Menudo follón se ha organizado en Alemania.
Un médico practicó la circuncisión a un niño de cuatro años. Los dos eran sunnitas, el médico y la criatura, y la operación era un rito religioso de su secta. Sucedió en Colonia, Alemania.
Parecía que todo había ido bien hasta que el pito del chaval comenzó a sangrar horas después. Acabaron todos en el hospital y hubo una denuncia de oficio por parte del servicio de urgencias.
El 26 de junio, el tribunal dictó una sentencia que liberó de cargos al médico que había practicado la circuncisión, pero falló que la circuncisión es un ritual bárbaro y arcaico que priva al niño de sus derechos al someterlo al poder patriarcal, tal como suena. El tribunal añadió que hay que proteger el derecho del niño a su integridad corporal. Si no existen razones médicas que justifiquen esta mutilación, el tribunal cree que tal práctica sería judicialmente perseguible. Se armó el Cristo.
Tiene que señalarse que el fallo del tribunal no prohíbe la circuncisión, pero recomienda que uno espere a ser mayor y pueda decidir por sí mismo para proceder a ella. El fallo no crea jurisprudencia, excepto en Colonia y alrededores.
El tribunal sostiene que no quiere polemizar en cuestiones de religión o de fe, pero mete la mano en un avispero. Les ha faltado tiempo a los judios alemanes para quejarse en voz alta, y los musulmanes también han alzado la voz. Se han sumado a la coral las iglesias protestantes alemanas, y la católica, que hablan de un ataque a la libertad religiosa. Como los musulmanes ya sufren prohibiciones en Suiza (levantar minaretes), en Holanda (sacrificar animales) y en Francia (tapar el rostro de las mujeres), que ahora les prohíban cortarle un pedacito de minga a sus niños lo consideran una persecución. Los judíos (rusos) han mencionado este fallo del tribunal como el suceso más grave contra los judíos desde el Holocausto (palabras mayores) y las iglesias cristianas en general acusan al Estado de perseguir a Dios.
En cambio, los ateos militantes alemanes se han manifestado muy satisfechos con el fallo judicial y las encuestas entre la población parecen ir en contra de la circuncisión infantil. Alguno se pregunta si es lícito defender la circuncisión masculina y criticar la circuncisión femenina. Etcétera.
No se precipiten al opinar, porque el problema no es simple. Son muchos los médicos alemanes que avisan sobre los peligros de una circuncisión clandestina, sin garantías médicas, algo que se producirá si la prohibición de la circuncisión se extiende. Desde un punto de vista judicial, se enfrentan los derechos de tutela de los padres, la seguridad jurídica de la libertad religiosa y el derecho a la integridad física de cada uno. El equilibrio nunca dejará a todos satisfechos.
Lo que es a mí, la circuncisión me da cosa. No deja de ser un tajo en las partes pudendas. Lanzarse con los aceros contra la chorra porque sí, sin causa mayor, es una burrada, eso es lo que pienso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario