Zapatos, drogas y alcohol


Viene en los periódicos que han estimado el gasto de los españoles del año pasado, 2015, y se han llevado una sorpresa. Por primera vez desde que se miden estas cosas (que no sé cómo se miden), el gasto medio en drogas ha superado al gasto medio en alcohol. Por poco, pero invertimos más dinero en drogarnos que en emborracharnos. Es una manera de decir, porque todo el mundo sabe que el alcohol es una droga de efectos devastadores.

En cuanto al poder embriagador de lo consumido en drogas o alcohol, ignoro si es equivalente, pero las leyes económicas dicen que la prohibición restringe el mercado de la droga (ilegal) mientras favorece el alcoholismo (legal). No hay más que pasear por un supermercado y comprobar que uno puede llevarse a casa un tetra-brik de vino peleón por cuatro perras o una botella de una bebida de alta graduación alcohólica por un poco más. 

Elaboración artesanal de un alijo zapatero.

En esa encuesta que digo, también se afirma que los españoles gastamos al año unos 6.000 millones de euros en zapatos. (esto es, un 0,6% de nuestro PIB). Eso es tanto como 128 euros y cincuenta y muchos céntimos en zapatos per cápita y año. ¿Es mucho o poco? Visiten una zapatería y ya me dirán. Da para 65 chanclas de playa (2 euros la unidad, las más baratas), pero no llega para nada si pisan una zapatería de postín, donde un zapato (y no hablo de un par) sale por un riñón y parte del otro y calzarse, un potosí.

El bebercio está socialmente arraigado, tolerado y hasta promocionado.

Digo esto porque resulta que gastamos aproximadamente lo mismo en zapatos que en drogas, lo mismo en zapatos que en alcohol. No sé a cuánto va la pastilla, el porro, el chute, el pico o la raya, lo que me impide estimar la dosis anual, pero si gastan la media per cápita en vinos de cinco euros la botella, tienen para 25 botellas y alguna copita al año. Hagan ustedes mismos el cálculo en vino peleón tetrabriquero y champán francés del bueno. 

Cajita para guardar drogas, disimulada en un libro.
En España, el gasto per cápita en libros es infinitamente menor al gasto en drogas.

No sé si es mucho o poco. Dicen que es mucho, aunque en el norte de Europa empinan el codo cosa fina y nos superan de calle. Tampoco sé si ésta es una cifra real, pero sí sé que los baremos que se aplican en el cálculo de las cantidades son más o menos los mismos en el caso del calzado que en los demás casos. Por lo tanto, la proporción del gasto será bastante próxima a la proporción real.

En cristiano, por cada euro que dedico a calzarme, dedico dos a colocarme y emborracharme. Si luego el país camina hacia el abismo, no me pregunten por qué.

1 comentario:

  1. Cifras escandalosas.
    Dicho esto añado:
    no me creo nada de lo que dicen, no creo que los resultados de las elecciones sean ciertos, no creo las cifras económicas que nos dicen, no creo ninguna noticia de las que dicen, no creo que manden los que dicen mandar, no creo las cifras de refugiados, no creo nada de lo que dicen las encuestas, no creo lo que dice la televisión ni la radio ni los periódicos. Creo que todo es una mentira global e inconmensurable y que todo es una burla. Nos mienten, se rien y se burlan.
    Salud
    Francesc Cornadó

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