Enrique III de Inglaterra.
Dicen que hoy en día ensalzamos demasiado a los grandes cocineros y que exageramos su importancia. Es posible que así sea, pero hay que notar que nuestra pedantería culinaria ha conocido tiempos mejores.
En 1264, en Kent, se organizó un concurso de tiro al arco en honor del rey Enrique III de Inglaterra. No se sabe cómo ni si fue por accidente, pero una de las flechas tuvo la ocurrencia de clavarse en el cocinero de su majestad y ahí mismo lo mató. A la vista de la muerte del cocinero real, Enrique III ordenó la inmediata ejecución de trescientos arqueros que ahí había, orden que fue inmediatamente obedecida.
Así que, lectores míos, ¡cuidado! ¡No tiren al cocinero!
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