Nadie en la cola.
Compré con días de antelación las entradas para el Museo del Louvre, algo que recomiendo. Había comprado, cómo no, entradas para la primera hora y madrugué por evitar las colas. ¿Cuál fue el resultado? Llegué media hora antes de la obertura del museo y durante mucho tiempo fui el único miembro de la presunta larga cola para entrar al museo. (Luego, sí; luego se formó una larga cola). Eso sí, entré el primero, por la parte de arriba de la pirámide (existe otra entrada por debajo, al vestíbulo, saliendo directo del metro).
Entre el primero y salí porque me echaron.
Pero esta entrada vale para rendir honores al edificio del Louvre. Al antiguo y al moderno.
Del antiguo, ¿qué puedo decir? Palacio real (y fortaleza) desde hacía siglos (los restos medievales del castillo pueden visitarse en los sótanos del museo), fue creciendo y adaptándose a unos y a otros. A modo de ejemplo, en algún rincón pueden verse todavía las N de Napoleón (quien inauguró el Musée Napoléon, antepasado del actual museo). No me cabe aquí su fascinante historia toda.
De la pirámide y toda la remodelación que hicieron en la superficie y bajo ella (un impresionante vestíbulo) sólo puedo decir cosas buenas. Vale lo dicho tanto por la parte estética como por la parte práctica (distribución de espacios, etc.). Eso sí, reconozco que la polémica no es ajena a esta construcción. Cuando Mitterrand inauguró la pirámide (del arquitecto Ming Pei) en 1989, la tormenta que se organizó sólo es comparable a la que organizaron los enemigos de la Torre Eiffel.
Trono, de Kohei Nawa, un escultor japonés.
Permanecerá iluminando el interior de la pirámide hasta enero de 2019.
La verdad es que no se me hubiera ocurrido un lugar mejor para exponerla.
Dicen que el Museo del Louvre es el museo más grande del mundo. Lo había oído decir del Vaticano, aunque en el caso del Vaticano quizá hagan trampas contando la basílica de San Pedro en Vaticano o la Capilla Sixtina, no sé. Pero grande, grande, lo que se dice grande, lo es un rato largo. Grande, inacabable, inabarcable, infinito.
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