El prendimiento de los ladrones del prendimiento, valga la redundancia


Ciriacco Mattei pagó 125 escudos a Caravaggio por El prendimiento de Cristo el 2 de enero de 1603. Se conoce esa factura, que permite datar uno de los cuadros más bellos de Michelangelo Merisi de Caravaggio, pintor.

El cuadro se exhibía en Odessa (Ucrania), en el Museo de Arte de la Europa Occidental y Oriental. Medía 133 por 171 cm. Se sabía que la parte izquierda del cuadro había sido mutilada (recortada). Se sospechaba que era la copia del original, pero ¿quién podía asegurarlo? Se sabe que Caravaggio copió él mismo algunos de sus cuadros. En 1990, gracias a la casualidad, se descubrió que un cuadro que presidía un comedor de los jesuitas en Dublín no era una copia del cuadro de Odessa, sino ¡el original! Hoy se conserva en la Galería Nacional de Irlanda en Dublín, y visitó Roma este año, donde pude verlo, admirarlo y venerarlo.

(Les recomiendo leer El cuadro perdido, de Jonathan Harr, editado en 2008 por Península, que explica el caso de manera entretenida y simple.)

¡Pobres ucranianos! Uno al lado del otro, triunfa el Prendimiento dublinés. No hace falta ser un experto para señalar con el dedo la obra de un genio y luego, la copia. Aunque la polémica no está cerrada del todo (en Ucrania se resisten a cerrarla), les chafaron la guitarra de tener un Caravaggio en casa. Además, hay que añadir un robo. La noche del 30 al 31 de julio de 2008, unos ladrones entran en el museo de Odessa por la ventana, cortan el lienzo con una cuchilla, lo enrollan y se lo llevan. Escapan, se dice, por el tejado. Así, tal cual, porque el museo, para ahorrar la factura de la luz ¡había desconectado la alarma!

Por fortuna, han dado con los cacos y han recuperado el lienzo. Así lo ha anunciado el Gobierno de Ucrania y la BKA (Oficina Federal de lo Criminal) de Alemania. Los ladrones son tres ucranianos y un ruso, y los han enganchado en Berlín negociando el precio con el comprador, que también ha sido capturado. El cuadro, a juzgar por la fotografía, fue enrollado y manoseado malamente. Si El prendimiento de Cristo se hubiera subastado legalmente, no se habría vendido por menos de cien millones de euros, dicen los expertos... siempre que hubiera sido un Caravaggio auténtico.

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