Simplicidad


Corneta del 95.º de Rifles, soplando y poniendo pies en polvorosa.

Hemos echado un vistazo al manual de instrucciones para la infantería ligera del capitán Thomas Cooper, publicado en 1806. Se titula, agárrense, A Practical Guide for the Light Infantry Officer comprising Valuable Extracts from all the Most Popular Works on the Subject with Further Original Information y me dejo la parte del título en la que habla de los grabados que acompañan a sus palabras y otras lindezas por el estilo. Su autor, el capitán T.H. Cooper, que malvivía con media soldada del 56.º Regimiento de Infantería (es decir, permanecía en la reserva), lo dió a imprimir a Robert Wilks, de Chancery-Lane, Londres. Lo digo por si quieren leerlo, que está muy bien.

En el capítulo Signals (Señales, pp. 97 y siguientes), el capitán Cooper se pregunta cómo transmitir las órdenes a un grupo de soldados dispersos por el campo de batalla, que dan y reciben tiros por todas partes. Es una buena pregunta. 

El capitán Cooper sigue las ordenanzas al uso y sostiene que las órdenes deben darse a viva voz. Pero reconoce, eso sí, que será necesario acompañarlas de algún tipo de señal. Porque, si no, ya me dirán.

En cualquier caso, dice y traduzco: Las señales necesarias han de ser pocas y sencillas. El capitán Cooper piensa en la corneta, que acompañaba siempre al oficial al mando. Dice que una buena corneta tendría que poder ser escuchada a tres millas de distancia (sic), que no son pocas millas.

El capitán Cooper dice que los toques de corneta han de poder transmitir la orden de avance, retirada, alto, alto el fuego o retreta (reunión). Cinco señales, simples.

Sin embargo, a lo largo de su obra, antes y después de esta anotación, mientras enumera maniobras y situaciones de combate, describe, atención, catorce (14) toques de corneta en los cuarteles y treinta y siete (37) más en el campo de batalla, si no me he equivocado contando. Se dan órdenes como ¡Armas al hombro! ¡En orden abierto! ¡En columna de a dos! y otras, o avisos como ¡Hemos visto al enemigo! ¡Que viene la caballería! y demás. 

Ya lo ven: pocas y sencillas. Pueden comprobarlo.

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