Las hazañas del primo de Zumosol



El Grupo Leche Pascual dio a conocer al llamado primo de Zumosol en los años noventa. Al parecer, la fuerza sobrehumana del personaje era debida a la ingesta masiva y desproporcionada de zumos de frutas envasados por el Grupo Leche Pascual. Sea como fuere, el primo de Zumosol podía presumir de fuerza, pero no de inteligencia. Se dedicó, pues, a la extorsión, un oficio muy provechoso y simple, y le fue muy bien. A tal punto que ahora todo el mundo sabe la que le espera si ahora voy y llamo al primo de Zumosol.

Los catalanes también tenemos un primo de Zumosol, y nos hemos enterado esta semana. No es fuerte, pero tiene una posición de fuerza. No es inteligente, pero es listo y espabilado a la hora de trincar y mareando la perdiz. Le viene de familia eso de los negocios y la política y se ha emparentado con una sobrina de Maragall, el presidente, que también tiene afición por el vil metal y emite unas facturas de quítate p'allá.

La Policía de Aduanas, que hace de policía judicial en el caso Campeón, descubrió de casualidad que existía un primo de Zumosol. Uno de los implicados en una compleja trama de corrupción, trapicheo y amaño, le dijo al otro que, si tenía problemas en Cataluña, que hablara con Oriol. La Policía de Aduanas empezó a estirar del hilo y esta semana, a raíz de sus pesquisas, la Agencia Tributaria ha elevado un informe al señor juez que echa para atrás.

El primo de Zumosol es, en efecto, Oriol Pujol i Ferrusola, hijo de su padre. Se valía de la sociedad con otro cargo de CiU, que acabó esposado hace unos meses, dos días después de ser nombrado segundo de a bordo de la Diputación de Barcelona, el señor Tous. Entre otras cosas, con sus amigos de ESADE, intentaron amañar un concurso público para repartirse el pastel de las inspecciones técnicas de vehículos y se planteaban cambios en la legislación (que impulsaría el primo de Zumosol) para que una nueva empresa creada a tal efecto, Upprime Energy, se hiciera con contratos para realizar trabajos en eficiencia energètica (inspecciones, emisión de certificados, etc.).

Dejando a un lado el robo previsto de su dinero, querido lector, las reducciones de plantilla previstas en el Departamento de Empresa y Ocupación (oficinas de empleo, Institut Català d'Energia, Agencia Catalana de Consumo, etc.) tienen un objetivo final: mantener la estructura de altos cargos y contratar a empresas como Upprime Energy para hacer lo que ya no podrán hacer los empleados públicos que se han quedado sin trabajo.

Sobran los ejemplos. El servicio público se encarece. El empleado público pierde su trabajo y el trabajador que lo sustituye pasa a cobrar un sueldo de miseria. El único que sale ganando es el cargo político y el que está detrás de Upprime Energy.

Piensen en ello. ¿Éste es el futuro que desean?

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