Conviértase en el bosón de Higgs de su empresa



Me llega mucha porquería por el correo electrónico de la oficina. Destacan especialmente las escuelas de negocios, algunas de renombre, que me ofrecen toda clase de cursos para convertirme en un ejecutivo guay y he observado que cuantos más apellidos tiene la escuela, peor escribe.

Hace poco, me ha escrito una escuela de negocios divina de la muerte, chachi, super, de ésas que conoce todo el mundo, para proponerme un curso. Su carta decía:

Estimado Lluis...

Qué manía. Soy Luis. En todo caso, en catalán será Lluís, con tilde.

Estimado Lluis,

La misión de los Directors & Senior Managers [sic] españoles ha cambiado radicalmente y el estilo ha evolucionado generando líderes que se esfuerzan en conseguir compromiso por parte de sus colaboradores.

Del jefe que impone al responsable que colabora
Del mando que exige al líder que genera compromiso
Del supervisor que controla al directivo que innova

Un buen líder debe ser como el bosón de Higgs ¡el cemento que une! ¡el origen de la masa!, sus colaboradores son ¡los ladrillos de una construcción! ¡los protones y los electrones!

Gracias a unos y otros existe el universo, gracias a unos y otros «la empresa funciona» [comillas en el original, no sabemos si irónicas]

¡Conviértete en el bosón de Higgs de tu empresa!

Si he entendido bien, me enseñarán a ser el bosón de Higgs de mi empresa. Es decir, en mi empresa no sabrán si existo, no comprenderán muy bien cuál es mi trabajo y nadie me habrá visto hacerlo, pero todos concluirán que mi presencia es imprescindible.

Por eso, mi empresa gastará muchísimo tiempo y dinero en provocar mi actividad, de la que no tendrán más noticia que algún rastro dejado tras de mí: un pedacito de papel, un clip abandonado, el calor todavía presente en la silla de mi despacho...

Serán mis colaboradores los que, dando vueltas a mi alrededor, se encargarán de todo. La pesadez del trabajo la acarrearán ellos y no sabrán por qué, pero cada vez que se aproximen para interactuar conmigo, volverán a sus despachos con más trabajo a cuestas. Y yo no tendré que preocuparme de nada, porque el universo seguirá existiendo y la empresa seguirá funcionando pese a todo.

A ver si al final me va a interesar de verdad ser el bosón de Higgs de mi empresa.

2 comentarios:

  1. Casi no me lo puedo creer... Y con semejante texto de presentación...

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  2. Pues ya puedes empezar a creértelo. Éste es el nivel de nuestra élite económica. ¡Así nos va!

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