Primero, pido perdón por caer en la manía de decir 27-S en vez de 27 de septiembre, como es de recibo, pero he cedido ante la tentación, mea culpa!
Segundo, la noticia se las trae.
Poco lío teníamos los catalanes entre manos con unas elecciones donde el surrealismo impera y el sentido común hace ya tiempo que ha dimitido cuando se anuncia en las redes que, ¡ay, Dios!, el 27 de septiembre, ¡precisamente el 27 de septiembre!, nos caerá encima un meteorito que vas a ver tú, que nos dejará en el Paleolítico inferior, y eso con suerte, que nos va dar y esto será el acabóse, el fin, el no da más.
El meteorito 27-S cayendo sobre la Sagrada Familia, Barcelona.
No han faltado voces que han acusado directamente a Madrid del catapún sideral, que antes todos a tomar viento por un meteorito que ceder al separatismo. Pero, claro, Madrid sostiene que no tiene nada que ver, que eso del meteorito es un cuento orquestado por el nacionalismo catalán para amargarles el final de las vacaciones y aquí paz y después, gloria, que ya está liada.
Extinción de los dinosaurios.
Parque de la Ciudadela, Barcelona.
La verdad es que el asunto del meteorito lleva tiempo dando vueltas por internet. Corre por ahí la noticia de que un asteroide caerá sobre nuestro planeta entre el 15 y el 28 de septiembre. Algunos añaden que caerá evidentemente (sic) alrededor de Puerto Rico, donde cayó aquél que se llevó por delante a los dinosaurios, hace millones de años. Evidentemente, porque lo más fácil es que una cosa que sucede una vez cada cien millones de años da la casualidad que ocurre dos veces en el mismo sitio, ahí es nada.
Vaya a caer donde sea, da igual, que si se nos echa encima, poco importa. De repente, todos hablan de la que nos espera y cunde el pánico... Bueno, es un decir, porque yo ni me había enterado, que yo el pánico lo sufro por otras cosas más inverosímiles y próximas.
El caso es que el asunto ha llegado tan lejos que el Jet Propulsion Laboratory de la NASA, en el California Institute of Technology (donde trabaja uno de los protagonistas de The Big Bang Theory, por cierto), ha tenido que publicar una nota de prensa desmintiendo la amenaza.
Aquí la tienen:
La nota dice lo que hay que decir, pero no convencerá a nadie que crea en lo increíble. Los crédulos y fanáticos no se avienen a los echos, porque si no, no serían crédulos y fanáticos.
Al grano.
El 27 de septiembre no caerá ningún meteorito que vaya a cambiarlo todo, dice la nota. El estudio de los llamados asteroides potencialmente peligrosos dice que la probabilidad de que uno de ellos nos venga encima los próximos cien años es menor al 0,01%. Que es mucho, pero no tanto.
Los técnicos y científicos de la NASA afirman que si hubiera algún objeto lo suficientemente grande para provocar ese tipo de destrucción en septiembre, a estas alturas ya habríamos visto alguna cosa en los cielos. Así que, tranquilos, que no pasa nada y todo seguirá igual.
Barcelona, vista desde un satélite, 28 de septiembre.
El programa Spaceguard busca, identifica, sigue y controla cualquier cosa un poco grande que se aproxime a 50 millones de kilómetros de la Tierra, para ver si podría caernos encima alguna vez y cuándo. Y ahora mismo, la verdad, no parece que nada suficientemente importante vaya a pasarnos el 27 de septiembre. No nos caerá el cielo encima ni tendremos que comenzar de cero. A decir de la NASA, todo seguirá igual.
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