No se lo digan a nadie, pero me gustan mucho los neoclásicos. Por eso disfruté tanto de algunas obras expuestas en el Louvre.
Dejando a un lado David, Ingres y compañía, quédense con el nombre de Marie Louise Élisabeth Vigée Lebrun, una grandísima pintora. Sus cuadros son exquisitos.
La gran odalisca, de Ingres.
Eros y Psique, por Gérard.
El rapto de las sabinas y uno que se acerca a leer el título.
Éste es un autorretrato de David.
Mademoiselle Riviere, vista por Ingres.
Lebrun, en su apogeo.
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