Vacaciones

Suena el despertador. Es una hora indecente, pero sonrío, porque estoy de vacaciones y me quedaré en la cama, tan contento. Pero el sueño no regresa: Morfeo se ha largado con viento fresco. Acabo pensando en eso, aquello y lo de más allá. Comienzo a preocuparme. ¡No sabía que había dejado tantas cosas para las vacaciones! ¡Hay tanto que hacer...! Creo que no me va a dar tiempo.

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