Todavía me estoy riendo (o no)


Estoy fuera una semana, desconecto y cuando regreso ¡me encuentro esto!

Por favor...

El presidente Torra y sus consejeros volvieron a celebrarse a sí mismos dando coba a uno de los elementos que han conformado su ideario nacional-católico, en un fiestorro en el que, visto lo visto, parece que corrió el vino o pusieron algo en el agua. Seamos honestos y señalemos que algunos de los invitados al acto se manifiestan sobradamente incómodos en esta ceremonia. Sólo hay que verlos.

No así el presidente Torra, que se encuentra en su elemento folklórico. Lo que es gobernar, no sé, pero beber del botijo bendecido, hacer ristras de ajos o bailar al son de una gaita parece que es lo que le va y le pone.

Vean el vídeo que publica el sitio web del Huffington Post (está publicado en muchos otros lugares) y opten por alguna de las siguientes opciones:

a) Resistan el ataque de vergüenza ajena que produce.
b) Ríanse bien a gusto ante el ridículo que hace el personal.
c) Desespérense ante quienes deciden el futuro de lo público aquí y ahora.
d) Vale cualquier opción, o más de una.


Las instituciones hace tiempo que han perdido la dignidad que merecen, o merecemos.

2 comentarios:

  1. e) Cantar y bailar sin hacer daño a nadie es lícito, inofensivo y de lo menos malo que puede hacer un gobierno.

    Slds.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si gobernara, estaría de acuerdo con esa frase. Si no gobierna, es ofensivo.

      Eliminar