Tú, mío



Erri de Luca escribió Tu, mio (en español, quién iba a decirlo, Tú, mío) en 1998. Juan Carlos Gentile Vitale la tradujo en 2000 y tengo en mis manos la edición barata (de bolsillo) de 2013, que edita Booklet (Seix Barral).

Hablan muy bien por ahí de Tú, mío. La verdad, no está mal. Narra lo que le acontece a un chaval de dieciséis años un lejano verano de los años cincuenta, en una isla próxima a Nápoles. Si uno ha leído Los peces no cierran los ojos, del mismo autor, reconocerá la misma isla y casi las mismas costumbres estivales. El protagonista tiene ahora dieciséis años y sale de pesca con Nicola en la barca de su tío. No podía faltar una mujer, que se llamará Caia al principio y Hàiele después. Como tiene que ser, llevará la fatalidad consigo y nacerá el amor. Etcétera. No les cuento más para no chafarles el cuento, pero aprovecho para quejarme de la contraportada del libro, que no está a la altura del contenido.

Erri de Luca sostiene que escribió el libro en apenas trece días, en una especie de arrebato el día que, treinta años después, recordó a Caia. Se supone, pues, que Tú, mío tiene una considerable carga autobiográfica.

Tengo que decirles que he tenido algunos problemas con Tú, mío. En primer lugar, me habían hablado muy bien del libro. En segundo lugar, había leído otras obras de Erri de Luca que me habían dejado muy buen recuerdo. En tercer lugar, aquí ya entramos en el terreno del me gusta, no me gusta, mientras lo leía no podía evitar compararlo con Los peces no cierran los ojos, que disfruté mucho más.

A mi entender, y perdonen ustedes, Los peces no cierran los ojos es superior a Tú, mío, superior con diferencia. La suma de los tres factores (y quizá algún estado de ánimo inmiscuyéndose en mi juicio) me han proporcionado una lectura apacible, pero alejada de la fascinación que despiertan en mí otros libros. La lectura ha resultado casi, casi, sin llegar a serlo, tediosa en las penúltimas páginas. Como en las películas que uno recuerda del verano, así que quedan a solas el chico y la chica se aburre uno.

Eso no le resta méritos a Tú, mío, que los tiene. Porque Erri de Luca es el maestro cuando describe la pesca, el verano en libertad, hasta la fascinación por el misterio de una mujer. Por lo demás, creo que el intríngulis de Tú, mío no está bien resuelto, aunque sea interesante. Los peces no cierran los ojos es mucho más redonda, perfecta, desde el punto de vista técnico, narrativo y emocional. Ahora bien, puedo equivocarme en mi juicio y pueden cuestionarlo, si les place.

En todo caso, Tú, mío es una lectura recomendable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario