Voraces

Entre nosotros, llevaba una temporada harto de leer basura, obligado por trabajo. Tuve que aparcar las Novelas ejemplares, de Cervantes, para enfrentarme a textos infames, a los que tenía que dedicar muchas horas que podría haber dedicado a cosas más interesantes. Para desintoxicarme un poco, necesitaba una buena novela capaz de conseguir que hiciera las paces con la literatura de evasión, de cualquier género.

Tengo que decir que Nieves Abarca lo ha conseguido. Su Voraces me ha devuelto a esos libros de antaño que hoy parecen desaparecidos, donde el entretenimiento no está reñido con la calidad y donde, ¡qué narices!, uno lee para pasárselo bien. Ya saben, uno de esos libros que tienes ganas de seguir leyendo hasta el final, porque la historia te deja intrigado y con ganas de saber qué pasará.

Voraces aparenta ser una novela histórica (en cierto modo, lo es, aseguraría que lo es), aunque acabe siendo una novela de vampiros. Está muy bien documentada y escrita. La mezcla de géneros es, en este caso, muy acertada y nos encontramos con personajes de la enjundia del duque de Wellington, el general Torrijos, el poeta Espronceda o Juana de Vega, la verdadera protagonista (duque aparte), un personaje histórico que merecería ser más conocido y admirado por el público.

Todo comienza en la India (no diré nada, para no aguar la fiesta a futuros lectores), aunque los dos escenarios son Londres, en 1830, y La Coruña, en 1854. En Londres, los liberales españoles en el exilio planean cómo derrocar al Felón, Fernando VII, mientras sus enemigos acechan por todas partes. En La Coruña, un bergantín trae la peste a la ciudad y se desata una epidemia de cólera. Cómo se unen ambas historias hasta formar una y qué pintan los vampiros en todo esto lo dejo al lector, que ya lo descubrirá y espero que se lo pase tan bien como yo con las aventuras y desventuras de los personajes de este relato.

Funciona bien como novela histórica, funciona bien como novela de miedo, y funciona bien, en general. La recomiendo, sin duda.