Con el volante torcido (Gran Premio de Hungría 2017)



Olé. Digo olé porque soy ferrarista y en Hungría nos hemos puesto las botas, aunque, todo hay que decirlo, ha sido por poco.

Ha sido una demostración de fuerza, ya en los entrenamientos. Pero en carrera, algo se ha torcido. Más exactamente, el volante del Ferrari que iba en cabeza, el de Vettel. Un golpe o algo parecido hizo que la dirección se torciera hacia la izquierda y Vettel tenía que ir con el volante torcido en las rectas. Si hasta el momento iba a toda velocidad, ahora comenzaba a ir más lento. El segundo Ferrari, el de Raikkonen, pidió instrucciones. Podía adelantar al primero sin dificultad, pero se prefirió que frenara a los Mercedes-Benz que venían detrás. Raikkonen, que está pendiente de renovación, ha hecho de tapón, no sin antes advertir que si le pasaba alguien, entonces iba a por todas y le iba a dar igual quién tuviera delante.

En los Mercedes-Benz ha habido también una instrucción semejante. El primer Mercedes-Benz, Hamilton, iba cuarto y el segundo, el de Bottas, tercero. Se han intercambiado las posiciones para ver si Hamilton podía con Raikkonen. Casi casi... ¡Ha ido de muy poco! Al ver que no podía, en la última vuelta, ha cedido a su compañero la tercera posición que le había prestado y ha entrado cuarto.

Ahora mismo, Vettel vuelve a estar por delante de Hamilton en el Campeonato de Pilotos y Ferrari más cerca de Mercedes-Benz que hace unos días en el de Constructores. Llegan unas pequeñas vacaciones y... y queda campeonato por delante.

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