Asistentes a la Santa Cena, donde se afirmó la candidatura del hoy dimitido presidente.
Un amigo mío me dijo una vez que el Barça es Cataluña en miniatura. Lo que sucede en el club es, exagerado por la escala, lo que sucede en el resto del país. Si un día, Dios no lo quiera, se hundieran los palcos y la tribuna en una final futbolera, el país quedaría huérfano. Todo el que es alguien en Cataluña acude a la tribuna del templo del balompié, el Nou Camp.
Ésta es la fauna del palco del Barça.
Se aprecia que la élite catalana, que antes era culta y patrocinaba la ciencia, el arte y las letras, hoy se reúne alrededor del fútbol, lo que explica el curso decadente de nuestro país los últimos decenios. Si un grupo anarquista quisiera socavar el orden establecido en Cataluña, no echaría bombas en el Liceo como antaño, ya no; haría saltar por los aires el Nou Camp. Es posible que nos hiciera un gran favor.
La cuestión es que ahora va y dimite el presidente de la sacrosanta institución y provoca una conmoción nacional. Madrid se lleva todas las culpas, a falta de árbitro. Prensa, radio y televisión no hablan de otra cosa y todos gritan mucho y se llevan las manos a la cabeza.
Yo no sé de fútbol ni quiero saber. ¡Me aburre! Pero ahora resulta que se hicieron trampas para pagarle a un pinche que le da patadas a un balón unos cuarenta millones de euros más de lo que se declaró haber pagado en su día. ¿Cuarenta...? ¡Nada, minucias!
Ahora viene lo bueno, porque eso implica que se hicieron trampas en la contabilidad del F.C. Barcelona. Es más, parece que también han engañado a la Agencia Tributaria, que más de uno se ha llevado comisiones bajo mano, que el presidente de la institución anda metido hasta el colodrillo en mangoneos y chanchullos y todo en general, el fútbol todo él y el Barça en particular, todo, decía, apesta a material corrupto, a podredumbre y miseria moral.
He ahí por qué la dimisión del presidente del F.C. Barcelona ha provocado una conmoción nacional. Ha faltado tiempo para acusar a Madrid, no sé de qué ni me importa, porque lo que sí que me importa es que está mal robar y esto huele a chorizo. Apesta.
Si un palco en el Barça puede salir por 100.000 euros al año, hagan cuentas.
Si pago esto, ¿qué espero a cambio?
Si mi amigo tiene razón y el Barça es una Cataluña en miniatura, háganse a la idea de lo que puede estar sucendiendo en la Generalidad de Cataluña y entre nuestros líderes patrios. Pongamos, por ejemplo, la sanidad pública. ¿Siguen el caso Innova, el del Hospital de Sant Pau, los procesos de privatización encubierta...? ¿Cuántos millones en origen destinados a la salud de los catalanes se desvían o han desviado al bolsillo de los amigos de los amigos? A mí me salen centenares de millones de euros. Pero ¿a quién le importa?
Ya no hay anarquistas como los de antes...
ResponderEliminar;)
El Barça es una Cataluña en miniatura. Sí, pero también hay una gran diferencia.
ResponderEliminarVeamos, hay dos presidentes, uno en el Barça y otro en la Generalitat. Ninguno de los dos puede presumir de gestión, y a los dos se les piden explicaciones por unos millones que no se sabe bien de donde vienen ni a donde van. Para defenderse de esas acusaciones, los dos presidentes denuncian una campaña orquestada desde Madrid, y utilizan palmeros en todos los medios de comunicación a su alcance (pincipalmente el grupo Godó).
Hasta ahí todo igual. Pero, fijémonos. Al presidente del Barça no le cree nadie cuando monta las conspiraciones, y se consideran ridículos sus palmeros en la prensa. ¿Ocurre lo mismo cuando lo hace el presidente de la Generalitat o a éste le defienden? Y, por supuesto, el presidente del Barça acaba dimitiendo (presionado o no) para no perjudicar la imagen del club. ¿Se le ocurre a alguien que eso pueda ocurrir remotamente en la Generalitat?
Es curioso, aunque el Barça sea una Cataluña en miniatura
Es curioso, aunque el Barça sea una Cataluña en miniatura, existe más crítica interna y respeto por la institución. Es decir, que a la gente le importa más lo que le ocurra al Barça que lo que le ocurra a Cataluña.
EliminarInteressant la comparació Barça-Liceu... I el comentari de l'Enrique sobre la passió que desperta el Barça
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