Leo en La Vanguardia los resultados del déficit público relacionado con las televisiones autonómicas. Espantoso, apabullante. Sumando pérdidas y subvenciones, las televisiones autonómicas nos costaron más de 1.200 millones de euros en 2009 (y faltan los resultados de dos Comunidades Autónomas). La cosa va a peor: el mercado publicitario se contrae y caen los precios, y la TDT atomiza la audiencia, lo que incrementa las pérdidas y ha hecho doblar las subvenciones entre 2008 y 2009. Un punto de audiencia más en una televisión autonómica cuesta más de 100 millones de euros; en una de las grandes cadenas privadas, 34 millones (y se considera excesivo). Los catalanes gastamos en 2009 la friolera de 209 euros por habitante en mantener nuestra televisión autonómica; sólo nos superó la televisión autonómica vasca (253 euros por habitante) y nos sigue de cerca la valenciana (202 euros por habitante). Pero es sabido que nuestros líderes, antes de echar la persiana en esta máquina de perder dinero y propaganda, sacrifican la sanidad, la educación, los sueldos de los funcionarios y lo que haga falta.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario