Que la Iglesia pierde poder lo demuestra el hecho que se pasaron los días y seguían acudiendo crédulos a patadas a escuchar las memeces de doña Luz Amparo. El negocio iba viento en popa.
Da igual lo que diga el Cardenal, que yo vengo lo mismo, decía el público. Además, se sumó la Virgen a la batalla. Muchos pastores hacen de la Iglesia guarida de ladrones y de pecado, dijo, a través de la voz impostada de doña Luz Amparo.
Poco le duró el escepticismo y el sentido común al cardenal Suquía. La numerosa grey de devotos seguidores de la Virgen Dolorosa del Fresno del Prado Nuevo de El Escorial delante del Cuál doña Luz Amparo Cuevas Anteseros se pegó un Trompazo le hizo inclinar la balanza hacia el lado malo. Como la Verdad se sostiene con dificultad, hagamos como el fresno de marras, inclinarse según sopla el viento.
El cardenal Suquía, en paz descanse, utilizó la misma táctica que empleó la iglesia católica yugoslava en Medjugorje. Esta sentenció, en Zadar, en abril de 1991, lo que sigue:
Basándose en las investigaciones hasta ahora realizadas, no puede afirmarse que se esté tratando de apariciones sobrenaturales y revelaciones.
Sin embargo, las numerosas reuniones de fieles que, desde diferentes partes del mundo acuden a Medjugorje, inspirados tanto por motivos de fe como por otros varios, requieren la atención y el cuidado pastoral, primeramente del Obispo diocesano, y con él, también de los demás obispos, para que, en Medjugorje y en todo lo que esté relacionado con ello, sea promovida una sana devoción a la Bienaventurada Virgen María, de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia.
Luego proponía una supervisión del culto por parte de sacerdotes y religiosos, para no caer en el error.
Pues, ya ven, don Ángel Suquía copió la resolución y la estrategia de Medjugorje, casi palabra por palabra. Ante sus ojos tenía uno de los parques temáticos de más éxito en toda Europa, dedicado a la Virgen y gestionado por franciscanos, que en muy poco tiempo superó el número de ingresos, visitas y milagros de Lourdes, Fátima o Montserrat, por citar tres Marías de renombre. El parné es el parné, se mire como se mire, y si funciona en Croacia, ¿por qué no en Madrid?
En 1993, don Ángel ya visitaba las obras de las fundaciones que había creado eso que llaman el entorno de la visionaria. En 1994, a la vista de que numerosos peregrinos acuden a este lugar para rezar el rosario (sic), el cardenal Ángel Suquía aprobó la Asociación Pública de Fieles Reparadores de Nuestra Señora la Virgen de los Dolores y una fundación pía [lo de pía es un cinismo] del mismo nombre, que, al menos en teoría, servía para atender a las personas necesitadas. Tan necesitadas como, dígase, doña Luz Amparo y su ahora enriquecida familia, ¿verdad? También nombró entonces al primer capellán encargado de la atención espiritual de los seguidores del cuento.
Mejor hubiera sido acudir a la policía, a los psiquiatras y a los censores de cuentas, para desmontar el tinglado. Pero prefirió mirar hacia otro lado y poner la mano.
Don Ángel ya no está entre nosotros, pero don Antonio María Rouco Varela, sí, y nadie le echa en cara como merece los favores que ha concedido a los seguidores de doña Luz Amparo. El personaje, que como es feo, parece siniestro, y nombra dos capellanes más para atender a las necesidades espirituales de los seguidores de doña Luz Amparo, ya sean miembros de su secta, ya sean peregrinos que quieren ver el fresno delante del que doña Luz Amparo dio con las narices en el suelo y olfateó el negocio. Los nombra en 1996 y en 2001 .
En octubre de 2006, el cardenal autoriza una Casa de Formación de Seminaristas, para, dijo, encauzar las vocaciones nacidas de la Obra de la Virgen de los Dolores de Prado Nuevo. Personalmente, considero que esta autorización es una obscenidad.
En febrero de 2009, concede la autorización para celebrar la misa (el primer sábado de cada mes) en un local que la secta había levantado a tocar del fresno, a falta de capilla, llamado Ave María, para poder repartir hostias entre los peregrinos, y perdonen la manera de decirlo, pero es que me caliento cuando pienso en ello.
Un año después, don Antonio María Rouco Varela autoriza la participación de sacerdotes y religiosos en actos piadosos relacionados con la Virgen de Marras. La prohibición que existía desde tiempos del arzobispo Suquía queda sin efecto. En 2012, se celebra la Semana Santa a lo grande en el local Ave María y hace pocos días, el cardenal Rouco, para que quede claro que a él le va el negocio y quiere participar en el engaño, autoriza la construcción de una capilla donde el fresno.
Al fin, la capilla. Doña Luz Amparo ha conseguido revalorizar el terreno, que ahora es de su propiedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario