Como ya saben, soy un tirador de sable aficionado y este último año ha sido un desbarajuste. Hemos estado meses sin poder tirar y luego ahora sí, ahora no, porque ni la epidemia nos ha dejado tranquilos ni los políticos al mando han sabido hacer el trabajo para el que fueron escogidos. Pero ahí sigo y persisto, porque la esgrima la tengo ya bien metida dentro de mí. Que pueda seguir tirando muchos años, y cada vez mejor.
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