Tradiciones y leyendas


He aquí la escalinata de la catedral de Gerona. Cuentan, y no sé si será verdad, que tiene que bajarse, o subirse, o las dos cosas, al dar el año, para asegurar que se cumplirán los buenos deseos de cada cual. Unos me han dicho que con bajarlas a pie es más que suficiente; pero otros relatan trayectos de rodillas, de espaldas, haciendo el pino o qué sé yo. El caso es que, hace unos años, un imbécil bajó las escaleras con un automóvil todo-terreno y se excusó delante del guardia explicándole que era la tradición. Los mentideros de la ciudad afirman que sólo le cayó una multa y la reparación de los desperfectos porque era un hijo de papá. Si llega a ser uno cualquiera, continúa el común, se come el automóvil en prisión. Pero no sé yo, ni meto cizaña en la cuestión de la equidad de la justicia, que bastante tenemos ya.

¿Si funciona? Pues qué sé yo.

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