Blues de Trafalgar

Me recomendaron el libro y lo compré sin haber leído nada de él, sin saber del autor y descubriendo en la contraportada que Blues de Trafalgar es la ganadora del Premio de Novela Café Gijón 2011 y que está inspirada en hechos reales. Nada que ver con la batalla de Trafalgar, sino con cuatro personajes que, una noche de verano, tropiezan con un alijo de drogas que cambiará sus vidas. El narrador es uno de estos personajes, y veremos cómo se las apaña cuando las cosas se le comienzan a torcer, y no diré más por no aguar la fiesta.

Blues de Trafalgar la publica Siruela y la escribe José Luis Rodríguez del Corral, que nos presenta una novela bastante decente, bien tramada y apetecible hasta el final. Eso, en los tiempos que corren, la sitúa muy por encima de la media. Lo dicho: ha sido una sorpresa agradable.

«Ninguna ilegalidad», patente de corso

De un tiempo a esta parte, se ha puesto de moda en Cataluña decir que uno no ha cometido ninguna ilegalidad cuando le pillan a manos llenas de dinero público. No sé decir, sin embargo, si esta coletilla ha sido importada o es de creación propia. En todo caso, es un paso más allá del yonohesidismo, o su sublimación. Si yo no he cometido ninguna ilegalidad, no puedes llamarme culpable ni exigirme responsabilidades, se argumenta, lo que es notoriamente falso, pero pasa por cierto.

No se niega que uno haya podido hacer tal cosa (tampoco se afirma), pero se apunta que, en el caso de ser cierto que uno pudiera haberla hecho, no habría hecho nada ilegal. Es un decir, naturalmente, porque las más de las veces en las que uno sostiene haber actuado de acuerdo con la ley, la Ley actúa de oficio, sospechando lo contrario. Si no, no se apresuraría uno a decir que él no ha sido, y, de haber sido, no habría hecho ninguna ilegalidad.

Veamos algunos casos recientes de gente que no ha cometido ninguna ilegalidad. A uno se le ponen los pelos de punta.

El más notable, el del señor Prat. Una elección personal de don Baudilio, a. Bío Ruiz, para dirigir el Instituto Catalán de la Salud, parcelarlo y venderlo a trozos al mejor postor. El señor Prat accedió al cargo sin dejar de ser alto directivo del Grupo Innova, de Reus, y de un grupo multinacional hospitalario privado.

La opacidad de las cuentas y la sospecha de corrupción generalizada alrededor de ese conglomerado de empresas municipales, y el conflicto de intereses entre la sanidad pública y la privada tendrían que haber obligado al señor Prat a dimitir inmediatamente, o a ser dimitido de manera fulminante por don Baudilio, pero el portavoz del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, el señor Homs, ése que imita al presidente Mas cuando habla, fue el primero que anunció que el señor Prat no había cometido ninguna ilegalidad. El señor Prat sigue con su cargo público, favoreciendo a los suyos, pero no comete ninguna ilegalidad, dicen.

El asunto de la Asociación Catalana de Municipios (ACM) y la red de empresas parásitas de las que eran propietarios cargos de Convergència i Unió y señoras de la comarca de Osona es de puro escándalo. Se estaban forrando de tal manera... Pillada con los pantalones bajados, la ACM se apresuró a declarar que no había cometido ninguna ilegalidad al no encargar una auditoría de cuentas externa, porque no era una entidad pública (sic), aunque todo el dinero que mueve la ACM sea procedente de los ayuntamientos o de subvenciones de la Generalidad de Cataluña. Si eso no es público, ya me dirán.

Del recién escogido segundo de a bordo de la Diputación de Barcelona, un tal Matas, de CiU, pronto se supo que se había hecho con casi un millón de euros ejerciendo un cargo en la ACM: encargaba a sus propias empresas trabajos más bien idiotas, que cobraba a precio de oro. Otro caballero de la ACM y su señora, Solà, que es el segundo de a bordo del conseller de Cultura, se llevó en dos meses el 10% del presupuesto de la entidad contratando a una empresa que acababa de comprar para hacer un trabajo que... Y el actual alcalde de Masnou, Parés... En fin, que la red de corrupción de los cargos convergentes alrededor de la ACM quita el hipo y apenas se ha dado a conocer, pero se insiste que en que nadie ha cometido ninguna ilegalidad.

En el caso Dorribo, se menciona a Oriol Pujol como el personaje con quien establecer contacto si se quieren tratos de favor en la sanidad pública catalana. Es un dato que aparece en el sumario. Pero es evidente que el hijo de su padre no ha cometido ninguna ilegalidad.

Hemos sufrido muchos años a CiU para sorprendernos de su rapacidad y de la corrupción que arrastra por donde va, pero otros partidos que hacen de su honradez bandera merecen también una mención especial, precisamente por bocazas. Yo no creo en la superioridad moral de una ideología, pero sí en la responsabilidad de lo que uno hace, y a ello me remito.

No hablaré de la infinidad de cargos directivos en la sanidad privada de altos cargos del Tripartito, que huelen mal o peor, ni de la cátedra de Diversidad Social (sic) del señor Carod-Rovira, dotada tan generosamente por la UPF. Ahora me toca cuestionar a los caballeros de Iniciativa per Catalunya-Verds, IC-V, que presumían de no cometer ninguna ilegalidad en ninguna parte.

De hecho, en estos casos que citaré, la Oficina Antifraude de Cataluña ya actúa de oficio forzada por las noticias aparecidas en los periódicos. Francesc Baltasar, conseller tripartito de Medio Ambiente y Vivienda, tiene una asesoría privada con un jugoso contrato con Agbar, Aguas de Barcelona, SA. La cuestión es que, siendo conseller, el señor Baltasar adjudicó entre una cosa y la otra obras y servicios a Agbar por más de 180 millones de euros. Pero él asegura no haber cometido ninguna ilegalidad.

La actual directora de Recursos Humanos (i.e., Personal) de Agbar es doña Elisenda Rius, que había sido directora de servicios a las órdenes del señor Baltasar en Medio Ambiente. Agbar también es cliente de la empresa consultora KM2-Knowledge Management, propiedad de Eduard Pallejà, que fue alcalde de Rubí por IC-V y luego secretario general de Medio Ambiente con el conseller Baltasar, cuando esos famosos contratos de tantos millones. La última persona afectada por ninguna ilegalidad es Imma Mayol, que había sido la responsable de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Barcelona y ahora va por ahí con la tarjeta de visita de Agbar.

Los de antifraude saben que ninguna de estas personas puede trabajar para Agbar hasta pasados dos años del abandono de su cargo y ahora discuten si han cometido una irregularidad administrativa o un delito. Pues, para que lo sepan ustedes, repito que nadie, ni siquiera Agbar, ha cometido ninguna ilegalidad, a decir de la portavocía de IC-V. Caramba.

Como nadie comete ninguna ilegalidad, patente de corso.

El precio del «fumbo» que pagamos todos

Se han publicado algunas cifras relacionadas con Televisió de Catalunya que dan mucho en qué pensar. Las retransmisiones deportivas de cualquier tipo en TV-3 nos costaron más de cinco millones de euros al mes, en 2010 y 2011.

Vayamos sumando: dos temporadas de Fórmula 1 costaron 7,5 millones de euros; las de baloncesto, 3,1 millones... Pero la que sacó la guapa a bailar fue el fútbol, porque Televisió de Catalunya pagó más de 105 millones de euros por los derechos de retransmisión de dos Ligas de Fútbol Profesional (un partido a la semana). Eso no incluye el coste de la retransmisión, evidentemente.

Tampoco hemos incluido en el cómputo ni el patrocinio de TV-3 ni los derechos de imagen, que suman más de dos millones y medio de euros al mes a lo anterior, en plena temporada de recortes en sanidad y educación. Veamos la parte positiva de este exceso: sirve para que podamos ilustrarnos con las declaraciones del míster o de alguno de los analfabetos funcionales que juegan en su equipo y saborearlas durante la semana que separa un partido de fútbol del siguiente.

Sólo por eso, por tener un micrófono y una cámara en la sala de prensa, el Real Club Deportivo Español cobró 4,5 millones de euros en dos años, pero el Fútbol Club Barcelona, 24 millones, más el patrocinio y lo que no sabemos. En total, por hacer de estrella de la televisión pública catalana, el Barça ingresa, entre pitos y flautas, unos ochenta millones de euros al año, por lo bajo.

Es una barbaridad, se mire como se mire. Demasiado dinero.

Fíjense si será dinero que lo que se gasta TV-3 en fútbol en un año coincide aproximadamente con lo que se ahorra la Generalidad de Cataluña bajando el sueldo de 240.000 empleados públicos y funcionarios un 5%.

Una cosa va por la otra.

Pero ¿quién llena más calles? ¿El Barça cuando gana o los trabajadores cuando pierden? Con eso está dicho todo.

Moebius (1938-2012)

Hace unos días nos dejó Jean Giraud, que había utilizado en su trabajo dos pseudónimos que le hicieron famoso, Gir y Moebius. Era un dibujante de tebeos, eso que ahora se da por llamar novelas gráficas, e ilustrador. Comenzó con la serie de El teniente Blueberry, que podría clasificarse como una del Oeste, firmando como Gir, y luego con historias y dibujos de ciencia-ficción, donde dejó huella como Moebius.

Su dibujo tenía un estilo único, que muchos han querido imitar. Utilizaba las manchas de tinta con mucho acierto, aunque lo más extraordinario era cómo empleaba la plumilla. De repente, el personaje aparecía trazado apenas con una línea; de repente, la viñeta recordaba esos grabados donde línea a línea se forma el volumen y la textura de la imagen representada, con un detalle demoledor.

Los que no han visto sus historietas, quizá allan visto la huella que ha dejado en el cine, empezando con su intervención para definir los decorados de Allien, el octavo pasajero, o Blade Runner, sin necesidad de citar más películas, porque con estas dos ya está dicho todo.

Los caramelos son cancerígenos

Los periódicos han narrado los apuros que están pasando dos marcas de refrescos en el estado de California, EE.UU. Hablamos, cómo no, de Coca-Cola y Pepsi-Cola. Los dos ingredientes básicos de estas bebidas son agua y azúcar, y luego vienen todos los demás. Con la mezcla se elabora un jarabe. Más tarde, éste se disolverá en agua carbonatada y voilà op!, ya tenemos a punto la chispa de la vida.

Si alguno entiende de cocina, o de química, ya habrá sospechado que en la elaboración del jarabe se produce un proceso de caramelización. Y lo que da color a un caramelo (ese color típico de un refresco de cola al transluz) es un producto químico llamado 4-metilimidazol, conocido por el código 4-MEI. El 4-metilimidazol aparece en muchos procesos de cocina donde se encuentran agua, azúcar y calor. Por ejemplo, en un café, al hacer unas tostadas, en la elaboración de la cerveza, en algunos aperitivos... y especialmente en los caramelos, como era de esperar.

Experimentos con ratas han demostrado que el 4-metilimidazol puede facilitar procesos cancerígenos. Eso y grupos de presión ecologistas han conseguido que el estado de California obligue a mencionar en la lista de ingredientes de la lata de refresco el 4-EMI, avisando del riesgo cancerígeno que supondría ingerirlo. Ahí queda eso: consumir Coca-Cola, o Pepsi-Cola, le puede provocar cáncer.

Para no tener que pasar por el mal trago, Coca-Cola y Pepsi-Cola se han comprometido a reducir la presencia del 4-metilimidazol en sus refrescos. Pero ¿se trata de algo realmente peligroso? ¿Muy peligroso?

El 4-metilimidazol se ha incluido en las listas de sustancias potencialmente cancerígenas de California. Pero las autoridades de California sólo experimentaron con ratas de laboratorio, no con seres humanos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que un ser humano tendría que ingerir 18.000 latas de Coca-Cola, o Pepsi-Cola, al día durante dos años para ingerir la misma cantidad de 4-metilidimazol que las ratas de laboratorio afectadas. Los expertos de la OMS consideran muchísimo más peligroso para la salud zamparse un plato de patatas fritas, literalmente.

Puede que usted no se fíe de la OMS, pero ¿se fiaría de la Agencia Federal de Alimentos de los EE.UU. (FDA)? Esta agencia le tiene muchas ganas a la Coca-Cola, y a la Pepsi-Cola, porque lleva adelante una cruzada (por ahora inútil) contra la obesidad en los EE.UU. La FDA, después de experimentar el asunto por su cuenta, con ganas de pillar en falta a los fabricantes de refrescos, repito, la FDA dice que la dosis peligrosa de 4-metilimidazol es mucho menor de lo que dice la OMS. Para entrar en una zona de riesgo potencial, asegura la FDA, la víctima tendría que beberse mil latas de refresco al día, no dieciocho mil. Una dosis sensiblemente menor.

¿Qué dicen en casa? La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria no dice ni eso, pues considera que la presencia del 4-metilidimazol en las cantidades mencionadas no tiene efecto alguno sobre el organismo. La Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria, o como se llame ahora, que le cambian el nombre una vez por año, ha respondido a mi pregunta preguntando a su vez qué es el 4-metilimidazol y lo hemos dejado para otro día.

Ahora bien, si usted se bebe más de trescientos litros de Coca-Cola al día, allá se las apañe usted con su salud, no sé si me explico. En este hipotético caso, el 4-metilidimazol será su último problema.

En resumen, beber mucha Coca-Cola puede ser malo para el azúcar en la sangre y es fácil que se ponga usted gordo como una vaca de ser adicto al refresco. Era más sano el consumo de Coca-Cola de hace años: un extra de fin de semana que tomaba la víctima en el aperitivo del domingo, no cada día. Mejor le irá bebiendo agua y zumos naturales y no tanto refresco, pero sí le puedo asegurar que es prácticamente imposible que pille un cáncer por el 4-metilimidazol que existe en una lata de cola, o en diez, que pueda beberse al día. Ergo, la decisión del estado de California está motivada más por una cuestión política que científica. Lo mismo ocurre con los alimentos transgénicos, por ejemplo, que se ven con malos ojos por lo que cuentan, pero no por lo que son.

Pero si no está de acuerdo con lo que he dicho y sigue creyendo que el 4-metilimidazol de la Coca-Cola le matará a usted y a su descendencia, por no hablar de la Pepsi-Cola, que es mucho peor (o no), vigile con sus hábitos alimentarios... o sea consecuente y ponga límites a la cocina.

¿De qué color es el pan tostado, o la corteza del pan? Es del color del 4-metilimidazol. Que se venda el pan avisando que puede provocar cáncer y matarle a usted. ¿Le gustan los caramelos artesanales que venden en los mercadillos eco-chachi-verde-guais? Uno sólo de esos caramelos contiene miles de veces más 4-metilimidazol que varias latas de Coca-Cola, o Pepsi-Cola, juntas, pero no se le ocurrirá prohibirlos, ¿verdad? Porque lo natural no puede ser malo, ¿verdad que no? ¿A quién se le podría pasar por la cabeza algo así?

No le digo nada si desayuna tostadas con mermelada y café, o té, y no hace falta que sea con azúcar, o galletas, o cereales con leche... Podría mencionar las manzanas al horno o la tarta de manzana, los bizcochos, el hojaldre, un sofrito de cebolla y tomate, unas lentejas con chorizo, una tortilla... Uf, si supiera usted la de 4-metilimidazol que lleva una tortilla de patatas con cebolla... ¡Las prohibiría inmediatamente!

Es cierto, hay que ser precavido cuando uno se juega la salud, pero tampoco hay que andar por ahí haciendo el gilipollas.

Viaje a Nueva York

Debo esto a tantos lectores que, según las estadísticas de El cuaderno de Luis, acuden a las entradas que mencionan la palabra Sitges. Últimamente, tengo olvidados a los indígenas del lugar, y cuánto lo siento.

Como no soy de carnavales, no he podido presenciar el desenfreno de los indígenas suburenses y los millones de forasteros que acuden a la juerga, así que no hay crónica. Tampoco sé cómo van ahora mismo las obras de destrucción-reconstrucción del conjunto arquitectónico del Cau Ferrat, un modelo de reforma arquitectónica que se basa en las experiencias de Cartago, Dresde y Leningrado. Espero que vayan bien, si van, porque, con esto de la crisis...

En cuanto al agujero negro que son las finanzas de Sitges, he sabido por los periódicos que el ayuntamiento ha llegado a un acuerdo con los trabajadores del municipio. Éstos verán reducidos los salarios, pero, por el momento, no se verán de patitas en la calle. Leo que suprimirán la paga de productividad de la Guardia Urbana... Ahora que pienso: ¿cómo se mide la productividad de un urbano? ¿Por el número de multas, sanciones y requerimientos? No critico a nadie, sólo es curiosidad, porque nunca me había detenido a pensar en este asunto.

Del origen de ese agujero negro que se está tragando los dineros de Sitges podría hablarse mucho. Suma, si los periódicos no se equivocan, 68 millones de euros, veintitantos de los cuáles son facturas sin pagar a diversos proveedores. Entre ellos, compañías telefónicas o eléctricas, pero también aparecen restaurantes, donde el anterior equipo de gobierno municipal se ponía las botas con mariscadas y demás ágapes, que la casa es grande e invita el señor alcalde, y no hago más que contar lo que me cuentan.

Entre nosotros, ya se apañarán las compañías de la luz y del teléfono, que bastante nos roban. Ahora bien, no me gustaría estar en el pellejo del propietario del restaurante de las mariscadas, que tendrá sin cobrar una fortuna en gambas y a ver ahora quién le paga. Como el patio no está para tirar cohetes, le va el negocio en el cobro de tantos dineros y yo que él no sé cómo reaccionaría si un día tropezase por la calle con el antiguo señor alcalde, ése que engordó a mi costa y que me está arruinando, el muy sinvergüenza.

Comprendo que un municipio pueda endeudarse. Se endeuda un millón... vale. Diez... ¡cuidado! Pero ¿tantos millones? No soy capaz de entender como nadie dio la voz de alto.

En esos tiempos, el derroche fue la norma y a nadie le importó un comino. A nadie. Incluso en 2009, cuando la crisis todavía no se llamaba crisis, sino desaceleración, cuando alguien había visto brotes verdes, se seguía gastando lo que no era de uno con una alegría impropia de personas responsables y en su sano juicio.

Fue entonces cuando se organizó en Nueva York una exposición sobre Martin Luther King, para celebrar los que hubieran sido sus ochenta años. Ciento y pico obras de arte mostrarían la visión de sus autores sobre el personaje. Dejando a un lado algunas propuestas artísticas, lo más llamativo de todo este asunto es que la exposición la organizó... el Ayuntamiento de Sitges. No sabía que el reverendo King fuera de natural suburense, pero en el fondo da lo mismo.

El presupuesto de la exposición subía a los 300.000 euros, en parte subvencionados. La exposición tenía como excusa fomentar un turismo cultural... y por eso se utilizó la figura del reverendo King y no la de Rusiñol, por citar otras opciones. Porque el reverendo King proclamó que tuvo un sueño precisamente en el Cap de la Vila, ¿lo sabían? Vamos, me lo imagino, digo yo, porque, si no...

La exposición cumplió sus objetivos; a saber, unas vacaciones pagadas a todo tren de gran parte del consistorio, señoras y amigos en Nueva York, porque no se perdió la oportunidad, no, por Dios, de visitar la Gran Manzana y anar de botigues. Además, se sumó al festival el señor Carod-Rovira, entonces conseller, que se apuntaba a un bombardeo con tal de figurar. El del bigote aprovechó la ocasión para inaugurar una embajada de la Generalidad de Cataluña en Nueva York, otro de esos gastos de nuevo rico, inexplicables si uno piensa que ya existía en la ciudad una oficina comercial catalana. El conseller se llevó consigo al entonces ex-presidente Maragall, que la casa es grande y los gastos van a cuenta de la VISA de la oficina y pagan los catalanes, que para algo están. Total, un fiestorro, y si la exposición nos costó 300.000 euros (oficialmente), lo que nos costó con dietas incluídas no quiero ni saberlo.

Llegados a este punto, ya ven para qué tanto gasto. Ni hemos visto la exposición ni me parece que valga la pena ir a verla. En todo caso, ¿cuánta gente la vio? No he sido capaz de encontrar las cifras. De todos esos visitantes americanos, también sería bueno saber cuántos se quedaron con Sitges in mente. ¿Alguno? Pues, así nos va.

El niño perdido

El niño perdido (The Lost Boy), traducida por Juan Sebastián Cárdenas y publicada por Periférica, es una obra de Thomas Wolfe; según algunos (Kerouac, por ejemplo), su mejor obra. ¿Quién es Thomas Wolfe? En Estados Unidos, un autor de culto; en España, lo conoce su abuela. Lástima, porque Wolfe es muy bueno y hace todos los honores a la tradición de la mejor narrativa norteamericana, esa literatura desconocida que merece la pena conocer. Wolfe murió a los 38 años, vencido por una maldita tuberculosis.

El niño perdido es una obra breve, un estilo muy del gusto de Wolfe y de los escritores de su época, que publicaban relatos a tanto la pieza en toda clase de revistas, algunas muy populares. El estilo de los grandes novelistas norteamericanos debe mucho a este medio de subsistencia, y dota a sus relatos de estructuras sólidas y las palabras justas.

La narración es simple, bella, triste (no diré por qué). Cuatro narradores recuerdan, cada uno a su manera, al niño perdido. Es un relato lleno de añoranzas y poesía, que no le dejará indiferente y que, formalmente, es un prodigio.

Si tienen buen gusto literario, no protestarán si les recomiendo El niño perdido.

El origen del mundo

Tendría que titularse El gran Beune, pero en Anagrama han decidido que El origen del mundo le va mejor y han cambiado el título. Por lo demás, la traducción de María Teresa Gallego Urrutia es magnífica, o cuanto menos, difícil, porque Michon escribe como escribe y no quisiera verme en su pellejo.

Los que han leído algunos comentarios sobre libros de El cuaderno de Luis saben que siento debilidad por Pierre Michon. Aunque obliga a leer lentamente, concentrado, la recompensa que uno obtiene compensa cualquier penalidad, porque el francés es único en recrear las cosas mínimas, las que de verdad importan.

El origen del mundo es un retrato de la lujuria que sufre un maestro novato, que cuenta con apenas veinte añitos, cuando llega al pueblecito de Castelnau y conoce a la estanquera, Yvonne, que es una mujer con una presencia que quita el hipo. Poco más, aunque más que suficiente para recrear las pasiones humanas que sufre el protagonista.

Se hace notar que el libro tiene sus años. Aunque se ha publicado hace poquísimo en España, lleva más de diez años publicado en Francia. En mi modesta opinión, no es el mejor Michon, pero uno dice tal cosa al comparar El origen del mundo con Vidas minúsculas, que es un monumento literario. No me hagan mucho caso, porque el gusto es una cuestión personal y circunstancial. La calidad, en cambio, es indiscutible.

Las dietas de alojamiento

El Reglamento del Congreso de los Diputados concede el derecho a los diputados elegidos por una circunscripción de fuera de Madrid a recibir una dieta (ayuda, la llaman) mensual de 1.823,86 euros. Esta dieta sirve, en teoría, para afrontar los gastos de alojamiento y manutención de los que tienen que hacerse cargo por ser diputados. Si el diputado ha sido electo en la circunscripción de Madrid, la ayudita queda en 870 euros al mes.

Ha habido diputados que han renunciado a estas dietas. Por ejemplo, los presidentes del Congreso de los Diputados y del Senado (donde cobran una dieta parecida). Como los dos, los señores Posada y García, tienen casa en Madrid, consideraron un gasto innecesario del erario público cobrar esta dieta y renunciaron a ella el primer día.

Ahora bien, sesenta y pico diputados elegidos en las provincias cobran esa dieta... y tienen casa en Madrid, donde residen habitualmente.

De tal número de espabilados, sólo uno, el señor Cantó, diputado por Valencia de UPyD, ha renunciado a esta ayuda y a la conexión grátis a internet desde su domicilio, que también se ofrece a todos los señores diputados. También se les ofrece viajar grátis en tren y en avión, aunque cobren dietas por desplazamiento. Y más.

Aprovechando la ocasión, UPyD ha hecho pública la intención de presentar una proposición de ley para reformar el reglamento de las Cortes Españolas, subrayando que un tipo con residencia en Madrid no pueda cobrar la dieta de alojamiento y manutención sólo porque, en vez de ser elegido por Madrid, lo que sería lo lógico, ¿verdad?, lo ha sido por Soria, por decir algo. Quien dice Soria, dice Pontevedra, da lo mismo.

Proponer tal cosa y montarse la de Dios es Cristo ha sido una.

El señor Posada, presidente del Congreso de los Diputados, militante del PP, ha dicho que, así, de sopetón, él no retiraría la dieta a sus señorías, pero que ya vería en qué acaba todo esto. Ha añadido, ahí queda eso, que el actual sistema de dietas de alojamiento y manutención ha funcionado muy bien hasta ahora (sic). Además, ha recordado que sus señorías llevan un tiempo sin subidas salariales... Pero él recibirá la propuesta, la tramitará y entonces hablaremos. Muy profesional.

Los socialistas, en cambio, han respondido airados. Se lo han tomado mal. La señora Rodríguez, que es la portavoz de su grupo parlamentario, habla de un populismo inaceptable y menta a la señora Díez, la líder de UPyD, diciéndole de todo menos bonita. No vamos a negar que lo más fácil es meter el dedo en la llaga de los privilegios de la clase política, y que el pueblo, rencoroso y vil, se regodeará con ello. Todos sabemos que hay asuntos más serios que éste en juego. Sea como sea, la señora Rodríguez sacaba espumarajos por la boca, porque la señora Díez, además, le cae como una patada en los mismísimos.

El portavoz adjunto del PP, el señor Hernando, tampoco se ha tomado muy bien la propuesta de UPyD. Eso sí, no considera que la propuesta sea populista. Es demagógica, aclara. Ha señalado que la retribución de un parlamentario no puede depender de su patrimonio personal (y en eso le doy la razón) y que el sueldo de un diputado español es miseria y compañía si se compara con el sueldo de cualquier otro diputado europeo (y tengo que decir que vuelve a tener razón).

En todo caso, si resulta que el diputado por Soria (por seguir con el ejemplo), vive en Madrid y no en Soria, la dieta se aplicaría para que visitara Soria y pudiera conocer la circunscripción que le eligió. A eso le llamo yo una interpretación un tanto torticera de las intenciones del legislador, pero él la ha dejado ir con alegría y desparpajo y aquí no ha pasado nada.

El portavoz del PNV, en cambio, el señor Erkoreka, con dos kas, ha hablado de coherencia. O se vive en Madrid o no se vive en Madrid, ha dicho, y se ha de ser coherente con ello, chúpate ésa. Los periodistas se han quedado sin saber si votaría a favor o en contra de la propuesta de UPyD, y el vasco, ahí va, pues, cagüendiós, vengan unos chiquitos, ha mareado la perdiz.

En cuanto al señor don José Antonio Duran i Lleida, de CiU, no estaba presente en esos momentos, pues hacía la siesta en su suite del Hotel Palace. Ese problema de los gastos de manutención le queda muy lejos.

Problema de liderazgo

El año 35 aC, Cayo Julio César Octaviano, que seis años después sería Augusto y que sus enemigos llamaban Octavio, sin más, se dedicó a pasear por la Dalmacia para conquistar honor y gloria. Le fue bien hasta tropezar con la ciudad de Metelum, que se negó a ser sometida. Se inició el sitio de Metelum, y César se las prometía muy felices. Ahora sabrán quién soy yo.

César mandó levantar cuatro puentes para salvar el foso y tomar al asalto las murallas de Metelum. Se construyeron los puentes, se organizó el asalto, pero los de Metelum recibieron a los legionarios con dardos y pedruscos y éstos retrocedieron. Peor todavía, los sitiados consiguieron destruir tres de los cuatro puentes.

César, viendo que los soldados no se atrevían a avanzar por el cuarto, decidió seguir el ejemplo de su padre adoptivo, el divino Julio, y lanzarse de cabeza al fregado.

No se lo pensó dos veces: tomó un escudo, se hizo acompañar de Agripa y una pequeña guardia, y avanzó por el puente hacia Metelum. Los soldados, al ver que su general se lanzaba prácticamente solo contra el enemigo, se envalentonaron y acudieron en su ayuda en tropel.

Pero acudieron tantos soldados y tan deprisa que el puente no resistió tanto peso y se hundió. Murieron docenas de soldados romanos, y el mismo César sufrió heridas de consideración en brazos y piernas.

Sangre joven (Napoleón vs. Wellington I)

Simon Scarrow es un historiador que dejó las aulas para ganarse la vida escribiendo novelas de romanos. Le ha ido bien, y vende mucho. En 2006 inició una trilogía, que luego resultó tetralogía, sobre las vidas paralelas de Napoleón Bonaparte, de todos conocido, y sir Arthur Wesley (luego, Wellesley), duque de Wellington, de la Albufera y tal. Resulta que nacieron el mismo año, pero ahí comienzan las diferencias entre ambos personajes, que se parecen entre sí como un huevo a una castaña.

Cuando me dieron a leer Sangre joven, traducida por Montse Batista y publicada por Edhasa (en bolsillo), me enfrenté a un best-seller de muchas páginas, y digo best-seller con ánimo de encajar la obra en un género y un estilo, el de la novela histórica de gran tirada en imprenta. Además, quise leerlo con ánimo lúdico, y me empeñé en ello, porque algunas de mis aficiones me han dado a conocer ambos protagonistas y su entorno con demasiado detalle, y no podía evitar estar atento a las pifias, que siempre existen en una obra de ficción. Tenía que ser permisivo.

El texto sufre de lo que sufren este tipo de novelas. Algunos de los diálogos del Napoleoncito todavía niño o adolescente parecen sacados de manuales de estrategia y política y no son creíbles. Algunos personajes secundarios o son muy buenos o son muy malos... o pasaban por ahí. Entre estos últimos, Junot o Marmont, a quienes me hubiera gustado que Scarrow dedicara más atención así que aparecen en el sitio de Tolón. A veces, la traducción chirría un poco, debido a las prisas, porque una taberna francesa no puede llamarse The Three Pidgeons, por decir algo.

Literariamente, Napoleón y Wellington dan para mucho. Véanse las notables batallas de Waterloo de Los miserables o La cartuja de Parma, o monumentos literarios como Guerra y Paz y las muchas biografías o apuntes biográficos de Stendhal, Ludwig o Zweig sobre el Emperador o quienes le rodeaban. También da para novelitas, aunque de muchas páginas. Yo escribí una, que no tenía tantas páginas como ésta, pero me lo pasé mejor escribiéndola. Es que, con el tiempo, me he vuelto muy exigente, quizá demasiado.

El duque y la escuela de negocios

La Escuela Superior de Administración de Empresas, conocida popularmente como ESADE, es una prestigiosa escuela de negocios de Barcelona, famosa porque si uno va y dice que es un máster de ESADE, la gente lo mira con otros ojos. Se dice que no es tanto lo que te enseñan ahí como a quién conoces, y parece que uno paga más por la bolsa de trabajo de los estudiantes que por saber qué es un benchmarquin (palabro que define una comparación sistemática de varios productos similares).

Pero el prestigio de ESADE se ve perjudicado por algunos sucesos.

El último, el del duque de Palma-Arena, don Ignacio Undargarín, Iñaki con ka para hacerse con el pueblo, que ha sisado lo que ha podido y más con el auxilio de un socio, el señor Torres, profesor de ESADE. Según me dicen, don Ignacio ponía la cara (dura) y el señor Torres organizaba la parte empresarial del saqueo. Siguen diciéndome que un novato no lo habría hecho peor, que fue una organización simple, torpe, imprudente y burda, y que un inspector de Hacienda con los ojos vendados habría tirado del hilo y desmontado el cotarro en menos tiempo que se tarda en decir amén. ¡Qué bien deja a ESADE un profesor que organiza los negocios tan malamente! ¿Eso le enseñaron en ESADE? ¿Eso enseñaba en clase?

Corrió la voz entre los antiguos y modernos alumnos de ESADE: nada de hablar con la prensa sobre el caso Undargarín. Pero, quiá, la orden partió demasiado tarde.

Hace un par de días, don Marcel Planellas presentó la renuncia a su cargo de secretario general de ESADE. La razón se conoce y ha salido en prensa: cobró 128.000 euros de don Ignacio y el señor Torres a través de empresas diseñadas para hacerse con el saqueo de fondos públicos. Los motivos personales que le han llevado a renunciar a la secretaría general de ESADE no le han obligado a renunciar a su cargo de profesor de Política de Empresa. Pues, me gustaría asistir a clase, para estudiar el caso de la política de empresa de la Fundación Nóos y aprender a forrarse uno a costa de los demás. Nóos vamos a divertir.

El señor Planellas no era un novato, sino que llevaba veinticinco años de profesor de ESADE. Amparado en ese prestigio (¿infundado?), cobró esos ciento y pico mil euros por labores de consultoría, que consistían, básicamente, en corregir algunos de los informes que había redactado (o copiado del güiquipedia) la Fundación Nóos. Ya saben: el fútbol es un deporte que juegan dos equipos de diez futbolistas y un portero... El tipo cobra por hora de trabajo entre 200 y 250 euros, y se limitó a corregir algunos textos... si es que realmente los llegó a corregir. Según consta en sus declaraciones ante un juez, dedicó a la Fundación Nóos 113 horas de trabajo... en tres años. Se deslomó, vamos.

También consta que la Fundación Nóos intentó colar algunas de las facturas del señor Planellas varias veces, en diferentes proyectos, por ver si colaban, aunque el señor Planellas afirma que él sólo las cobró una vez. Es lo que tienen las facturas, qué le vamos a hacer.

Ahora bien, tendrían que oír hablar al señor Planellas del trabajo de don Ignacio y el señor Torres. Un trabajo magnífico, dice, muy profesional, de primera clase... A mí me da que ni se lo leyó. Muy profesional, muy esade.

Diferencias de corte

A veces, un cirujano tiene que cortar por lo sano, pero su propósito es salvar la vida del paciente. No siempre tiene éxito, pero tiene un plan: sabe adónde hay que llegar, qué puede cortar y qué no, y procura que el choque traumático ocasionado por la intervención sea el mínimo posible.

Don Baudilio, a. Bío Ruiz, consejero de Salud (Sanidad) de la Generalidad de Cataluña, en cambio, no es que corte por lo sano, es que va dando tajos a diestro y siniestro. No le importa demasiado la vida del paciente, sino el negocio que espera a los que luego podrían cuidar de él. De entrada, su pronóstico es discutible: la sanidad pública pierde dinero, cuando tendría que decir que cuesta dinero, y acaso discutir cuánto estamos dispuestos a pagar o si podría costar un poco menos. No emplea el bisturí y aunque lo pintan con tijeras, sus cortes son tajos con el filo de un machete, chas, chas, que sajan sin ton ni son. Porque en vez de explorar al paciente, por ver dónde le duele y cómo hacer para aliviarle el dolor, él va cortando, ahora por aquí, ahora por allá, y lo está dejando hecho unos zorros, que luego ya veremos quién lo levanta.

Eso a cuenta de la gripe. Hace ya unos meses, los portavoces del personal sanitario alertaron del peligro de un colapso de los grandes hospitales si se daba el caso de una epidemia de gripe... como la de cada año. Como los servicios de urgencia de los ambulatorios cierran por órdenes de don Baudilio, los enfermos no tienen más remedio que acudir a los hospitales con servicio de urgencias. Las urgencias se saturan. En caso de epidemia de gripe, se colapsan. Es lo que está pasando ahora mismo.

En el Hospital Universitario de Bellvitge, han tenido que suspender las operaciones de urgencia (repito, las de urgencia) porque ya no quedaban camas disponibles. Varias plantas del hospital permanecen todavía cerradas por órdenes de don Baudilio y sus secuaces. El País denuncia que varias operaciones urgentes relacionadas con tumores malignos han tenido que ser suspendidas y se están programando de nuevo lo más pronto posible, que no se sabe exactamente cuándo será, porque, repito, el hospital se ha quedado sin camas. ¡Qué falta de previsión! O qué comportamiento más irresponsable.

Todavía recuerdo a don Baudilio mintiendo... perdón, diciendo que tal cosa no pasaría: en caso de una epidemia de gripe, los servicios urgentes estaban garantizados, por supuesto que sí, dijo. Si no mentía, no sabía lo que estaba diciendo. Porque también recuerdo a varios profesionales alertando sobre lo que podría pasar y finalmente ha pasado. Con sólo verles las caras uno sabía que estaban asustados.

Las tijeras de don Baudilio, que cortan a destajo con el beneplácito de don Artur Mas y las grandes empresas privadas del sector hospitalario, no sólo están sumiendo en el caos el que fue uno de los mejores sistemas sanitarios públicos de Europa, sino que pueden estar matando gente. Si no matándola, sí haciéndola sufrir, y esto no puede negármelo nadie. Nadie.

Lo que me amarga la vida es que tenemos lo que nos merecemos. Según las encuestas publicadas esta semana por el Centro de Estudios de Opinión de la Generalidad de Cataluña, los catalanes seguirían dando su apoyo electoral a los responsables de esta catástrofe. Pues, qué mierda.

Una mujer emancipada

Emancipar viene de emancipare, que es un latinajo, y significa liberar a alguien de una servidumbre, una tutela o una patria potestad, o liberarse uno mismo de cualquier clase de subordinación o dependencia, a decir de la RAE. Ergo, una mujer emancipada es la que se ha liberado o ha sido liberada de una o varias servidumbres impuestas por su condición de mujer.

Según los fiscales, don Pedro Horrach y don Juan Carrau, de la Fiscalía Anticorrupción de Baleares, Su Alteza Real doña Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia, infanta de España y duquesa de Palma de Mallorca, infanta Cristina para los amigos, es una mujer emancipada de su marido (sic).

Éste fue uno de los siete argumentos que emplearon para liberar de responsabilidad penal a doña Cristina Federica Victoria Etcétera. Si era una mujer emancipada, moderna y tal, no tenía por qué conocer las actividades de su marido, porque allá cada uno iba a la suya, emancipado del otro, añadieron. Ergo, no las conocía, las actividades de su marido, quiero decir.

Como argumento, cuanto menos es curioso. Por si acaso, luego añaden los señores fiscales que, aunque las conociera o conociese, las actividades delictivas de su marido, quiero decir, tampoco podría ser imputada en el caso porque el delito no lo habría cometido ella, que estaba emancipada, sin importar que tuviera cargos en la Fundación Nóos y fuera propietaria o accionista de las empresas instrumentales que servían para los propósitos delictivos juzgados y para pagarse el piso con el dinero sisado a todos los españoles.

Ahora bien, una mujer emancipada de su marido... No sabía que se había divorciado. Será una confusión del ministerio fiscal, quiero suponer. O eso, o quiso decir otra cosa.

A todos se les ve el plumero. Si doña Juanita López fuera una mujer emancipada, conociera las actividades delictivas de su marido, se aprovechara del dinero que éste nóos robaba mediante chanchullos para decorar una lujosa mansión en la que convivir con él, y fuera socia de todas o casi todas las empresas instrumentales que hubo menester para robar, ahora mismo estaría no sólo imputada, sino entre rejas, si lo sé yo.

Orígenes escatológicos

¿Quién, en un excusado, en plena faena, no se ha preguntado alguna vez si está podrido por dentro? En circunstancias semejantes surgió el concepto de pecado.