La peor percepción de la sanidad pública


Don Baudilio en el Parlamento. Asegura, micrófono en mano, que los pobres e iletrados se creen más enfermos que los ricos e ilustrados, y que ése es el problema sanitario que ha provocado la crisis económica. Manda cojones.

La última de don Baudilio, a. Bío Ruiz, consejero de Salud (sic) de la Generalidad de Cataluña no tiene perdón de Dios. Es de un cinismo monumental y descorazonador. Porque cuenta con mayoría parlamentaria, la que le procura la (extrema) derecha nacionalista de CiU y ERC.

Se debate en el Parlamento de Cataluña la pobreza de centenares de miles (sic) de catalanes. No se concluye nada que sirva para algo. Al contrario, es evidente que el actual gobierno de CiU y sus socios de ERC tienen otras prioridades en la cabeza y que la última de ellas es preocuparse por los catalanes menos favorecidos. 

Como siempre, la culpa es de Madrid, de la herencia del Tripartito (un punto que matiza ERC, echándole más culpas a Madrid), pero no, nunca, jamás, nuestra, dijo el señor Mas. Eso de los pobres se cura con la independencia, sostuvo en la tribuna, que es tanto como decir que se acabarán tus penas cuando mueras y vayas al Cielo. Pero, mientras tanto, ¿no hay nada que pueda hacerse? ¿No hay nada más?

Sí, y mucho. Porque en tanto por ciento del presupuesto, en euros por habitante, en porcentaje del esfuerzo fiscal, en tanto por ciento de generación de riqueza o en tanto por ciento de inversión pública, como prefieran, el gasto en servicios sociales de la Generalidad de Cataluña está entre las tres últimas Comunidades Autónomas españolas. Han leído ustedes bien, entre las tres últimas. Como también está por debajo de la media en la inversión en salud pública o educación, vayan sumando. 

Es decir, que otro reparto de los gastos y las inversiones públicas de la Generalidad de Cataluña más justo y necesario es perfectamente factible con los actuales recursos. Quizá no sean suficientes por culpa de la crisis económica, quizá no sean suficientes porque Madrid nos roba (vamos a suponer), pero ¡pueden ser mucho más importantes de lo que son ahora mismo! Eso es tan cierto como que respiro.

¿Quién se queja de cómo va la sanidad pública? ¡Los pobres! Los ricos ya tienen mutuas.

En suma y en definitiva, miente, miente como un bellaco, quien asegure que tal y como están las cosas no hay nada que pueda hacerse. Repito, miente. Pero ésa es la tesis oficial del Gobierno de CiU, que cuenta con el respaldo de ERC. ¡No podemos hacer nada! ¡Tenemos las manos atadas! Manda cojones (perdón) que éstos sigan sosteniendo que son de izquierdas y que la gente los crea y les vote. Manda cojones. Ésta sí que es una sociedad enferma.

La Marea Blanca de Madrid. La presión de los ciudadanos contra la privatización de la sanidad pública madrileña consiguió interrumpirla. En Cataluña, que está mucho peor, hasta los sindicatos de clase aplauden con las orejas al gobierno. ¿Tenemos lo que nos merecemos? ¡Quiero creer que nadie merece algo así!

En éstas, don Baudilio va y habla sobre la relación entre la pobreza y la salud pública. Sostiene, citaré textualmente, que las personas con pocos recursos económicos y con un nivel bajo de estudios tienen peor percepción de su salud, lo que no significa que realmente sea así. Es decir, que como son pobres e incultos se creen más enfermos que los demás, que tienen recursos e instrucción. En consecuencia (vuelvo a citar) las clases más débiles son las que más frecuentan el sistema sanitario.

La conclusión es muy clara. La sanidad va mal porque los pobres e iletrados colapsan el sistema. 

Ay, Señor... Es bien sabido que la esperanza de vida de un vecino de Nou Barris (un barrio pobre de Barcelona) es diez años inferior a la esperanza de vida de un vecino de Sant Gervasi (un barrio rico). No es que los pobres e iletrados tengan una peor percepción de su salud, es que su salud es peor, caramba. Padecen más enfermedades cardiovasculares, más problemas de malnutrición y desnutrición, más infecciones, más accidentes laborales y un largo etcétera de problemas sanitarios ocasionados por la falta de recursos y un entorno más hostil. Los ricos viven mejor (y diez años más) que los pobres, es tal que así. A ver quién lo niega.

Don Baudilio ha seguido por ahí durante toda su intervención. No ha querido entrar a tratar el tema de la malnutrición infantil a causa de la pobreza, pues ha negado en público el problema varias veces. Ha dicho perogrulladas, como que la pobreza incrementa los problemas de salud mental, la tuberculosis, el sida, etcétera, básicamente por la falta de recursos, pero no ha apuntado ninguna actuación para intentar evitarlo. De hecho, no ha descartado el copago (que piensa incrementarse en los servicios sociales). 

Estudios de toda clase y condición sostienen que la salud pública está directamente relacionada con un buen sistema sanitario público y universal. Cuando éste empeora, empeora la salud pública. En Cataluña, descartadas las epidemias y el ruido estadístico, la mortalidad se ha incrementado casi un 6% desde que CiU, con la aquiescencia del PP primero y de ERC después, han recortado el presupuesto de la salud pública y han iniciado su privatización. Es así. Piensen lo que quieran, pero es así.

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