La licenciada Ortega, que ejerce de vicepresidenta del Gobierno de los Mejores, ha anunciado una medida de país. Perdonen el de país, pero esta gente habla así de mal. En suma, esa medida de país (perdón) nos sacará a todos del apuro. Los líderes patrios de ERC, aliados de los Mejores, también creen que es una medida correcta, por acorde con su política de país (perdón, de nuevo).
¿Qué medida será ésa? Fíjense qué cosa: se reservarán alrededor de treinta millones de euros del presupuesto de la Generalidad de Cataluña de 2014 para comprar urnas, sillas, mesas y los demás utensilios necesarios para montar una consulta.
No es la consulta de urgencias de un hospital, ni la consulta de un centro de atención primaria, sino la llamada consulta soberanista (también llamada de país, perdón), a la que va uno cuando le duele la nación.
Mire, doctor, que me duele la nación y no me encuentro bien. Pues, pase a la consulta y verá. Verá a un elefante parir a una pulga, con muchos dolores, pero ésa es otra historia. Como saben, la hipocondría nacional dispone de placebos muy extraños. Placebos de país.
Pero lo que es cierto es que 30 millones de euros al año dan para:
a) Mantener 100 camas de un hospital de primera categoría (coste máximo por cama en un hospital público),
b) Costear 7.300 ingresos hospitalarios (coste medio),
c) Cubrir la medicación de 25.000 enfermos crónicos (coste medio).
c) Cubrir los costes salariales de 1.000 empleados públicos con licenciatura, ingenieros o arquitectos (mejor pagados que ahora).
d) Pagar 6.000 rentas mínimas de inserción, o más.
e) Otorgar más de 20.000 becas-comedor.
f) Subvencionar completamente los libros y el material escolar de 100.000 niños.
g) Cubrir las comisiones que se llevaron CDC, Millet et altri a través del Palau de la Música.
f) Etc.
Una observación. Si la dicha consulta fuera legal, es decir, legítima, el Estado proporcionaría los medios para llevarla a cabo y la Generalidad de Cataluña se ahorraría pagar esos 30 millones de euros.
Tal como está el patio y atendiendo al punto g), propongo que sean los interesados y no la hacienda pública los que paguen la dicha consulta de su bolsillo y corran con todos los gastos, por lo mucho que nos han robado y lo que piensan seguir robándonos con el cuento, porque, puestos a gastar dinero público en Cataluña, mejor será destinarlo a aliviar a los enfermos y los necesitados.
Vuelvan a acusarme de demagogia. Les dejo, pero yo pienso así. Sinceramente.
Y yo también
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