Era un plan perfecto, pero algo se torció. Había recibido la condena a muerte y esperaba junto a sus compañeros la llegada del camión que los llevaría al matadero. En vano intentó buscar aliados entre la piara. Los marranos no daban crédito a los funestos vaticinios de Pancho. Los más creían en un traslado al paraíso porcino; los menos, se resignaban al incómodo viaje y decían que tanto les daba un comedero que otro, mientras hubiera de comer. Pancho, por el contrario, predicaba que iban a morir todos.
Al final, consultaron al Gran Oráculo, el Verraco Venerable, que llevaba años y hembras en la granja. Consultó éste el calendario, el vuelo de las briznas de paja y las manchas de orín.
El calendario decía que no les había llegado su San Martín, que hacía días que hablia pasado desapercibido. El vuelo de las briznas de paja anunció un largo e incómodo viaje, cierto, pero las manchas de orín hablaban de una granja de engorde, bien provista de pienso, agua corriente y una piara de cerditas jamonas y un poco guarras.
De nada sirvieron los argumentos de Pancho, basados en la desaparición de tantos compañeros, que se fueron y no volvieron jamás. Cómo iban a volver, con el pienso, el agua y las guarras, protestó el Verraco Venerable. Pancho, humillado, tuvo que apañárselas solito.
Aprovecho la única oportunidad que le ofrecía el viaje. Pretendía saltar del camión y fugarse a Collserola. Pancho había oído hablar de jabalíes partisanos y pretendía unirse a ellos en sus incursiones. Aunque era un cerdo ibérico, no tenía nada que envidiarle a un jabalí, se decía, y no le faltaba razón, porque lo que no tenía de fuerza lo tenía de ingenio.
Pero, ya lo hemos dicho, algo se torció. Pancho fue sorprendido camino de Collserola y abatido con tres dardos somníferos después de una furiosa persecución. Se ha visto que es un cerdo indocumentado, lo que nos hace sospechar que sea inmigrante, afirmó uno de los agentes del orden implicados en la cacería del tocino. Dicen que Pancho vive ahora bajo la tutela de una sociedad protectora de animales, pero lo cierto es que nadie le ha vuelto a ver.
¿Habrá caído finalmente Pancho víctima de los recortes? Porque entre los funcionarios de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado hay hambre, y unos jamones son unos jamones, caramba.
¡Ánimo, Pancho!
Este lo grabó en vivo y en directo...
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=PVLC-LQRXw4