¡Pinchazo! (Gran Premio de Inglaterra 2017)



Qué mala pata... Aunque quizá no sea todo culpa del azar, cuidado. No se descarta la mala suerte y la casualidad, pero algo falló también. En la última vuelta, que ya es decir, los dos Ferrari pincharon un neumático. El segundo Ferrari pudo subir al podio, pues quedó tercero, pero el primer Ferrari, el de Vettel, no tuvo otra que acabar séptimo. Así que ¡pam! ¡uno! y justo después ¡pam! ¡el otro! Los aficionados rossocorsistas nos llevamos las manos a la cabeza. 

Pirelli afirma que los automóviles de este año son asimétricos (sic) y que no es lo mismo un neumático trasero derecho que uno izquierdo, y que no pueden intercambiarse, como hasta ahora. Eso explicaría por qué cinco (¡cinco!) ruedas traseras izquierdas pincharon en Silverstone, y alguna delantera. Pero podrían haber avisado, ¿no?

Pero la carrera la ganó Hamilton, y muy bien ganada. En casa, que dicen, en Silverstone, un circuito que tiene una larga tradición, como la de Monza, Spa-Francorchamps o Mónaco. Aunque ¿saben que decían de Silverstone en los años cincuenta? Es un circuito que carece de emoción, pues parece todo dispuesto para que los conductores no puedan matarse cuando se salen de la pista, tal cual. Eran otros tiempos.


La clasificación de Mercedes-Benz suma más puntos y adelanta a Ferrari en el Campeonato de Constructores, 330 a 275 (y en el tercer puesto, Red Bull, a 174). En el Campeonato de Pilotos, Vettel, el primero de Ferrari, mantiene una ventaja de un solo punto, uno, respecto a Hamilton, de Mercedes-Benz. Emocionante, ¿no?

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