Poco después de escribir sobre el caso de la mediadora social de Cunit, aparecieron en los periódicos entrevistas, noticias e investigaciones que añaden más leña al fuego. Así, en una entrevista concedida a El País, la señora Alberich, la alcaldesa pánfila, se contradice abiertamente, constantemente y de manera contumaz, evidente y notoria demuestra que su empeño por el buen rollo era, es, siendo benévolos, una majadería, y que no sirve para el desempeño del cargo. El periodista, Ferran Balsells, la pilla en falso en una pregunta sí y en otra, también. Si no fuera por el daño que ha hecho, casi nos daría pena. El caso es que otros periódicos insinúan algo más serio: el conflicto entre el imán y la mediadora social pudo tener su origen en los negocios ilícitos del imán, que cobraría, según El Mundo, entre 2.000 y 5.000 euros por ayudar a sus compatriotas a instalarse en Cunit, empadronarlos, buscarles un trabajo, un piso... y ésas son las cosas que hace, precisamente, gratuitamente, una mediadora social, como la agredida. Como no sé más, no diré más, pero ¡cuántos casos como éste no habrá por ahí!
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