en cientos de millones de euros. No han leído mal: cientos de millones de euros.

La señora Gomis, que fomentó el negocio de las prótesis caducadas.

Una de las personas detenidas estos días fue la señora Gomis, que es teniente de alcalde de Reus y es de CiU.
(http://locals.ciu.cat/reus/membre/teresa-gomis-barbara)

El modelo sanitario que impuso CiU hizo posible tanta corrupción, clientelismo y abuso.
El arquitecto de este modelo, el señor Trias, que es hoy alcalde de Barcelona.

El caso Innova en general y el de la señora Gomis en particular no es más que un ejemplo de cómo funciona la red clientelar de la sanidad pública catalana, la que diseñó el señor Trias, hoy alcalde de Barcelona, que lo hizo en época de Pujol, por encargo y para beneficio propio del pujolismo y allegados.

No quiero explorar tanta inmundicia como se acumula en el caso Innova, que hay para dar y repartir. Hay tanta mierda que clasificarla sería el peor de los doce trabajos de Hércules, porque se multiplica como las cabezas de la hidra y no hay río suficientemente caudaloso como para llevársela toda por delante. Pero sí que me fijaré en el caso de la señora Gomis, que no es más que una pequeña muestra del percal. Ese pequeño ejemplo les bastará para que se hagan a la idea de lo que estamos hablando.


El hospital Sant Joan de Reus es uno de los hospitales de Reus, Amposta y Móra d'Ebre, a los que sumar una veintena de centros sanitarios en el Camp de Tarragona y las Terres de l'Ebre, que dependen de Sagessa (www.grupsagessa.com). Sagessa es la empresa del Grupo Innova que gestiona la sanidad pública en esa zona. El CatSalut (el Servicio Catalán de la Salud) paga más de 300 millones de euros cada año a Sagessa para que se haga cargo de las necesidades sanitarias de los tarraconenses.

Pero ¿quién controla esos 300 millones? A decir del juez, sólo uno de cada diez euros que paga Sagessa a sus proveedores cumple la ley de contratación pública. Es decir, son 300 millones en contratos con dinero público que se adjudican a dedo, sin concurso, a los amigos de los amigos, ya me entienden. Los directivos de Sagessa son los responsables finales de esa manera de contratar y la señora Gomis es vocal de Sagessa.

El juez ya había dejado por escrito que no es que los corruptos se aprovecharan de una organización existente para enriquecerse, sino que los corruptos crearon esa organización para poder hacerlo. Tal es el fondo de la cuestión del caso Innova.


Al grano. Uno de estos amigos de los amigos que recibía contratas a dedo era el propietario de la empresa Traiber (traiber.blogspot.com.es), Luis Márquez. Traiber vende (o vendía) prótesis y uno de sus principales clientes era el hospital de Sant Joan de Reus. Entre 2007 y 2011, Traiber vendía prótesis y más prótesis al hospital sin haber participado en ningún concurso público. Luego verán cuántos, pero eran miles, millones de euros en prótesis lo que facturaba al Sant Joan de Reus. ¡Venga prótesis! ¡Que la casa es grande!

El señor Márquez es el del bigote.

Pero en 2011 cambió el jefe de traumatología del hospital y el señor Márquez comprobó que ya no vendía ni una prótesis en Reus. Ni una. Luego verán por qué. Después de dos años de no comerse un rosco, puso manos a la obra y se decidió a tratar directamente con la señora Gomis, la teniente de alcalde de Reus, de CiU. La puso de su parte. No sabemos cómo y nos gustaría saberlo.

Como teniente de alcalde de Reus, la señora Gomis tenía el cargo de vocal de Sagessa y responsabilidades directivas en ésa y otras empresas del Grupo Innova. Era, además, un peso pesado en el partido. Tanto es así que, a instancias de la señora Gomis, el señor Márquez pudo exponer su desgraciado caso al señor alcalde (CiU), a prácticamente todos los responsables del Ayuntamiento de Reus, al señor Mena, primer consejero de Empresa y Ocupación del nuevo gobierno de CiU, y (atención) al mismísimo señor presidente Mas, que atendió al señor Márquez muy amablemente en su despacho, como es su costumbre y obligación. Además, llegaba recomendado.

Imaginen al señor Mas echando una ojeada a catálogos como éste y luego recomendando a quien fuera que el señor Márquez pudiera reunirse con los médicos del hospital de Sant Joan de Reus. Dicho y hecho.

Después de llorar un poco aquí y un poco allá, llegó el momento de presentarse de nuevo en el hospital. El jefe de traumatología ya había sido advertido por los altos cargos de Sagessa, por el gerente del hospital, por varios miembros del Ayuntamiento de Reus, había recibido alguna llamada desde Barcelona y no tuvo más remedio que reunirse con el señor Márquez. ¡No podía decir que no a esa reunión! Si fue él o fue otro quien tomó la decisión de volver a comprar a Traiber sin concurso público, no lo sé, pero a partir de esa reunión Traiber volvió a vender prótesis al hospital de Sant Joan de Reus.

Pero ¡qué prótesis!

La Agencia Española del Medicamento (que controla esta clase de productos) recibió un chivatazo, echó un vistazo a las prótesis y avisó de la baja calidad de éstas, de las malas condiciones higiénicas de las mismas y de alteraciones de los precintos de caducidad, que Traiber los cambiaba para poder vender piezas caducadas en vez de prótesis como Dios manda. ¡Se dispararon todas las alarmas! ¡No era para menos! Los funcionarios inspectores del Departamento de Salud, ajenos a las recomendaciones de sus superiores (que por algo son funcionarios y no personal contratado por una gestora privada), comprobaron que, en efecto, tales prótesis eran un peligro y ahí se acabó el negocio.

En pocas palabras, el negocio de Traiber y del señor Márquez provocó una alerta sanitaria, algo muy serio. (Ver aquí, por ejemplo, aunque hay más referencias. http://www.diaridetarragona.com/reus/33569/una-alerta-sanitaria-retira-las-protesis-de-una-empresa-reusense) Cientos de pacientes (¡cientos!) tuvieron que regresar al hospital para revisar el estado de sus prótesis. Algunos ingresaron en el quirófano para sustituir la porquería que se les había implantado. 

Imagínense la angustia de tantos enfermos y el daño a tantas personas. No se conoce el detalle de los efectos que tuvieron esas prótesis defectuosas en los tarraconenses. Ojalá no hablemos de muertos o inválidos, pero sí que podemos hablar de muchos, demasiados casos de sufrimiento innecesario. 

En el auto del juez puede leerse que estos hechos (cito) son especialmente graves si conectamos las dos situaciones, de forma que quien vende medicamentos o prótesis médicas en mal estado, al mismo tiempo presiona a la Administración para que se las compre y, lo que es peor, esta Administración asume tal venta. 

El alcalde de Reus se ha apresurado a proclamar que el juez del caso Innova está provocando una alarma innecesaria entre la población y defiende la inocencia de la señora Gomis. Escojan una u otra versión.

Dicho esto, la persona sin la cual la Administración no habría asumido tal venta de prótesis en mal estado fue la señora Gomis y esa Administración que compró las prótesis en mal estado fue el Ayuntamiento de Reus, el que hoy viste y calza, por mucho que digan el alcalde y los mandamases de CiU que ellos no han sido, que fueron los de antes. Pero, digo yo, la visita de Márquez a Barcelona, las entrevistas con los señores Mena y Mas, por ejemplo, tendrían que ser explicadas, porque ya sabemos qué consecuencias tuvieron. 

Los agentes de la Benemérita llevándose a la señora Gomis.
Tres días aguardó en los calabozos el interrogatorio del señor juez.
Algunos pacientes del hospital de Sant Joan de Reus habrán aplaudido el gesto.

Gomis, a través de Sagessa, hizo posible la compra de miles de euros de malas prótesis en mal estado para que fueran implantadas en pacientes que habían sufrido listas de espera de meses, incluso años, antes de ser víctimas de este nefando negocio. (Y provocaron situaciones como ésta.)

Hay más en este caso tan asqueroso y turbio, y ese añadido no podría ser otro que unas cuentas poco claras. Ay, el dinero...

El señor Márquez admite haber vendido prótesis por un valor de 518.000 euros al hospital Sant Joan de Reus en 2007, y no le consta ninguna otra cantidad. Pero el hospital de Sant Joan de Reus declaró haber comprado a Traiber prótesis por un valor de prácticamente tres millones de euros. En números redondos, ésos son 2.400.000 euros más que los que declaró haber ingresado el señor Márquez. ¿Miente el señor Márquez (imputado)? ¿Miente la dirección del hospital (imputada)? ¿Quién y cómo se repartió tanto dinero? 

La Guardia Civil también pasó por el hospital y hubo detenciones.
Fue una jornada muy emocionante.

En cualquier caso, el señor Márquez vendió prótesis a discreción y sin concurso al hospital de Sant Joan de Reus durante cinco años, hasta que cambiaron al jefe de traumatología. Volvió a hacerlo en 2014, gracias a la intervención directa de altos cargos de CiU en el Ayuntamiento de Reus y en la Generalidad de Cataluña . La intromisión de los altos cargos públicos se centró en el detalle de considerar si un material médico-quirúrgico era adecuado o no. Salta la vista que sin ningún criterio médico alguno. Pero ¿creen que esa irresponsabilidad les importó demasiado? El señor Márquez vendió y vendió tan alegremente hasta que sus prótesis provocaron una alerta sanitaria muy seria y la salud de cientos de pacientes se descubrió en grave peligro. Ahí queda eso, es lo que sucedió. 

Aunque los tribunales no pudieran condenar a ninguno de los implicados en esta historia, aunque nada de todo esto fuera delito, algo que está por ver, aunque no hubiera lugar a condena, estos hechos aquí narrados están probados y documentados y conviene que sean conocidos. Dejo las reflexiones y las conclusiones pertinentes sobre la ética, la estética y el voto para mi querido y paciente lector. Sólo espero que luego sea coherente con sus reflexiones y conclusiones en la vecindad de una urna.

1 comentario:

  1. La vehemencia con la que Mas y su partido han cargado contra la investigación del caso Innova nos hace sospechar que los han pillado.

    Por el otro lado, un socio de Traiber era también concejal por CiU y participó en el negocio desde su cargo, según "El País". Esto es un suma y sigue, un no parar.

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