¡No vamos a denunciar a uno de los nuestros!


El País publica un artículo que pone los pelos de punta. (Pueden leerlo aquí.) Jesús García, el periodista, se pregunta por qué el Palau de la Música y las fundaciones y organizaciones afines (ya saben: la Fundación, el Orfeón, etc.) insisten en librar de culpas a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) en el caso Palau. El periodista recuerda que se presentaron como acusación particular y que el juez acusa a CDC de haber birlado 5,1 millones de euros.

Pues ¡qué cosa más extraña! Los abogados del Palau de la Música ya van tres veces que liberan de toda culpa a CDC. En primer lugar, fíjense, se opusieron a que se abriera una línea de investigación sobre el cobro de comisiones ilegales a través de los tejemanejes del Palau de la Música, el señor Millet et altri. En segundo lugar, llevó la contraria al fiscal del caso y concluyó que no había indicios de financiación ilegal de CDC. ¡Carajo! ¿Cómo que no...? En fin, que queda una tercera intervención, de hace dos semanas. En un escrito al señor juez sobre su posición en el caso, oh, maravilla, no mencionaron en parte alguna la posible (sólo digo posible) participación de CDC en el robo de tanto dinero.

A tal extremo ha llegado la ceguera de los abogados de la acusación particular que, asegura el periodista, algunos personajes del Palau de la Música se han mosqueado. ¿Quiénes? Es difícil de saber quién tiene la mosca subida a la nariz, porque la mayoría de los mandamases del Palau de la Música siguen siendo gente de bien, i.e.: del Barça y de CDC. Es decir, cómplices por activa o por pasiva. Eso sí, cualquiera de ellos con un mínimo de vergüenza tendría que cagarse en los muertos de CDC, porque CDC se llevó lo que pudo y quizá, más, y eso es cierto. Que baje Dios y lo vea, que es así. Lo sabe usted y lo sé yo; otra cosa es lo que vaya a salir en el juicio.

Triadú, el Conseguidor, recién fichado por PWC.

La clave del misterio es que la acusación particular ejerce de defensa encubierta. El periodista nos recuerda que los abogados del Palau de la Música son los de Price Waterhouse Coopers, PWC. PWC contrató al señor Triadú, antiguo consejero de los gobiernos de Jordi Pujol y miembro de la Fundación Lluís Carulla, de los Carulla de Agrolimen y el Palau de la Música, ésos que defraudan tanto a Hacienda, ya saben. A lo que íbamos: ¿por qué PWC contrató al señor Triadú?

Se dice por ahí que el señor Triadú es un abogado mediocre (si no malo), pero conseguidor de contratos públicos. Cuentan (yo sólo transcribo) que cuando ganó CiU las elecciones de 2010, pidió al bufé Garrigues, donde trabajaba, que le subieran el sueldo, porque ahora que habían ganado los suyos (sic) iba a conseguir más contratos con la Generalidad de Cataluña. ¡Toma...! Garrigues no le subió el sueldo, pero PWC le hizo una proposición más interesante (mejor pagada). A fin de cuentas, se dice por ahí que el señor Triadú fue el que arregló los pagos de comisiones con Ferrovial y quizá sea cierto, no lo sé. Sólo he escrito lo que he leído en los periódicos, a la vista están para comprobarlo.

Pregúntense ahora qué proyectos lleva PWC entre manos con la Generalidad de Cataluña y ustedes mismos juzguen si tantos y tan feos rumores pueden tener fundamento. PWC está detrás del plan de privatización de la sanidad pública catalana y del despido de un par de miles de empleados públicos, tirando por lo bajo. A estas alturas del cuento, me da pereza seguir contando todas estas cosas. ¡Consulten las hemerotecas! Por ejemplo, aquí, aquí, aquí, aquí, etc.

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