La exposición era en la planta superior del palacete. La disposición de los cuadros es casi perfecta, como lo es la idea misma de la exposición y cómo se ha organizado. Pero el lugar se queda pequeño ante la afluencia de visitantes y al poco tiempo de estar disfrutando de tan bellos lienzos uno se encuentra rodeado de gente.
Tendrán que disculpar, pues, que algunas fotografías que hice no tengan la calidad que hubiera querido, pero valgan para ilustrar la exposición.
Como (ya lo he dicho) tuve la fortuna de ser uno de los primeros en entrar en la exposición, me planté a solas delante de una imagen soberbia y magnífica. No exagero si digo que exclamé en voz alta ¡Judith...! El corazón me dio un vuelco. Ahí estaba, toda para mí solito, Judith decapitando a Holofernes, de Caravaggio. Es difícil explicar la emoción que sentí al enfrentarme a esta imagen.
Judith decapitando a Holofernes.
Normalmente, expuesta en el Palazzo Barberini, en Roma.
Judith es Filis (o Fillide) Melandroni, una famosa cortesana romana, es Judith.
La vieja está sujetando la tela en la que se envolverá la cabeza de Holofernes.
La sala no es muy grande y en algunos momentos se concentra demasiada gente.
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