Barcelona es una metáfora


Patinadoras en la Plaza de Cataluña, en pleno centro de Barcelona.

Me cuentan que el Comité Olímpico Internacional se ha llevado a un aparte al alcalde Trias y le ha dicho: Oye, nos hemos reído mucho con eso de las Olimpiadas de Invierno en Barcelona, pero ¿va en serio? Como el alcalde Trias ha respondido que sí, que va en serio, el Comité Olímpico Internacional ha dado a entender que la candidatura de Barcelona no tiene ni pies ni cabeza. Para más inri, añade que Barcelona carece de tradición en deportes de nieve (sic), lo que es cierto. Acaso algunas familias barcelonesas (convergentes y de Pedralbes) van a esquiar cada invierno, pero no esquían en Barcelona. En Suiza, quizá, ya me entienden.

En resumen, que el alcalde Trias se ha quedado sin referéndum olímpico y sin novia. Ha sido un duro golpe para Convergència, el partido del alcalde Trias, que nos ha prometido un referéndum para 2014 y no sabe de dónde sacarlo. Tal como está el patio ahora mismo, ni siquiera podrá preguntar si está usted de acuerdo con celebrar las Olimpiadas de Invierno en Barcelona en 2022, qué triste. 

Como ya le han dicho que no a las Olimpiadas de Invierno de 2022, anda dándole vueltas a volverse a presentar para las de 2026. Para entonces ya nevará en Barcelona, ha declarado un portavoz municipal, muy esperanzado.

Mientras tanto, los periódicos andan todos dándole vueltas al caso de la fotografía de un torero. Como de costumbre, si no hacemos el ridículo de natural, lo buscamos.

La banderola censurada y prohibida por dar una mala imagen de Barcelona.

El Ayuntamiento de Barcelona ha vetado la publicidad de una exposición fotográfica en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) porque salía un torero calándose la montera, en primer plano. Es una gran fotografía, pero el Ayuntamiento de Barcelona sostiene que verla colgada de las farolas dará una mala imagen de la ciudad (sic). 

Ya saben, en Barcelona torean a todo quisque, pero oficialmente no se torea. La fotografía de un torero es perjudicial para Barcelona. Es equívoca, torticera, malintencionada, perversa. Poco importa que cuelguen de las farolas imágenes que nada tienen que ver con la ciudad, mientras no sean de toreros. Torero, caca.

La propaganda de cerveza no da una mala imagen de la ciudad.

Al parecer, si en vez de un torero hubiera sido un esquiador, la cosa hubiera sido diferente. El porqué un esquiador sí y un torero no tiene complejas raíces políticas. Fíjense: aunque el Comité Olímpico Internacional ya le ha dicho por activa y por pasiva al alcalde Trias que se olvide de organizar unas Olimpiadas de Invierno en Barcelona, que no las ganaría ni en broma, él insiste en organizar un referéndum entre los barceloneses para ver si quieren organizar unas Olimpiadas de Invierno. Si los barceloneses quieren, ¿quién nos las podrá negar? ¿El Comité Olímpico Internacional? ¡Quiá, hombre!

Barcelona es una metáfora.

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