Un nuevo palabro, spoiler



Yo tenía entendido que un spoiler era un disruptor o reflector, un mecanismo que emplean las aeronaves para reducir su fuerza de sustentación, rompiendo el flujo laminar que pasa por encima de las alas; los disruptores se utilizan en el aterrizaje, para evitar que el avión rebote en la pista, digámoslo así. De los aviones a los automóviles, donde no interesa la fuerza de sustentación, sino todo lo contrario. Así, los alerones en el techo o la trasera de un automóvil (llamados spoilers aunque podrían llamarse deflectores), a gran velocidad, presionan el automóvil hacia abajo y ayudan a que se mantenga en la carretera.

Spoiler viene de spoil, estropear o echar a perder. El spoiler será el que echa a perder algo. Como el disruptor echa a perder el flujo laminar aerodinámico, será un spoiler. C'est voilà!

Al menos, hasta ahora. Porque de un tiempo a esta parte oigo hablar a uno de cine y señala a los spoilers, como si los conociera de toda la vida. Luego sale otro y también. Porque los spoilers esto y lo otro. Un crítico de cine asegura que no quiere ser un spoiler... Pero ¿qué es un spoiler en este argot?

Si usted va y cuenta el final de una película o explica su intríngulis a alguien que todavía no la ha visto, le echa a perder la diversión y se convierte en un spoiler. Si usted, en el ejercicio de la crítica cinematográfica o literaria, descubre quién es el asesino, dónde se esconde el tesoro, si muere o no muere el protagonista al final o algo por el estilo al que tenga la desgracia de leer su escrito antes de ver la película o leer el libro, será un spoiler. Si usted, entre palomita y palomita, explica en voz alta qué pasará a continuación en la pantalla, será un spoiler.

Es decir, para entendernos, un spoiler es algo conocido, no una novedad por conocer. Existen palabras que definen claramente lo que es un spoiler. Un spoiler es básicamente un aguafiestas (una persona que turba cualquier diversión o regocijo, dice la RAE). En algún contexto, un spoiler puede ser perfectamente un imbécil, por ejemplo; también, un chivato, un inoportuno, un canalla, tantas cosas. Uno prefiere decir de uno mismo que es un spoiler a decir que es gilipollas, por ejemplo, porque, por razones que no llego a comprender, la palabra inglesa parece ser un verbo mucho más significante. Pero no hace falta emplear la palabra spoiler. Mejor será llamar a las cosas por su nombre.

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