Por esas cosas del calendario, Barcelona tiene que escoger un día para convertirlo en festivo en 2011. ¿Qué día será ése? ¿Por qué no San Valentín?, propuso el alcalde. No se sorprendan: el alcalde de Barcelona nos alumbra de vez en cuando con ideas de bombero. Es una tradición, casi un deber. Recuerden las maragalladas (de Maragall), o las extraordinarias declaraciones del señor Clos. Se deduce que el señor Hereu estaba cumpliendo con esta costumbre cuando señaló como festivo el día de los enamorados, el 14 de febrero, San Valentín. ¿En qué estaría pensando?
Pobre hombre, se lo han comido crudo y ha tenido que dar marcha atrás. La oposición y los socios del alcalde, todos a una, le han acusado de venderse al imperialismo yanqui y de insultar a San Jorge, que (extraoficialmente) se encarga de los asuntos de los enamorados catalanes, que son muy suyos. El señor Hereu se ha tenido que comer el calendario propuesto, sin sal. Todavía se discute qué día festejaremos y por qué. Complicado, en plena (pre)campaña electoral. Se admiten ideas.
Pobre hombre, se lo han comido crudo y ha tenido que dar marcha atrás. La oposición y los socios del alcalde, todos a una, le han acusado de venderse al imperialismo yanqui y de insultar a San Jorge, que (extraoficialmente) se encarga de los asuntos de los enamorados catalanes, que son muy suyos. El señor Hereu se ha tenido que comer el calendario propuesto, sin sal. Todavía se discute qué día festejaremos y por qué. Complicado, en plena (pre)campaña electoral. Se admiten ideas.
Yo voto por Sant Jordi, ahora bien, sin políticos en la calle. Sólo libros, escritores e interesados lectores.
ResponderEliminar¡No te olvides de las rosas! ¿Qué dirán, si no, los sufridos floricultores?
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